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Aproximación

Kopernikus acerca los satélites al ciudadano

El proyecto GMES entra en su nueva fase con aplicaciones más prácticas.

¿Barcelona con clima tropical y seco? Quizá no alcancemos a verlo, pero es la ciudad que heredarán nuestros hijos y nietos. Según la Oficina Meteorológica del Reino Unido, la capital catalana tendrá en 2080 el clima que tiene hoy el norte de África. La agencia llegó a esta conclusión tras analizar imágenes proporcionadas por satélites donde se observa el aumento progresivo de las zonas áridas y el descenso de las lluvias en Europa.

La predicción asusta, pero demuestra la utilidad que puede tener el programa europeo de observación de la Tierra, que el mes pasado entró en su segunda fase con un nuevo nombre. GMES, sigla en inglés de Monitor Global para el Medio Ambiente y la Seguridad, se llamará ahora Kopernikus, en homenaje al célebre astrónomo polaco.

'GMES entra en una nueva era y en esta nueva era se merece un nombre que le diga a los ciudadanos de qué se trata', explicó Günter Verheugen, vicepresidente de la Comisión Europea, en el lanzamiento de la segunda fase del programa durante un foro en Lille, al norte de Francia.

Kopernikus será una red de satélites de vigilancia que permitirá desarrollar aplicaciones prácticas en materia de seguridad y medio ambiente. La primera fase del programa se inició en 2006, pero ha tenido únicamente aplicaciones científicas. El objetivo en esta segunda etapa es poner las imágenes al servicio de las administraciones públicas y empresas privadas. 'Los satélites tienen que salir del universo y ponerse al servicio del ciudadano', afirmó Philippe Busquin, diputado del Parlamento Europeo.

Ya hay experiencias en ese sentido. La agencia medioambiental de Baviera, por ejemplo, ha usado el servicio para identificar las zonas del estado que deben ser priorizadas en caso de inundaciones, y la Comunidad de Madrid está combinando los datos obtenidos por GMES con sus propios catastros para planificar el crecimiento urbano de la región.

En su primera fase, que concluye en 2012, la iniciativa GMES cuenta con un presupuesto de la Agencia Espacial Europea (ESA) de unos 800 millones de euros, a los que España ha aportado el 9%, lo que la convierte en el quinto mayor contribuyente del programa por debajo de Alemania, Francia, Italia y Reino Unido.

La segunda fase, que coincidirá algunos años con la primera, comprenderá el periodo 2008-2013. El presupuesto de esta etapa y el aporte de cada país se definirá en una reunión que la ESA celebrará en noviembre, aunque Verheugen informó que éste podría ascender a 2.400 millones, de los cuales 1.200 millones serán aportados por la Comisión Europea y otro tanto por la ESA. Además de esta financiación, cada país pondrá a disposición de Kopernikus un satélite nacional, que en el caso de España será Ingenio, el cual contará con un presupuesto de unos 200 millones.

Financiación y costes, las asignaturas pendientes

El mayor problema de Kopernikus es que sólo tiene fondos asegurados hasta 2014. Günter Verheugen se ha comprometido a preparar una propuesta de presupuesto operativo para la segunda fase del programa que sirva de base también para las negociaciones entre los países contribuyentes más allá de ese año. Otra cuestión es si el servicio debe ser gratuito o tener un coste para los usuarios. Al respecto, hay quienes piensan que si los gobiernos están invirtiendo fondos públicos en el sistema, sería absurdo que los municipios y otras administraciones del Estado paguen por el servicio. El tratamiento sería distinto en el caso de las empresas privadas, sobre todo si dan un fin comercial a los datos. Otros piensan que el servicio debe tener un coste para todos, para asegurar su sostenibilidad.

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