La banca española pasa el primer corte
El sector financiero ha capeado el temporal el primer trimestre, pero se prevé que la morosidad reduzca más del 15% los resultados de 2009.
Superado el primer bache en la vertiginosa carrera de obstáculos que recorre desde hace ya meses el sector financiero mundial. Y en el caso de la banca española la prueba se ha batido con nota. En el primer trimestre, el beneficio de las 11 mayores entidades financieras del país se ha visto mermado por el azote en sus resultados del derrumbe del mercado inmobiliario y su consiguiente efecto negativo en la morosidad. Con todo, estos descensos quedan en una mera anécdota si se compara con la profunda crisis que atraviesan la mayoría de bancos extranjeros, que en muchos casos han precisado inyecciones de capital de miles de millones para sobrevivir. Sin ir más lejos, en EE UU la banca tendrá que rendir cuentas el próximo lunes ante la Reserva Federal con la presentación de los stress test y se empieza a especular con la posibilidad de que algunas entidades, como Citi y Bank of America, necesiten más fondos estatales.
Pero este optimismo debe ser contenido, según los expertos. Advierten que, aunque los resultados en España se han colocado por encima de las pesimistas previsiones, es pronto para lanzar las campanas al vuelo. Las expectativas apuntan a que el incremento del desempleo en España -se estima que el paro rebasará la tasa del 20% de la población activa- se traducirá en los próximos trimestres en un repunte aún más acusado del porcentaje de créditos impagados. No obstante, aclaran que el impacto podría contenerse gracias a la fuerte caída del euríbor, ahora en mínimos históricos, que dará un respiro a muchos hipotecados al rebajar notablemente la cuota mensual de sus créditos.
Los analistas señalan que la morosidad media del sistema puede superar la cota del 7% este año y del 8% en 2010. Según los últimos datos del Banco de España, en febrero estaba en el 4,2%. Unas tasas preocupantes, aunque por debajo de las registradas en la última crisis inmobiliaria de comienzos de los años noventa, cuando llegó a un máximo del 9%, en parte porque el nivel de partida era mucho más elevado, del 4,4% frente al 0,76% de ahora.
Los expertos prevén que la tasa de morosidad media del sistema alcanzará el 7% este año y el 8% en 2010
De momento, el incremento de los créditos impagados se ha cebado sólo en algunas entidades aisladas, sobre todo en cajas, pero en general las grandes entidades mantienen esta ratio por debajo de la media. Las peor paradas son Caixa Catalunya, que en marzo registraba ya una morosidad del 5,7% y Caja Madrid, con el 5,57%. En Bancaja esta ratio también ha saltado desde el 1,13% de marzo de 2007 hasta el 5,2% actual y en la CAM del 0,92% al 4,89%. Santander y BBVA, por el contrario, sitúan esta tasa en el 2,49% y el 2,8%, respectivamente. El segundo banco español prevé que la mora se dispare al 4,5% en diciembre y Santander espera terminar por debajo de esta referencia.
Un aspecto positivo es que uno de los lastres de la banca, el elevado peso en el negocio con promotores inmobiliarios, ha perdido fuerza. Mientras que en la recta final del año pasado el sector se vio obligado a adquirir inmuebles por un importe superior a los 11.500 millones de euros, en el primer trimestre han asumido apenas 2.000 millones. El objetivo de estas compras, junto a la creación de filiales para gestionar estos activos, es evitar que esta partida pase a computar como morosidad y se tenga que aumentar por tanto el volumen de provisiones para insolvencias.
Promotores
Santander lidera el ranking, con una cartera de 4.000 millones, si bien su consejero delegado, Alfredo Sáenz, señaló esta semana que la entidad ha dado ya por zanjado el proceso de absorción de inmuebles. En el lado opuesto, Bankinter es el menos afectado, gracias a que los créditos con promotores suponen sólo un 3% sobre el total.
Estas medidas, sin embargo, no han impedido que el sector amplíe los fondos reservados para afrontar posibles futuros impagos. En conjunto el colchón destinado a este cometido con el que cuenta la banca española se cifraba a finales de febrero en 45.932 millones de euros, frente a los 36.020 millones del mismo mes de 2008.
