Nuevo capítulo del rescate bancario en EE UU
Cuando el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, anunció el nuevo y mejorado plan de rescate bancario de la Administración Obama parecía haber digerido algunos de los defectos del intento de rescate de la Administración Bush, especialmente la falta de precisión y transparencia sobre cómo se habían gastado los dólares de los contribuyentes. Lamentablemente, el resto de su discurso invitaba, en el mejor de los casos, a un saludable escepticismo de los mercados, legisladores y público, y en el peor, a más desconfianza.
Geithner y el equipo de Obama no han dado suficientes detalles. Tampoco han explicado por qué este plan es mejor que otras ideas. Por ejemplo, ¿por qué no enfocar la mayor parte de los subsidios en los propietarios de viviendas en lugar de en inversores privados en los bancos? El dinero tendría que canalizarse a través de los bancos en cualquiera de las dos formas, pero se serviría a un público más amplio centrándose más en los propietarios de las casas.
El sentimiento de decepción en la recepción del plan Geithner es desafortunado porque el éxito del estímulo económico se entrelaza con el éxito del rescate bancario. La Administración tiene que resolver los detalles, y dar a la opinión pública respuestas.