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Regalos de fin de año

Credit Suisse pagará el 'bonus' de sus directivos con activos tóxicos

Credit Suisse ha encontrado una nueva vía para reducir su exposición a potenciales pérdidas de su cartera de activos tóxicos: utilizarla para pagar a sus empleados su bonus variable de fin de año. El banco podría utilizar préstamos apalancados y titulizaciones hipotecarias -dos activos sospechosos de haber desencadenado la peor crisis financiera desde la Gran Depresión- para remunerar a su cúpula directiva, según fuentes conocedoras del asunto.

Esta nueva política salarial se aplicaría únicamente a los directores y directores ejecutivos del banco suizo, que representan los dos máximos peldaños de la jerarquía del grupo.

'Las soluciones que debemos adoptar no serán las ideales para todo el mundo, pero creemos que debe ser equilibrada respecto a los intereses de nuestros empleados, accionistas y reguladores, y ayudarnos a estar mejor situados para encarar 2009', explica el consejero delegado, Brady Dougan, en una memoria que se envió ayer a la plantilla.

Los activos citados (considerados ilíquidos porque no hay inversores interesados en comprarlos) serán reubicados en una cesta denominada Partner Asset Facility, y los directivos afectados recibirán acciones de este instrumento como parte de su paga. En caso de que estos títulos perdieran valor, el primer impacto sería para los bonus.

Credit Suisse anunció a comienzos de diciembre que planea eliminar 5.300 puestos de trabajo y eliminar la remuneración variable de sus primeros ejecutivos, después de haber registrado 3.000 millones de francos suizos (1.950 millones de euros) de pérdidas entre octubre y noviembre.

A diferencia de su rival nacional, UBS, Credit Suisse no ha tenido que ser rescatado por el Gobierno suizo. El banco central del país asumió en octubre una cartera de 45.000 millones de euros en activos tóxicos del grupo.

El plan beneficiará al accionista

'El plan es monstruosamente inteligente', según Dirk Hoffman-Becking, analista de banca para la firma Sanford C. Bernstein, en Londres. 'Para el accionista es estupendo, porque se deshacen de algunos de los activos, y los reguladores estarán encantados porque se ha organizado una transferencia del riesgo'. En cuanto a los directivos afectados, el programa 'es ventajoso', según Hoffman-Becking, ya que 'la alternativa al mismo es la nada, y estos activos son mucho mejores que nada''.El instrumento podría estar abiertos, además de a los directivos, a inversores externos.

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