China estimula la demanda interna para compensar el deterioro exterior
La caída de las exportaciones dispara el paro y el cierre de empresas.
China, la industria de la que se han abastecido la mayoría de las naciones desarrolladas en la última década, empieza a mostrar grietas en su estructura. El frenazo del comercio mundial ha roto las costuras de una economía que ha crecido en los últimos años a tasas superiores al 10%, gracias a la fuerte demanda procedente de otros países. Todo lo que se fabricaba en sus plantas, con salarios mínimos y a un precio muy por debajo del de mercado, se vendía en el exterior y eso le había proporcionado una capacidad de crecimiento que parecía no tener límite.
El techo, finalmente, lo ha encontrado con el estallido de la crisis financiera y el profundo recorte que ha experimentado el comercio internacional en la segunda mitad de 2008, lo que ha dejado muy tocada a la segunda economía más exportadora del mundo. Sus dos principales socios comerciales (EE UU y la Unión Europea) han entrado en recesión en la segunda mitad de 2008 y eso ha provocado una caída sin precedentes de las exportaciones chinas, que han pasado de crecer a tasas superiores al 20% en la primera mitad de 2008 a registrar porcentajes negativos. El primer descenso se produjo en noviembre, con una bajada del 2,2% en tasa interanual, tendencia que se ha ido acentuando hasta alcanzar una caída del 27,5% en el mes de febrero.
En este escenario, el gobierno se ha puesto manos a la obra para intentar frenar el deterioro comercial. Para ello ha aprobado un paquete de estímulo por valor de 464.000 millones de euros, con una duración de dos años. Uno de los ejes sobre los que se fundamenta el plan, tal y como avanzó en el cierre de Congreso Nacional Popular el primer ministro chino, Wen Jiabao, es reorientar la oferta de bienes y servicios a la demanda interna, ya que China posee un mercado de 900 millones de consumidores, superior a la población en EE UU o en la Unión Europea.
Ante el repunte del número de desempleados, el Ejecutivo concederá subsidios a los millones de trabajadores procedentes de zonas rurales que se han quedado en paro. 'Las perspectivas de empleo para los trabajadores emigrados no pueden ser optimistas para el futuro, lo que dificultará más que nunca los problemas para mantener los ingresos rurales', aseguró el viceministro de Agricultura, Wei Chaoan. De este modo, el Ejecutivo pretende ofrecer ayudas a los campesinos que se comprometan a renovar su maquinaria con el fin de aumentar la productividad de sus cultivos. Ante la volatilidad experimentada por las materias primas en los últimos doce meses, el Ejecutivo también asegurará al agricultor un precio mínimo para sus cosechas.
Pese al frenazo registrado por la economía china en los últimos trimestres de 2008, el Ejecutivo prevé que la economía china logrará alcanzar un objetivo de crecimiento del 8% en 2009, el mínimo exigido para crear un mínimo de 9 millones de puestos de trabajo. No obstante, el Fondo Monetario Internacional rebaja esas previsiones y considera que apenas llegará al 6,7%, lo que representaría el nivel más bajo alcanzado por el PIB en los últimos veinte años.
En esa caída ha tenido mucho que ver el desplome de los intercambios comerciales en los últimos trimestres de 2008, que han tenido un efecto devastador sobre la actividad y el empleo. Ante la atonía del consumo, las industrias manufactureras, en especial las del calzado, el textil o los juguetes, se han visto obligadas a cerrar y a despedir a un gran número de personas. Según los cálculos oficiales, más de 20 millones de agricultores emigrados a las ciudades han perdido su trabajo en los últimos meses, aunque las cifras podrían ser más altas, ya que en las estadísticas oficiales no aparecen ni los trabajadores urbanos ni los rurales sin empleo.
Un buen ejemplo que ilustra la destrucción de empleo es Wenzhou, uno de los principales centros industriales de China, en el que están situadas más de 300.000 industrias. En esas plantas se fabrica, entre otros bienes, cerca del 20% de la ropa y el calzado que se exporta a otros países. Dos de cada diez de las plantas localizadas en esa región han cerrado parcial o completamente y en torno a 40.000 empresas están situación de bancarrota. Los despidos en esa zona se habrían elevado a 600.000 trabajadores en los últimos meses, según fuentes oficiales.
Se garantiza el suministro energético
El primer ministro de China, Wen Jiabao, prevé que China logrará crecer un 8% en 2009, pese a las adversidades provocadas por la recesión mundial y el desplome de los intercambios comerciales.La consecución de este objetivo necesitará, por lo tanto, de una gran oferta de petróleo, tal y como ha ocurrido en los últimos años, en los que China se ha convertido en el segundo mayor consumidor de crudo. Frente a la tendencia de muchos países que han retrasado sus compras de petróleo a la espera de que el precio siga a la baja, China ha optado por lo contrario, según constata a la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su último informe mensual. 'Las compañías chinas están llevando la contraria a la tendencia generalizada con el fin de garantizar sus suministros para cuando la demanda comience a recuperarse', aseguró el viernes un portavoz de la Agencia durante la presentación de su último informe mensual.'Una serie de acuerdos anunciados en los últimos meses por entidades chinas reflejan la determinación de garantizar los futuros suministros, para aprovechar los precios más bajos y para fomentar potencialmente la diversificación de las grandes reservas gubernamentales de divisas extranjeras, estimadas en dos billones de dólares', detalló el informe de la AIE.
Cifras
El crecimiento del PIB se desaceleró con fuerza en 2008, al pasar de un 10,6% en los tres primeros meses al 6,8% en el último trimestre.Las exportaciones han encadenado cuatro meses de caída, con un retroceso del 25,7% en febrero.El deterioro ha provocado la primera caída del IPC en febrero (un 1,6%).