Un plan B para Fortis
Fortis habla, pero pocos le escuchan. La entidad belgoholandesa ha hecho tres emisiones de bonos en los últimos 10 días y celebró una conferencia sobre su situación financiera el viernes, en un intento por aplacar el ánimo de los inversores. Sin embargo, no funcionó. Sus títulos cayeron otro 20% el viernes.
Como con tantas instituciones financieras estos días, la inquietud se focaliza en su liquidez y su capital. La liquidez ya no parece representar un problema. Fortis espera obtener 130.000 millones de euros a través de títulos públicos convertibles en efectivo e hipotecas relacionadas con activos regionales como garantía para obtener préstamos del BCE.
Por otro lado, los inversores han comenzado a colocar su dinero en otros lugares. El 3% lleva haciéndolo desde comienzos de año a refugios seguros como los Eurobonos. Aún más, amplíando su posición de capitales.
Seguro que Fortis tiene mucho más que decir acerca de la exposición a las monolines. Su error ha sido confiar excesivamente en instrumentos de capital débiles, tales como la deuda híbrida, para llegar a su objetivo Tier 1 del 7%. La participación de ABN Amro que, con buena voluntad, adquirió el año pasado por 24.000 millones de euros, tiene también bastantes deficiencias.
El aumento de capital de Fortis en el último ejercicio se debió a un revoltijo de medidas que no resolvieron el problema. La mejor de todas fue deshacerse de negocios periféricos por 5.000 millones de euros. El problema es que su venta no está garantizada. Su última venta de activos, en verano, fue de menor valor y todavía debe hacer frente a la deuda de 2.000 millones de euros con la aseguradora china Ping An.
Es tiempo de actuar de manera más radical. Fortis debe contemplar un plan estratégico audaz que podría incluir la venta de sus joyas de la corona. Como la banca privada o la gestión de activos, el tipo de empresas que obtendrían más pretendientes y mejores precios. Otra alternativa sería separar de los seguros aquellos negocios que gozan de buena salud. Eso no iba a resolver el problema del capital, pero haría ganar tiempo para reestructurar el banco.
En ausencia de estas medidas, es posible que Fortis tenga que abandonar su independencia. No hay evidencia de compradores locales. Dexia, KBC, ING y Rabobank tienen sus propias limitaciones. Un superviviente del crédito como BNP Paribas podría querer expandirse al Noroeste.
En cualquiera de estos escenarios, ha de rodar una cabeza. La de Maurice Lippens, su presidente. Ha demostrado saber guiar al grupo en aguas turbulentas, pero se ha declarado incapaz de llevarlo a buen puerto.
Por Jeffrey Golfarb
Capitalismo inmoral
Los bancos van a la quiebra. Los accionistas llegaron a la quiebra. Los acreedores tienen pérdidas de alrededor de 100.000 millones de dólares. La bancarrota causa más crisis de confianza en todo el sistema financiero, necesitando un potencial rescate de 700.000 millones de dólares financiado por los contribuyentes. Los empleados logran 3.500 millones de dólares en bonus.Algo está fallando en este guión. Si alguien ha hecho una película sobre la codicia en Wall Street, va a costar hacer una secuencia mejor. Pero esto no es ficción. Esto es Lehman.Los detalles exactos de los bonus ofrecidos por Barclays y Nomura son poco claras. Pero Barclays ha destinado 2.500 millones de dólares y Nomura ha dispuesto de 1.000 millones de dólares para los empleados europeos. En ambos casos, los bonus se basan en lo pagado en 2007. Hay también algunos números desaforados dando vueltas sobre lo que los chicos en Nueva York han recibido.Es demasiado fácil de entender por qué los compradores han ofrecido grandes sumas para atar al staff clave -y por qué los empleados quieren suculentos bonus-. Uno puede incluso sentir un poquito de compasión por el numeroso cuadro medio del staff ya que ellos no pueden dirigir el tambaleante banco. Asimismo, no es que los empleados no deban haber recibido bonus; es sólo que al estar basado en el boom de números del año pasado hay que tener cuidado con el golpe. ¿Fueron esas sumas realmente necesarias para retener el talento?Además, están los otros accionistas. Menores bonus podrían haber significado menores pérdidas para los acreedores. Los liquidadores podrían haber logrado un poco más aparte de los compradores si hubieran destinado menos a los empleados. Está también el interés público. En un momento en el que el revés contra la codicia de Wall Street se está incrementando, esta clase de comportamiento mina las bases morales del capitalismo financiero.Por Hugo Dixon