Todo ello ha provocado que la tasa de cobertura se resienta y se coloque por debajo del 100% en todos los casos. De nuevo, las cajas son las más afectadas. Caja Madrid luce una cobertura del 40%, seguida por la CAM con el 42% y La Caixa y Banco Popular, con el 51%, con lo que se sitúan muy por debajo de la media europea, del 65%.
América Latina
Otra nube que se cierne sobre el horizonte es el posible deterioro de las perspectivas económicas en algunos países de América Latina, una región de la que proceden más del 40% de los ingresos de los dos grandes bancos españoles. Para Santander su buque insignia en la región es Brasil y para BBVA, México, donde a la moderación del crecimiento se suma ahora la amenaza de que la crisis porcina empeore la situación.
"En España se sabe ya más o menos cuál es la tendencia del negocio. Pero América Latina sí puede sorprender negativamente en los próximos trimestres", comenta un analista de un banco extranjero. Añade que, a pesar de las sorpresas positivas que han proporcionado las cuentas del primer trimestre, "el entorno sigue siendo muy complicado, debido a la amenaza de una mayor morosidad y al hecho de que es insostenible que los márgenes mantengan las actuales tasas de crecimiento".
En este sentido, Ignacio Cantos, director de renta variable de Atlas Capital, asegura que el primer trimestre ha sido mejor de lo esperado porque los márgenes del activo no se han revisado a la baja, mientras que el coste por remunerar el pasivo sí, una situación que no se podrá mantener. Una opinión que comparte Alicia Arriero, gestora de renta variable de Inversis Banco, que afirma que "todavía queda un año difícil". Según Facset, el beneficio de las entidades cotizadas caerá este año por encima del 15%. Encabeza las previsiones más derrotistas Pastor, con un retroceso de su resultado del 39%, y Popular, del 32%. Para Santander se estima un recorte del 14%, aunque la entidad ha prometido igualar las ganancias de 2008 (8.876 millones), y del 8% para BBVA. Citi, por su parte, pronostica un descenso del 10% en 2009 para Bankinter y Popular y del 17% para Banesto.
Hasta ahora, la receta utilizada para combatir la caída de los ingresos, con el negocio hipotecario prácticamente congelado desde hace meses, ha sido extremar la vigilancia sobre los costes, acelerando sus planes de cierre de sucursales y adelgazando sus plantillas.
Por el momento, los resultados publicados han conseguido el aprobado de los mercados al superar con creces las expectativas, lo que ha catapultado las cotizaciones. BBVA ha reducido su pérdida anual a un 1,44%. Y, con saldo positivo, Bankinter gana un 42,63%, Santander un 9,85% y Popular un 9,85%. Este repunte ha corregido en parte la distorsión en las valoraciones que existía en los últimos meses, con unos PER (número de veces que el beneficio está contenido en la cotización) irrisorios. El primer banco español cotiza a un PER de 7,25 veces y BBVA, de 6,88. Niveles que algunos analistas aún consideran escasos. "BBVA cotiza con un 49% de descuento sobre el sector", señalan en BPI.
Alicia Arriero añade que "al final alguna entidad va a tener que recurrir a ampliaciones de capital y las cajas a más concentraciones". Algo que se está intentando evitar a toda costa. Desde que estalló la crisis sólo Santander se ha atrevido a lanzar una ampliación de capital por 7.200 millones de euros, mientras que su más inmediato rival, BBVA, insiste en descartar esta alternativa.
Las fusiones tampoco han tenido eco, al menos de momento, dentro del sector financiero por varios motivos. En el caso de las cajas, por las reticencias de los partidos políticos, presentes en sus órganos de Gobierno, a perder poder en la gestión de las entidades. En estos momentos, sólo se mantienen en marcha los proyectos de unión de Caja Duero y Caja España, junto a las dos extremeñas, después de haberse frustrado varios intentos en otras comunidades autónomas, como el País Vasco o la fusión de Caja Castilla La Mancha, intervenida hace un mes por el Banco de España, con la andaluza Unicaja. Y en el de los bancos por la resistencia de las entidades a perder su independencia, junto a las barreras que existen en muchos sus consejos con la presencia de accionistas privados o cajas, como en el Guipuzcoano o Banco de Valencia, que frenan una posible operación hostil.
