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Aumento

Bruselas propone ampliar los recursos financieros de la UE para atajar la crisis

La Comisión Europea propuso ayer un aumento de los recursos financieros de la UE para combatir la crisis. Bruselas quiere una ampliación de capital del Banco Europeo de Inversiones, que ahora asciende a 164.000 millones de euros, y que la línea comunitaria de asistencia financiera a países en dificultades se doble hasta 25.000 millones de euros.

Con un sector bancario condenado a la reestructuración y a un prolongado proceso de desapalancamiento, la Comisión Europea está convencida de que los recursos públicos deberán saciar en buena parte las necesidades de financiación de empresas y hogares. Y en ese sentido apuntan las propuestas presentadas ayer por el organismo comunitario, reunido de manera extraordinaria para dar una primera respuesta al impacto de la crisis financiera en la actividad económica de la Unión Europea.

El presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, y el comisario de Economía, Joaquín Almunia, esbozaron tras el encuentro el futuro plan europeo de reactivación económica. Y aseguraron que el próximo 26 de noviembre se concretarán los detalles. Pero ayer ya adelantaron varias iniciativas que anticipan una inyección masiva de fondos públicos, tanto a nivel nacional como comunitario.

De entrada, Bruselas propone un aumento por determinar del capital del Banco Europeo de Inversiones (BEI), el principal instrumento financiero de la UE. Esa entidad, propiedad de los 27 socios comunitarios, dispone ahora de 164.800 millones de euros y no tenía previsto revisar su capital hasta 2010. Pero la CE quiere que acelere e intensifique su labor de financiación.

El BEI financia hasta el 50% de proyectos públicos o privados que respondan a alguno de sus seis objetivos prioritarios (cohesión, pymes, medio ambiente, innovación, grandes redes transeuropeas y seguridad energética).

En la misma línea, Bruselas estudiará la posibilidad de acelerar los proyectos financiados por los fondos estructurales, una partida del presupuesto comunitario que entre 2007 y 2013 cuenta con 350.000 millones de euros.

Se trata, explicó Barroso, de que 'la UE se enfrente a la ralentización económica con el mismo planteamiento de fortaleza y coordinación que adoptamos ante la crisis financiera'. Y recordó que, a su juicio, la envergadura de la crisis es de tal magnitud que 'o nadamos juntos o nos hundimos todos'.

Para Barroso, 'éste es el momento de la solidaridad'. Y se mostró dispuesto a proporcionar 'una ayuda financiera sustancial a medio plazo a los Estados miembros que experimenten presiones en su balanza de pagos o serios riesgos en su estabilidad financiera'.

Ayer mismo Hungría tuvo que recurrir a ese mecanismo y obtendrá un préstamo de 6.500 millones de euros. Pero el comisario Almunia no descarta que otros socios o países vecinos requieran próximamente una asistencia similar. Por eso, Almunia propuso ayer elevar el techo de esa línea de financiación desde los 12.000 millones de euros actuales a 25.000 millones.

Desfase presupuestario

El comisario español también reconoció que la ralentización económica actual reviste un carácter 'excepcional' y, por tanto, aplicará el Pacto de Estabilidad con toda la flexibilidad posible. Bruselas considera ya inevitable un deterioro de las cuentes públicas en 2009 superior al 1% del PIB, aunque espera que ni el conjunto de la UE ni la zona Euro superen el límite del 3% previsto en el Pacto. A nivel nacional, en cambio, esa frontera la pasarán en breve varios países. Y Almunia se mostró dispuesto a tolerar esas desviaciones siempre que sean temporales y vayan acompañadas de reformas estructurales.

'El euro protege y así lo ven los países que no lo tienen', afirma Almunia

'El euro es una protección', señaló ayer el comisario de Economía, Joaquín Almunia. 'No hay más que observar cómo lo ven los países que no lo tienen para llegar a esa conclusión'.La crisis financiera, en efecto, parece haber disparado la popularidad de la divisa comunitaria dentro y fuera de la Unión Europea.Polonia, que hasta hace poco se resistía incluso a aceptar su obligación a largo plazo de adoptar el euro, se ha marcado esta semana el objetivo de renunciar a su moneda nacional, el zloty, en 2012.La misma tendencia parece apreciarse en países como Dinamarca o Suecia, que ya rechazaron una vez por referéndum la integración en la Unión Monetaria. O incluso en países extracomunitarios como Islandia, cuya moneda soporta desde hace meses fuertes presiones especulativas.El último reducto contra el euro está entre los analistas y comentaristas anglosajones que estos días insisten en el creciente diferencial en el rendimiento de los bonos públicos dentro de la zona euro, en particular, entre la deuda pública de Alemania y la de Italia o Grecia.Almunia restó ayer importancia a esa horquilla y la consideró en línea con el diferencial que existe en otros valores públicos y privados. Y confió en que se corrija tras la crisis.

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