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Registros

Bruselas da el primer gran susto a los lobbies

La CE excluye de su registro a una consultora por falta de datos

El registro de lobbies de la Comisión Europea arrancó en junio del año pasado entre muestras de escepticismo y desdén hacia su supuesta falta de mordiente. Pero con sólo siete meses de edad acaba de dar su primer gran susto a una actividad que hasta ahora disfrutaba en Bruselas de cierto anonimato y se limitaba a aplicar sus propios códigos de conducta.

G-Plus, una firma de relaciones públicas con clientes de la talla de Microsoft, Telefónica o Gazprom, ha visto suspendida temporalmente su inscripción en el registro comunitario por negarse a facilitar el nombre de tres de las empresas que utilizan sus servicios.

La exclusión, según la Comisión Europea, no conlleva ninguna sanción y la firma puede seguir desarrollando su labor de representación con total normalidad. Pero a nadie se le escapa que la decisión del organismo comunitario puede dañar la imagen de una firma en un sector donde la reputación es uno de los principales activos.

'Agradecemos el interés de G-Plus en registrarse, pero la condición es que la información debe ser completa', explicó ayer la portavoz de Siim Kallas, vicepresidente de la Comisión Europea y mentor político del registro. 'Es una cuestión de credibilidad y trasparencia del registro', añadió la misma fuente.

G-Plus atribuye el percance a los contratos de confidencialidad firmados con algunos de sus clientes los cuales se han negado a que su nombre aparezca en un registro público. Peter Guilford, uno de los fundadores de G-Plus, explicó ayer a este diario que 'hemos solucionado el problema con dos de las empresas y estamos en contacto con la tercera'. Guilford se mostró convencido de que antes del fin de semana se podrá resolver el problema e inscribir definitivamente a G-Plus en el registro.

El tropiezo de G-Plus ha demostrado que incluso unas normas mínimas de trasparencia como las que ha impuesto Bruselas pueden obligar a disciplinar la actividad del lobby. 'El registro es público, accesible por internet y lo pueden ver los ciudadanos, los periodistas o los propios competidores de las firmas que se registran', destaca el departamento de Kallas. En su opinión, esa publicidad facilita tanto la presión mediática sobre empresas y lobbistas, como la vigilancia entre las propias consultoras.

En el caso de G-Plus, curiosamente, no fue la Comisión la que detectó la falta de información ni ningún competidor el que alertó de la ausencia de datos. Fue la propia empresa, G-Plus, la que comunicó al organismo comunitario que no podía revelar los nombres de tres de sus clientes. Su sinceridad le ha costado una llamativa cuarentena, aunque, según Guilford, no ha afectado a la relación con sus actuales clientes. Todo ha quedado, de momento, en un gran susto para la comunidad de lobbistas.

Voces a favor de endurecer el control

La Alianza para un lobby transparente y una regulación ética (Alter-EU) criticó ayer duramente el registro de grupos de interés que la Comisión Europea abrió el pasado mes de junio. Alter-EU, una organización no gubernamental que promueve la transparencia en las instituciones comunitarias, realizó su balance tras analizar los primeros siete meses de vida del registro. 'El nivel de cumplimiento es alarmantemente bajo y la calidad de la información facilitada, muy pobre', señaló ayer la organización durante un seminario celebrado en Bruselas.En el mismo acto, Sheila Krumbolz, directora ejecutiva del Center for Responsive Politics, una ONG estadounidense, comparó la información exigida a los lobbistas a uno y otro lado del Atlántico y concluyó que la del registro de la CE 'se puede conseguir buscando en Google'.El departamento de Siim Kallas, vicepresidente de la Comisión y comisario de Administración, Auditoría y Lucha contra el Fraude, señaló a este diario que 'EE UU lleva años controlando a los lobbistas y nuestro sólo tiene siete meses'. Aún así, añaden, ya hay más de 800 grupos registrados y la presión entre pares empieza a funcionar'. El mismo departamento recordó que cuando el registro cumpla un año (el próximo mes de junio) procederá a su revisión. Alter-EU recomienda a la CE que lo convierta en obligatorio, que exija el nombre de los lobbistas y que haga los datos más comparables.

Una empresa con pedigrí selecto

- G-Plus nació en el año 2000 de la mano de dos antiguos portavoces de la Comisión Europea, Peter Guilford y Nigel Gardner.- Desde entonces no ha pasado desapercibida en Bruselas, tanto por su selecta lista de clientes como por haber fichado a antiguos funcionarios comunitarios.- En 2007, según los datos que facilitó al registró de la Comisión, facturó 1,7 millones de libras esterlinas.

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