Un puzle que se irá solucionando en los próximos meses, según los expertos, y cuyo encaje final dependerá del aguante de cada entidad ante la crisis.
Fondo para recapitalizar entidades
El Gobierno ultima la creación de un fondo de recapitalización para las entidades españolas que lo necesiten. Aunque todavía no se conocen los detalles del borrador del Decreto, algunas fuentes apuntan a que su funcionamiento será similar al utilizado para asegurar la liquidez en Caja Castilla La Mancha. Para tener acceso a estas ayudas se deberá presentar un plan de reestructuración que garantice la viabilidad de la entidad en cuestión. Salvo este caso concreto, el sistema financiero español es uno de los pocos que puede presumir de no haber precisado inyecciones de capital ni tampoco la entrada del Estado en el accionariado de las entidades, algo que ha ocurrido en países como Reino Unido o EE UU.
Las fusiones llaman a la puerta de las cajas
Los analistas consideran que el pistoletazo de salida para que arranque el segundo gran proceso de concentración financiera en España está a punto de llegar y vaticinan que será más intenso en las cajas de ahorros, cuyo número asciende actualmente a 45.Una reorganización del mapa bancario que podría precipitarse ahora para evitar que se repita una situación como en la que ha derivado Caja Castilla La Mancha, entidad que, tras la intervención del Banco de España, ha declarado que en 2008 registró unas pérdidas superiores a los 700 millones de euros, frente a las ganancias que se publicaron en su momento. El ajuste en los resultados se debe a la nueva valoración de activos que se ha realizado de la caja. De momento, todavía no se ha decidido si la entidad será sacada a subasta, como ocurrió con Banesto, o si se procederá a su liquidación. Entre los postores han aparecido grupos como la Nueva Rumasa.En el sector se aboga porque se eliminen las trabas que ahora mismo dificultan la posibilidad de una unión entre entidades de comunidades autónomas diferentes, con el objetivo de ampliar el espectro de posibles combinaciones y al mismo tiempo dar lugar a fusiones más coherentes.La última reestructuración del sector se vivió a comienzos de los años noventa, una década en la que existían aún 76 cajas de ahorros. La más reciente en materializarse ha sido la de las andaluzas El Monte y San Fernando, que dio lugar a la actual Cajasol. En esta misma región siempre se ha manejado la opción de una unión entre Unicaja y Cajasol, aunque dentro del sector se especula ahora con la alternativa de que la primera absorba a Cajasur, una de las cajas que más afectada por la morosidad.La autonomía que más entidades tiene es Cataluña, con 10, seguida por Castilla y León (6) y por Andalucía (5).En los bancos tampoco ha triunfado ninguna operación corporativa desde hace años -la última adquisición fue la compra de Urquijo por parte de Banco Sabadell-, a pesar de que varias entidades están continuamente en el ojo de huracán, bien como posibles compradores o que no descartan su venta.æpermil;ste es el caso de Bankinter, sobre todo desde la entrada de Crédit Agricole en su capital, o de Popular, la eterna novia de entidades como Sabadell o incluso BBVA.Algunos analistas opinan que la fusión entre Popular y BBVA sería conflictiva por el solapamiento de las redes de sucursales de ambos bancos, mientras que la de BBVA con Sabadell o con Pastor presentaría más sentido estratégico y geográfico.También se ha especulado con la posibilidad de que Santander salga reforzado de la actual crisis y aproveche la debilidad de algunas de las entidades mundiales para ganar tamaño. De momento, la entidad que preside Emilio Botín se ha hecho con el control del estadounidense Sovereign, con el británico Alliance & Leicester y con el negocio de depósitos y oficinas de Bradford & Bindley.Sin embargo, tanto BBVA como Santander han señalado recientemente que el crecimiento no orgánico, es decir mediante compras de otros rivales, no entra en sus planes a corto plazo.
Obra social
Una de las medidas adoptadas por las cajas para reforzar su solvencia ha sido la reducción de su obra social, el porcentaje de beneficio que destinan a inversiones con fines sociales. El presupuesto para 2009 ha bajado un 16%.