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Análisis

Medidas que no valen para un mercado en estado de 'shock'

Los expertos celebran los planes de acción de las autoridades, aunque piden más, y avisan que la recuperación llevará mucho tiempo.

El mercado ahora mismo es completamente irracional y está actuando con el corazón y la cabeza caliente, sin pensar'. Este es el dictamen que hace de la situación el responsable de clientes privados de IG Markets, Daniel García Rojí. Este ejecutivo expone que en las circunstancias actuales ya no se trata de una crisis financiera o de liquidez, sino de confianza. 'Hay verdadero pánico y estamos ante la evidente prueba de que el dinero es realmente cobarde', asegura Rojí. La última sesión de esta semana cardíaca da fe de ello: el Ibex llegó a caer más de un 14% en un momento de miedo abismal, luego ganó 15 puntos porcentuales y terminó perdiendo un 9,14%, el peor resultado de la historia del índice.

En ese sentido, la batería de medidas impulsadas desde distintos Gobiernos y entidades públicas han terminado cayendo en saco roto, de momento. Es particularmente llamativo el hecho de que el recorte simultáneo de tipos por parte de seis bancos centrales en lugar de aliviar al mercado, haya incluso avivado el fuego del pánico.

'La situación es mucho peor de lo que se descontaba y eso lleva a un pánico vendedor', subraya José Manuel Villamor, director de inversiones de A&G, que apoya las medidas institucionales. 'Son las que se deben tomar. Si se va a intervenir en la economía, no cabe discutir si está bien o no. No se puede dilatar más', afirma Villamor, que vaticina un trance duradero y traumático. 'Esto durará lo que dure el proceso de desapalancamiento, que será muy lento'.

La acción coordinada de los bancos centrales llevó al BCE a rebajar los tipos al 3,75%; la Fed de EE UU, al 1,5%; el Banco de Inglaterra, al 4,5%; el Banco de Canadá, al 2,5% y el Risbank de Suecia, al 4,25%. La medida llegó un día después de que Australia llevase el precio del dinero al 6% e Israel, al 3,25%.

Este movimiento, que es la primera vez en la historia moderna que ocurre, no ha tenido demasiada incidencia. El euríbor a 12 meses (Euro Interbank Offered Rate), que mide el tipo medio al que se prestan los bancos entre sí, cerró el viernes a 5,489%. La cifra es incluso superior a la que marcaba antes del recorte del BCE. La prima sobre los tipos oficiales es de 173,9 puntos básicos, más de cuatro veces el promedio histórico. Esto significa que el euríbor no refleja las condiciones de la política monetaria, sino la desconfianza entre las entidades financieras. Eso lleva a que éstas exijan cada vez primas más altas para prestar dinero. El resultado es que los problemas de la banca terminan trasladándose directamente a los consumidores. En España, la inmensa mayoría de las hipotecas está referenciada al euríbor a un año.

Pero la situación es idéntica en todas partes. El líbor (London Interbank Offered Rate) a tres meses se ha encarecido más de un 70% desde la quiebra de Lehman Brothers, el pasado 15 de septiembre.

'Los últimos movimientos de bancos centrales y Gobiernos son bienvenidos, pero se necesita hacer más tanto en términos de recortes de tipos, como de implicación de los Gobiernos', advierte Erik Nielsen, de Goldman Sachs. El resumen es que el mercado de crédito está estrangulado y eso lo paraliza todo: la actividad de bancos, empresas y particulares. 'Nos parece improbable que el mercado de crédito se desatranque hasta que no se ponga en marcha una garantía interbancaria europea', avisa Nielsen. La propuesta de Goldman Sachs es que todos los países de la UE sigan los pasos de Reino Unido, Irlanda y Dinamarca y avalen emisiones de deuda bancaria. 'Por un plazo de vencimiento determinado que podría ser de un año, por ejemplo, pero con la posibilidad de prorrogarse. Todos los bancos con licencia para operar deberían ser cubiertos'. Se supone que esto sería la culminación de un proceso destinado a garantizar que ningún banco va a quebrar en Europa y representaría un camino alternativo a la nacionalización. La idea es que todas las entidades podrían sin demasiadas dificultades colocar toda su deuda, ya que el pagador último serían los Estados. El resultado sería doble, los bancos obtendrían liquidez inmediata y, al mismo tiempo, se relajarían las tensiones del sistema financiero que tanto daño están haciendo a consumidores y empresas.

