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José Núñez Martínez

'El empresario debe aprender a ser paciente'

Licenciado en Ciencias Químicas, conoce como pocos los estrechos lazos entre la universidad y la empresa. Compagina el día a día en su industria con la docencia universitaria.

Nacido en Ciudad Real hace 49 años, José Núñez Martín es un experto en el área medioambiental, en la que acredita más de 25 años de experiencia. Desde 2005 preside un innovador proyecto, Alquimia Soluciones Ambientales, estrechamente vinculado con la universidad. No en vano, surgió como una spin-off de la Universidad de Castilla-La Mancha, donde es profesor asociado y donde, a su vez, estudia el doctorado. También es profesor de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. El proyecto estrella de su empresa, el Centro de Investigación y Desarrollo para la Recuperación Ambiental (Cidra), ha sido merecedor del Premio CincoDías a la Innovación Empresarial, en la categoría de la acción empresarial más innovadora ligada a la universidad.

¿Existe comunicación entre la universidad y la empresa?

Creo que hay canales y que se están abriendo más, pero probablemente no los que serían necesarios para el país. Hay un problema general, y es que las universidades se muestran recelosas de ceder sus investigadores a las empresas y, a su vez, está el recelo de las empresas a que la investigación se haga en la universidad, sin encontrar muchas veces que el trabajo esté orientado a una aplicación o un servicio.

Su empresa, una spin-off, es en este sentido una excepción.

Sí surgen spin-offs, pero con muy poco capital, con 6.000, con 15.000 euros, porque son los propios investigadores los que invierten. Lo novedoso es que gente que procede de la universidad y con experiencia empresarial arranque poniendo un poco más de dinero con el fin de dotarse con capital y con estructura. Eso es quizá lo atípico.

Lo que se estudia en las universidades, ¿tiene aplicación real?

Esa es la visión que se puede tener desde el punto de vista empresarial, de que se hace una investigación poco aplicada. Creo que aquí hay que ser muy humildes por ambas partes. Es decir, el investigador debería acercarse un poquito a ver cuáles son las posibles aplicaciones de sus investigaciones. Y los empresarios deberían aprender a investigar, porque muchas veces queremos ir a que nos investiguen y que nos lo hagan muy rápido. Eso no puede ser. Esa paciencia que tiene un investigador hay que trasladarla también al empresario, y esa es la dificultad, aprender a ser paciente, a poner los medios y dirigir un poco la investigación. Yo creo que la investigación básica se tiene que seguir haciendo en las universidades.

¿Está la formación que reciben los investigadores orientada a las necesidades de las empresas?

La valoración que se hace para subir en el escalafón de la universidad es la publicación de artículos, pero se valoran muy poco los proyectos que hay con empresas. Si yo le planteo a un investigador que haga un proyecto para mi compañía, ¿qué ocurre? Primero, no va a poder publicar un artículo, porque cuando se firma un contrato de investigación, la empresa tiene que proteger los posibles resultados. Con lo cual el investigador tiene ya un aliciente menos. Dinero tampoco va a ganar, porque se supone que se lo queda la empresa. Con lo que acabarán preguntándose para qué voy a investigar con esta gente, si no gano nada. Creo que ése es el cambio que falta.

¿Alquimia sigue incorporando a su plantilla universitarios?

Nosotros debemos tener en plantilla cuarenta y tantos titulados superiores, sobre 90 empleados, de los cuales seis son doctores. Por lo menos en nuestra región, existe un tipo de convocatorias para que si el doctorado dura habitualmente cuatro o cinco años, la mitad del periodo se haga en la universidad y la otra mitad en la empresa. Queremos tener cada año dos titulados superiores que quieran hacer la tesis en nuestra compañía. Es una buena fórmula para mezclar el conocimiento.

Al proceso de Bolonia se le acusa, entre otras cosas, de mercantilizar la universidad. ¿Llega a tanto?

Eso es una falacia. Lo que hay que hacer es conjugar y que las empresas estén también presentes en la universidad. Y cuando digo las empresas, digo los propios ejecutivos, los propios directores. Sería bueno que la gente de la universidad, muchos profesores, o titulados, salieran durante un tiempo, uno, dos o tres años, a las empresas. Creo que eso no es mercantilismo, eso es cruzar el conocimiento mutuo y probablemente nuestros alumnos saldrían mucho mejor preparados. Ahora, si alguien quiere ver que el capital lo vamos a tener dentro de la universidad, yo creo que esa es una visión muy corta y muy negativa.

¿Qué supone el proyecto Cidra?

Yo a mis alumnos les pongo el ejemplo de la Fórmula 1. ¿Consideráis que McLaren, Ferrari o Renault hacen sus ensayos en un Scalextric? ¿Y el cochecito lo ponen a 350 kilómetros por hora y se sube alguien en el Scalextric?, ¿no, verdad? Cuando salen a competir, cuántos investigadores hay detrás, el equipo de boxes..., han construido sus pistas para ver si el coche va o no va. La idea con el Cidra es la misma, es tener un banco de pruebas donde poder tratar agua, residuos y suelos, y vía energética con algunos de ellos. Y ahí lo que tenemos que hacer es pruebas, pero ya hacerlas no como en la universidad, con un bote, para entendernos, con un litro o con cinco. Se necesita tener instalaciones donde puedas traerte cien toneladas de material de diferentes industrias y ver qué se hace con ello. Y una vez que tengamos la técnica a punto, lo que hay que hacer es ofrecérsela al mercado.

¿Se invierte suficiente en I+D en España?

Falta educación y voluntad del empresariado. En nuestra región, Castilla-La Mancha, estamos ciertamente retrasados. Si embargo, los fondos públicos que nos ofrece Europa en los próximos años son precisamente para esto y hay que aprovecharlos, lo mismo que se aprovecharon hace años los fondos para hacer infraestructuras. Hay que aprovechar esta oportunidad para situarnos y hacerlo bien, con centros tecnológicos, con empresas de innovación.

Alquimia acumula inversiones de 20 millones de euros, ¿no es mucho para una empresa joven?

No podemos pretender que con 10.000 euros se haga una investigación. Yo, que me perdonen algunos empresarios, creo que eso es para salir en la foto. No, hay que poner fondos, dedicar recursos y que la universidad ponga sus medios, que los tiene. En nuestro caso, los promotores hemos sido generosos a la hora de buscar socios. Y tener en nuestra sociedad a la Junta de Castilla-La Mancha a través de sociedades como Sodicaman, como fondos de capital riesgo de la región, a la propia Agencia de la Energía o a la Caja Rural es un orgullo. Eso es lo que también ha permitido que en poco tiempo nos podamos endeudar en 20 millones.

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