El mercado estima que Santander deberá provisionar 2.000 millones por Fortis y Royal
Las penurias bursátiles de los socios de Santander en la compra de ABN Amro (Royal Bank of Scotland y Fortis) han causado un importante agujero contable al primer grupo financiero español. De acuerdo con cálculos de analistas, las minusvalías provocadas por las inversiones en esos dos bancos han obligado a Santander a provisionar más de 2.000 millones a lo largo de 2008.
Según los datos de la memoria de 2007, la entidad presidida por Emilio Botín controlaba un 2,3% de Royal Bank (RBS) y un 2,1% de Fortis. Ambas participaciones fueron clasificadas como financieras (susceptibles de ser vendidas en el corto plazo) y su valor era de 2.260 millones de euros.
En una conferencia con analistas que tuvo lugar el 10 de noviembre, el director financiero de Santander, José Antonio Álvarez, ya reconoció que la entidad había provisionado, hasta el tercer trimestre, cerca de 1.000 millones de euros por el desplome de esos bancos.
Un analista del sector financiero citado por la agencia Reuters, aseguró que 'el grueso de la participación se había provisionado' antes del último trimestre de 2008.
Fuentes de la entidad declinaron hacer comentarios por la proximidad de la presentación anual de resultados, el 5 de febrero.
Entre enero y septiembre del 2008, las participaciones de Santander en ambas entidades extranjeras acumulaban una pérdida de cerca de 1.400 millones de euros.
Calvario tras comprar ABN
Los otros dos compañeros de Santander en el consorcio que desembolsó 71.000 millones de euros para adquirir el banco holandés ABN Amro han vivido un auténtico calvario desde que se culminó aquella operación. En el caso de Fortis, una de las pocas firmas paneuropea (por sus sedes, sus accionistas de referencia y su principales negocios), tuvo que ser rescatada por los Gobiernos de Holanda, Bélgica y Luxemburgo, abrumada por la cuantía de la deuda asumida para comprar ABN.
Royal Bank of Scotland aguantó más tiempo pero, en noviembre, el Gobierno británico tuvo que realizar una importante inyección de fondos para recapitalizar el banco. Sus acciones han perdido el 98% de su valor y el Estado controla más del 50% de su capital.