Uno de los problemas es el precio al que se avala esas emisiones. Hasta ahora en Reino Unido se cargaba el diferencial del líbor a tres meses, un mecanismo que podría hacer más costosas las emisiones justo en el momento en el que la banca necesita más ayuda. Este es un punto en el que incide el economista jefe de la gestora New Star, Simon Ward. 'El coste de estas nuevas emisiones no debería ser injustamente oneroso', afirma Ward. 'Esta perversa estructura de tarifas reduciría la efectividad de ese mecanismo de liquidez', abunda el experto de New Star.

Rosario de descalabros

Sobra decir que todo el pánico no sólo está basado en la multiplicación de una pléyade de spreads de riesgo y en las repercusiones a nivel individual de la crisis. El mercado también ha tenido que digerir una sucesión catástrofes bancarias y rescates in extremis.

El último ejemplo ha sido el de Islandia, que esta misma semana ha tenido que nacionalizar sus tres principales bancos: Kaupthing, Lansbanki y Glitnir. La operación ha tenido un inesperado giro político. Lo que no era del dominio público es que cerca de un centenar de administraciones locales del Reino Unido tenían su dinero puesto en bancos islandeses, donde recibían más rentabilidad que en casa. Islandia ha declarado a los bancos nacionalizados insolventes y se niega a garantizar los depósitos de los ahorradores británicos. Reino Unido ha aplicado la legislación antiterrorista para congelar activos islandeses en Gran Bretaña y tratar de recuperar el dinero.

'Es algo que genera mucha desconfianza al resto del mercado, pero no debería tener gran importancia', valora Julián Coca, de Inversis. A este caso se suman las inyecciones de liquidez de Francia y Bélgica para salvar a Dexia; la intervención y posterior escisión de Fortis, orquestada por los Países Bajos; el auxilio público de Hypo Real Estate en Alemania, que viene tras otros cinco rescates privados a diferentes entidades alemanas en un año; la nacionalización en Gran Bretaña de Northern Rock y B&B, junto la venta de urgencia de HBOS a Lloyds; y en EE UU, la quiebra de Lehman, las ventas de Bear Stearns, Wachovia y Merrill Lynch, a las que hay que añadir los rescates millonarios de las agencias hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac y de la asegurada AIG.

Francis Ellis, estratega de la gestora británica Threadneedle resume el problema del mercado: 'Está muy bien ver que las autoridades intentan restablecer la confianza, pero ninguna de estas propuestas es suficiente por sí misma. El sistema bancario precisa desapalancarse y eso será un proceso duradero y laborioso.

