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Santiago Carbó

"La solución para la banca española serán las fusiones"

Este experto cree que la crisis actual abrirá el debate entre los bancos centrales para controlar más los riesgos y prevé fusiones en la banca española, aunque descarta las quiebras

La convulsión del sistema bancario estadounidense está dejando atónitos a los ejecutivos financieros y también a los expertos académicos. Nadie ha sabido anticiparse a la virulencia de la crisis y a las estrepitosas caídas de gigantes como Lehman Brothers o la aseguradora AIG. Santiago Carbó, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Granada y director de Análisis de Funcas, ha trabajado este año en Estados Unidos como asesor de la Reserva Federal y avanza la gran labor regulatoria que espera de ahora en adelante a los bancos centrales. El daño que han provocado los excesos de las hipotecas subprime ya está hecho, sin que se vislumbre un rápido desenlace a la crisis, pero hay que ponerse manos a la obra para prevenir hecatombes bancarias en el futuro.

La quiebra de Lehman Brothers y la nacionalización de AIG resultan de haber tomado riesgos excesivos elmercado de las hipotecas basura. ¿Qué grado de responsabilidad puede atribuirse a laReserva Federal y al resto de instituciones estadounidenses en la actual crisis bancaria

Es un nuevo entorno, nunca había ocurrido algo así. Todo lo que pasa hoy tiene algo que ver con lo que ha ocurrido hasta ahora. Tras los atentados del 11-S se practicó una política de inyección de liquidez y bajada de tipos de interés. Ese fue un terreno abonado para que -en un contexto de tipos bajos y con la recuperación económica posterior-, las entidades financieras, que estaban muy desreguladas, crecieran en el negocio hipotecario. En ese entorno, las instituciones hicieron lo que se les permitió. ¿Podía haber previsto esto la Fed? Pues a lo mejor sí, pero también era un entorno nuevo, nunca se pensó que las posteriores subidas de tipos iban a afectar tantísimo a la tasa de morosidad de la subprime.

¿Cuáles son las principales lecciones que dejará la actual crisis para las instituciones financieras?

Evidentemente, todos hemos tenido que aprender la lección. La banca de inversión, que se ha adentrado en un terreno que la ha llevado a grandes pérdidas, ya no va a ser lo que era. Y Wall Street tampoco va a volver a ser lo que era, ha perdido tres de sus grandes operadores. Se pierde una filosofía de hacer dinero rápido, que a su vez atraía más dinero. Y los grandes cambios van a venir también en materia de regulación y supervisión. Estamos abocados a un periodo de regulación, para que se controlen mucho más los riesgos, se exijan mayores dotaciones de recursos propios, más provisiones en determinadas actividades y mayor responsabilidad a los ejecutivos. A lo mejor, esa nueva regulación está más cerca del modelo europeo que del americano. Ese debate se está produciendo y debe ser sosegado. Ahora los reguladores está muy atentos no tanto a reparar el barco, sino a que siga adelante. Cuando termine la tormenta, entonces ya veremos. Es un proceso que debe llevar un tiempo para que de esta crisis no hagamos una regulación que dentro de diez años sea un problema. Hay que hacerla bien para luego evitar otros problemas futuros.

La decisión de la Fed de mantener los tipos y de nacionalizar AIG ¿es un claro síntoma de que ya no pesan las presiones de Wall Street?

El mercado está muy convulso, lo que necesitaba fundamentalmente en este momento era liquidez. Se han bajado mucho los tipos y se ha inyectado mucho dinero, pero había agujeros en Estados Unidos que ya no se podían resolver así. En EE UU, la situación es muy, muy complicada y en la Fed ha habido un cambio muy importante de política, de filosofía. Los riesgos eran lo suficientemente importantes como para que la decisión de nacionalizar AIG se tenga que catalogar como correcta para evitar males mayores.

¿Cuáles serán las consecuencias para la banca europea y española?

El gran detonante son los problemas de la banca americana y las hipotecas subprime, eso tenemos que reconocerlo. Pero, decir que la economía europea y española no habrían tenido problemas es una lectura muy simplista. El proceso de desaceleración en España y Europa ha pasado de moderado a agudo. En cualquier caso, la banca española está mejor en solvencia que la europea, está en la franja superior. El nubarrón es que aquí la crisis inmobiliaria es más aguda. Pero el sistema bancario español se encuentra entre los mejores del mundo, lo ha sido y lo sigue siendo.

¿Pero no estamos aún en un punto muy inicial de lo que puede llegar a ser una crisis de la banca en España? La morosidad comenzará a pesar en los resultados de próximos trimestres.

Totalmente, aunque yo no tengo claro que vaya a haber una crisis bancaria en España. Puede haber episodios puntuales de algunas instituciones, pero el problema no será tan grande como para que caigan entidades, la solución vendrá con las fusiones. No veo un problema como el de Estados Unidos. En España, el mercado va a poder acomodar estas tensiones que no son nuevas, ya han ocurrido a lo largo de la historia española. Los últimos cinco años han sido muy brillantes, pero a finales de los 80, 90, cuando se abrió la competencia de las cajas… hubo fusiones. Los fuertes sobrevivieron, como ahora ocurrirá. Sí estoy de acuerdo en que el proceso tardará un tiempo en notarse, ahora estamos en el inicio.

¿Pero cuál va a ser el grado de intensidad de esa purga? Hay análisis muy pesimistas y a veces da la impresión de que lo políticamente correcto se aleja de la realidad.

En este momento son muy inoportunos los mensajes alarmistas, no hay una base para ello. Y no es la primera vez que hay crisis, estábamos demasiado bien acostumbrados. Pero también es verdad que habrá que cambiar el modelo bancario. El negocio crediticio ya no va a crecer como lo hacía. Y todos aprendimos la lección de que no conviene hacerlo crecer tanto. Además de ver dónde está la vía de agua y arreglarla hay que pensar qué pasará cuando todo vuelva a la normalidad. La banca ha de ser imaginativa.

Un nuevo patrón de banca en España

La banca española soporta los excesos cometidos durante los últimos años en la concesión de créditos hipotecarios. Es la gran espada de Damocles que pende sobre el sector, a pesar de que ahora afronte la crisis desde unos niveles de solvencia y capitalización superiores a los del resto de la banca europea, según apunta Santiago Carbó.Y más allá del desafío del pinchazo en la construcción y del alza de la morosidad, la banca española se enfrenta además a la búsqueda de un nuevo modelo de negocio con el que relevar el boom crediticio. 'Eso hay que ir pensándolo ya, los bancos no se pueden quedar quietos. A lo mejor hay que sacar más provecho de esa infraestructura que tienen como son las sucursales, que están medio día o dos tercios del día desaprovechadas. O reforzar toda la venta online'…En opinión de Carbó, 'la sociedad española tiene todavía un margen tan grande para hacer tantas cosas, que si las entidades financieras son imaginativas, capaces de detectar los futuros nichos de mercado, la banca puede ser un negocio muy rentable. No es fácil pero hay que diversificar con actividades no financieras, pensar en productos de ahorro más competitivos'.

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