El IPC cae ocho décimas y acumula tres meses seguidos con valores negativos
Mientras los mercados petroleros empiezan a dibujar de nuevo una clara línea ascendente, los precios generales todavía acusan el impacto de la comparación con las cotizaciones récord del crudo registradas hace un año. Según el avance publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística, el índice de precios de consumo descendió en mayo un 0,8% en términos interanuales, lo que supone la mayor caída de su historia.
Los récords bajistas se acumulan, pero, incluso en la senda desinflacionista en la que se encuentra España, el mes de mayo parece marcar una clara intensificación, pues aumenta en seis décimas el valor negativo de abril. A la espera de que el INE aporte dentro de dos semanas el desglose y el valor definitivo del IPC, cobra de nuevo peso el debate sobre los riesgos de que la economía española caiga en un proceso de deflación -esto es, una caída generalizada y duradera de los precios-. De momento, cabe aducir que el grueso de la caída se debe a los componentes energéticos de la cesta de la compra, abaratados por el efecto base del petróleo: Hace un año, el barril de oro negro cotizaba por encima de los 120 dólares, mientras que ayer, pese al fuerte avance de las últimas semanas, aún se pagaba en el entorno de los 63.
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, afirmó ayer que la caída de precios de mayo "no supone un peligro real de deflación", entendida como caída de precios generalizada y duradera, porque la inflación subyacente (que excluye los precios de la energía y de los alimentos frescos) aún es positiva. El Ejecutivo sí espera que continúe la inflación negativa al menos hasta entrado el verano. Lo cierto es que la crisis económica ha llevado a un retraimiento del consumo, que, desde el lado de la demanda, ha presionado aún más los precios generales a la baja. En cualquier caso, parece razonable pensar que, con la entrada del otoño, el efecto base del crudo empiece a presionar en sentido contrario, eliminando cualquier atisbo de riesgo deflacionario.