1 España Un gran préstamo de 50.000 millones para el sistema

Apagados ya los ecos del célebre debate sobre si había crisis o una desaceleración más o menos pronunciada, el Ejecutivo ha tomado dos acciones directas frente a un terremoto financiero que aún no ha afectado de manera relevante a la solvencia del sistema español: se eleva de 20.000 a 100.000 euros la cobertura por cliente que asegura el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) y se creará un fondo de 30.000 millones, ampliable a 50.000, para comprar a las entidades activos de máxima calidad y dotarles así de liquidez.Respecto al incremento de la garantía de los ahorros, conviene recordar que el ratio de endeudamiento de la banca española es de los más bajos de Europa y notablemente inferior al de Alemania, Francia, Italia o Reino Unido. El FGD cuenta con un patrimonio de 6.500 millones de euros, que sería insuficiente en caso de derrumbe del sistema financiero español, dado que se estima que los depósitos ascienden a 1,38 billones. Pero esa es una posibilidad que nadie contempla. 'No creemos que ningún banco español vaya a quebrar, pero estas medidas dan confianza a los ahorradores', apunta Julián Coca, de Inversis.Respecto al fondo de liquidez para el sistema financiero, el desembolso se hará con cargo al Tesoro. El Estado se financiará emitiendo deuda, que en las condiciones actuales, será más costosa de colocar. El Gobierno empleará el fondo para comprar activos de máxima calidad (con calificación AAA), presumiblemente cédulas y titulizaciones, para otorgar a la banca financiación a medio plazo (dos o tres años), ya que el BCE ya actúa como prestamista de corto plazo. El Fondo de Adquisición de Activos Financieros es temporal y las primeras operaciones podrán hacerse este mismo año.

2 EE UU Una inversión histórica para sanear la industria bancaria

Los acontecimientos giran a tal velocidad que las iniciativas casi se quedan desfasadas nada más ser aprobadas. Hace una semana que la Cámara de Representantes aprobó el famoso Plan Paulson, la Ley de Estabilización Económica de Emergencia. Este plan contemplaba el desembolso de 700.000 millones de dólares para comprar activos tóxicos que están en el balance de los bancos y ahora ya se habla de nacionalizar el sistema financiero y 'dar tranquilidad' a los consumidores.La Reserva Federal (Fed), al igual que el Banco Central Europeo, ha dotado de liquidez prácticamente ilimitada al sector. Pero eso no ha sido suficiente. Con muchos problemas, el Gobierno ha conseguido sacar adelante un plan que el secretario del Tesoro, Paul Paulson, había resumido en tres folios y que finalmente es un tomo de 451 páginas. La ley obliga al Tesoro a informar públicamente de los métodos de adquisición, valoración e identificación de los activos que pretende comprar, en su inmensa mayoría vinculados a hipotecas. La Administración ya está autorizada a invertir 250.000 millones en el proyecto y podrá solicitar al Congreso otros 100.000. Los restantes 350.000 tendrán que ser autorizados en la siguiente legislatura.Se trata de productos que tienen un rendimiento y esa rentabilidad la percibirá el Estado, que luego podrá revender los activos cuando el mercado se recupere y así ganar dinero. Por eso, la Fed plantea el programa como una 'inversión'.Además, el Ejecutivo ha ampliado la cobertura de los depósitos de los ahorradores hasta 250.000 dólares por persona, aunque no se descarta que termine asegurando el 100%. Por otra parte, el Gobierno ha impulsado la aprobación de un paquete de alivio fiscal para los contribuyentes de 150.000 millones de dólares.

3 Reino Unido Desembarco directo del Estado en el sistema bancario

El primer ministro británico, Gordon Brown, que fue el jefe del Tesoro durante la Administración Blair, desveló el pasado miércoles la estrategia británica anticrisis: el Estado se ofrece para ser accionista de los bancos. Para ello destinará inicialmente 25.000 millones de libras (31.500 millones de euros), una cantidad que podrá ser duplicada si es necesario. 'Es una forma más directa de recapitalización del sector', valora Keith Wade. 'En previas crisis financieras, este enfoque ha demostrado ser más exitoso para restaurar la confianza que el plan estadounidense de comprar activos tóxicos', añade Wade.Brown ha instado a otros países a seguir su ejemplo y EE UU ya está analizando esa posibilidad. Reino Unido ya tiene experiencia. En los noventa, rescató a Lloyds de las aguas y en febrero pasado nacionalizó el quinto banco hipotecario, Northern Rock. Lo que Brown propone es adquirir acciones preferentes, sin derecho a voto, o las llamadas PIBS, que es el equivalente de las preferentes en las sociedades hipotecarias (building societies). Ocho entidades han confirmado su participación en el plan, según la agencia de calificación Moody's: Abbey National (controlada por el banco Santander), Barclays, HSBC, HBOS, LLoyds TSB, RBA, National Building Society y Standard Chartered Bank.El Banco de Inglaterra también ha ampliado de 100.000 a 200.000 millones de libras la ventana de concesión de liquidez a corto plazo, pero sigue sin aceptar como colateral activos que no sean de máxima calidad crediticia. El tercer paso es ampliar a 250.000 millones de libras el volumen de deuda que los bancos pueden emitir con el respaldo del Estado. Esta garantía lleva un recargo que hasta ahora ha sido del diferencial entre líbor y la deuda del Tesoro a 3 meses.

