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Directivos

ISS, Tecnol y MRW defienden la rentabilidad de conciliar

Las empresas aluden a su uso como salario emocional y al coste de sustitución de empleados útiles.

Si creéis que la conciliación y la responsabilidad social son caras y sois empresarios, probad lo contrario'. Silvia Vilchez, directora de relaciones corporativas de MRW, defiende así que las medidas que permiten a los trabajadores compatibilizar su vida personal y la laboral son rentables para las empresas. Roberto Martínez, director de la fundación Masfamilia, trata de apoyar esa afirmación con datos. 'Las empresas que apuestan por la conciliación y son familiarmente responsables reciben más currículos, tienen menos absentismo laboral y menos rotación no deseada'. También hay costes difíciles de cuantificar, 'como el ahorro continuo del proceso que supone sustituir a una persona que funciona'.

Francisco Mesonero, director de la fundación Adecco, afirma que las empresas tienen que tener presente que los jóvenes valoran más el poder compatibilizar el empleo con su vida que el propio salario. 'La rentabilidad de las medidas de conciliación es muy difícil de valorar con parámetros de costes, puesto que es una herramienta para retener talento y está proporcionando un intangible, un salario emocional'. Mesonero no cree que la crisis empuje a las compañías a abandonar capítulos como la conciliación o la responsabilidad social. 'La desaceleración acabará afectando a un número determinado de empleados, pero eso no presupone que tengas que abandonar la política que tienen y que acaban siendo derechos adquiridos'.

Vilchez, de MRW, una de las ponentes de la mesa redonda La rentabilidad de la conciliación y la igualdad de oportunidades, organizada por las fundaciones Masfamilia y Adecco, explica que su compañía tiene una batería con más de 20 medidas de conciliación, 'de las que la más importante y la estratégica es la horaria'. El 87% del personal de MRW trabaja con jornada continua. En su opinión, que un empresario ofrezca ventajas sociales o permita conciliar puede ser cuestión de dinero o cuestión de mentalidad. 'Poner un gimnasio en la empresa es cuestión de dinero, pero entender que una persona puede tener flexibilidad en su horario de entrada y de salida es más una cuestión actitudinal por parte del empresario', explica Vilchez.

Xavier Martínez, presidente y fundador de Tecnol, coincide en que las empresas que no adopten esta política de flexibilidad no captarán ni retendrán el talento, y apunta que la clave del éxito de una empresa es que los objetivos de la organización y los de los empleados tengan puntos de coincidencia. Martínez fundó la compañía fabricante de pintura, desengrasantes y otros productos químicos en 1997, en Reus (Tarragona), y en la actualidad cuenta con una plantilla de 700 trabajadores.

Ramón Folch, director de responsabilidad social corporativa de la compañía de servicios empresariales ISS, da un paso más al afirmar que la responsabilidad social corporativa 'es una estrategia de negocio con la que se puede crear riqueza a largo plazo'. Insiste también en el cambio que se ha producido en lo que esperan los trabajadores de la compañía en la que trabajan. 'Hasta hace bien poco se le pedía un buen salario y un plan de carrera, nada más. Ahora los jóvenes quieren tiempo para su vida privada, y valorarán si se respeta el medio ambiente, si hay política solidaria y, en el caso de la mujer, si hay igualdad'. En su opinión, tiene que cambiar también el encaje del empleado dentro del proyecto empresarial. 'Siempre digo que a los trabajadores hay que convencerlos de que están construyendo una catedral, no picando piedra'.

La crisis y el riesgo del empleador

Una de las cuestiones claves para los expertos es si la crisis afectará la adopción de medidas de conciliación por parte de las empresas. Roberto Martínez, director de la fundación Masfamilia, considera que sí, que es posible que el parón de la actividad económica 'ralentice' en algunas firmas la implantación de este tipo de condiciones, pero señala que éstas pueden convertirse también en una oportunidad en tiempos de crisis.'Quizá el empresario no puede retribuir en estos momentos a su personal como quisiera, es posible que algunos tengan dificultades para afrontar siquiera la subida del IPC, y tiene que ser más creativo a la hora de recompensar introduciendo, por ejemplo, medidas de conciliación', afirma, 'puede que haya trabajadores que prefieran tener libre un viernes por la tarde a esa subida salarial que de todas maneras el empresario no va a poder ofrecerle'. Según su visión, el salario emocional es cada vez una variable más importante en las organizaciones, y en las empresas que lo entiendan así, la adopción de medidas favorecedoras de la conciliación hará más llevadera la crisis.La mesa redonda La rentabilidad de la conciliación y la igualdad de oportunidades, organizada por las fundaciones Adecco y Masfamilia, se cierra con el testimonio de Lourdes Vargas, una empleada de la fundación Adecco, que fue madre de trillizos y necesitó medidas de conciliación. 'Creo que los empresarios tendrían que perder el miedo como empleadores y arriesgarse, porque les va a compensar, seguro. Un empleado contento con las condiciones en las que trabaja y con su empresa es increíblemente más eficiente y productivo que otro que no lo está', concluye. 'Y es fácilmente demostrable en un puesto de trabajo'.

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