Citi y Morgan Stanley ultiman la fusión de sus filiales de corretaje
La crisis económica y financiera sigue moviendo fichas en Wall Street. Citigroup y Morgan Stanley están negociando la fusión de sus divisiones de corretaje en una operación que daría a este segundo banco el efectivo control sobre la nueva empresa. Además, el viernes se confirmó que Robert Rubin dejaba Citi.
Las estructuras del mundo de la banca y la inversión se siguen ajustando al ritmo que marca la crisis. El viernes, el gran protagonista volvió a ser Citigroup, tanto por el anuncio de la marcha de su asesor y consejero más influyente, el ex secretario del Tesoro, Robert Rubin, como por el hecho de que la firma está dando pasos firmes para reducir su estructura mediante la venta o segregación de filiales, en este caso Smith Barney.
El futuro de esta unidad de intermediación podría estar cerrado el domingo. El consejero delegado de Citigroup, Vikram Pandit, dijo en una conferencia en noviembre que no estudiaba vender Smith Barney ni deshacer el grupo pero, según se filtró el viernes, la estructura de la operación plantea que Smith Barney y la filial de corretaje de Morgan Stanley se unan en una empresa conjunta y que este último banco controle el 51% de ésta.
Morgan Stanley, el banco dirigido por John Mack, pagaría por el control de esta entidad y tendría la opción de aumentar su participacin en ella hasta el 100% en el futuro. De completarse esta unión, sería la mayor empresa de corretaje del mundo con 20.000 empleados, mayor que la resultante de la unión de Bank of America y Merrill Lynch.
Esta operación podría no ser la última en el proceso de reorganización y adelgazamiento que está haciendo Citi y ya el viernes se especulaba con que el Grupo Financiero Banamex, su banco mexicano, también estuviera en venta.
Cualquier operación que Pandit quiera poner en marcha a partir de ahora la va a tener que ejecutar sin el asesoramiento del influyente Rubin. Quien antes fuera secretario del Tesoro con Bill Clinton dejó ayer su puesto como consultor senior de la firma y abandonar la silla que ocupa en el consejo tras la prxima junta de accionistas.
Rubin ha estado en el ojo del huracán desde que se abrió una crisis que ha dejado al banco con unas pérdidas de 20.000 millones de dólares (14.891 millones de euros) en el útimo año y una caída del 75% en su capitalización burstil en ese mismo periodo de tiempo. Citi es el banco que más apoyo estatal ha recibido, ya que el Estado le ha inyectado un total de 45.000 millones de dólares.
En su carta de dimisión Rubin reflexiona sobre su edad, 70 años ("el tiempo no es indefinido") y manifiesta que quiere dedicarse a otras actividades. Todo ello después de admitir que su gran pesar es que "yo y muchos de los que hemos estado en esta industria durante tanto tiempo no reconociéramos la seria posibilidad de las circunstancias extremas que el sistema financiero afronta hoy".
En los últimos meses, diarios como The New York Times han revelado que Rubin fue el arquitecto de la estrategia que elevó el riesgo en el banco y el que animó al entonces consejero delegado, Chuck Prince, para aplicarla. Rubin, que llegó al banco en 1999 directamente desde Washington, no fue responsable en ningún momento del día a día de la entidad.
El ex secretario del Tesoro dice en su carta de dimisión que hay que estudiar qué ha funcionado mal, qué ha dado lugar a esta situación y qué cambios, regulatorios y otros, deben ponerse en marcha para reducir riesgos sistmicos y proteger al consumidor. En su despedida, Rubin, dice tener confianza en Pandit y en que "Citigroup salga de este periodo con éxito".