4 Unión Europea La falta de unidad y la iniciativa individual como norma

Finalmente, la aproximación a la crisis se está haciendo de manera individual en Europa. Durante meses, los máximos dirigentes comunitarios han lanzado mensajes de unidad, centrados sobre todo en el refuerzo de intercambio de información y la integración en la supervisión financiera. 'El hecho de que los países tengan distintas maneras de responder es peligroso porque puede generar muchas distorsiones', valora Karel Lanoo, ejecutivo jefe del think tank CEPS. Pero no ha habido manera de alcanzar la deseada unidad.Y el primer ejemplo lo dieron los supervisores. La CNMV decidió el 22 de septiembre requerir información sobre ventas a corto en una acción que seguía a otras de distintos supervisores. Sin embargo, no hubo comunicación previa entre los reguladores, algo que criticó la CNMV. Este mismo viernes, Italia decidió suspender la venta a corto de todos los títulos hasta el 31 de octubre.En otro ámbito, fue Irlanda la que rompió la baraja al anunciar hace menos de dos semanas que ampliaba la cobertura de los depósitos bancarios al 100%. Un movimiento duramente censurado por Alemania que luego decidió secundarlo inmediatamente. Otro tanto de lo mismo hicieron Grecia y Dinamarca. Reino Unido también optó por elevar la garantía hasta 50.000 libras. La UE tuvo que anunciar esta misma semana que aumentaba la garantía mínima de 20.000 a 50.000 euros. Ante la inminencia de una guerra de depósitos, España subió el respaldo a 100.000 euros por cliente y entidad.De la misma forma, los rescates bancarios en Reino Unido, Alemania, Francia y Países Bajos se han tomado a iniciativa de los Gobiernos, sin esperar al consenso comunitario.

Acción y reacción Las propuestas y sus repercusiones

Washington. El presidente de EE UU, George Bush, ha comparecido ante la opinión pública tres veces en dos semanas para llamar a la calma al pueblo americano y lanzar un mensaje de tranquilidad al mercado. El plan de ayuda se ha aprobado, pero el S&P 500 ha caído un 30% desde su primera comparecencia.Depósitos. La UE ha elevado a 50.000 euros el mínimo garantizado por cliente. En España, la cifra es de 100.000 euros, aunque en principio no se va a requerir a los bancos que hagan aportaciones adicionales. El número de ahorradores con más de 100.000 euros depositados en el banco es absolutamente residual, por lo que se puede considerar el FGD cubre a la inmensa mayoría de ciudadanos. Las aportaciones del fondo español superan a la suma de los tres siguientes países que más aportan: Francia, Suecia y Portugal. El fondo está pensado para la caída puntual de una entidad, no para la parálisis simultánea de todo el sistema financiero, algo que es prácticamente imposible que ocurra.Bancos centrales. Son los únicos que han actuado coordinadamente al aprobar el miércoles un recorte simultáneo de medio punto en los tipos de interés. El BCE y la Fed llevan meses suministrando liquidez a corto plazo a las entidades financieras, sin que el miedo se haya aliviado en los mercados.Ahorradores. El incremento de las garantías a los depósitos ha logrado el efecto de tranquilizar a la opinión pública.Mercados. Las Bolsas están en caída libre y las rentabilidades de la deuda pública se han disparado. El precio del petróleo ha caído un 50% en tres meses.

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