Lehman Brothers, una ruina de gestión
Ambición desmedida, 'bonus' multimillonarios, ejecutivos que desconocían lo que vendía el banco y un consejo inoperante
No se les veía tristeza en sus rostros, y eso que acababan de perder su empleo. Sorprende, la verdad'. La reflexión en voz alta es de José Medina, presidente de Ray & Berndtson en España, después de ver las fotografías de los empleados de Lehman Brothers cargando en cajas sus pertenencias y abandonando para siempre sus oficinas. Muchos se han quedado sin trabajo, todavía no se conoce la cifra de despedidos, pero, como dice el refranero español, 'las penas con pan son menos penas', y la sonrisa de muchos de los retratados refleja que el bonus recibido les ha compensado.
'Las cantidades recibidas son altísimas. No tienen sentido. Se debería implantar un bonus negativo, que penalice el fracaso', afirma el economista Juan José Toribio, director del IESE en Madrid. 'Que un chico de 33 años gane más de un millón de euros comprando y vendiendo hipotecas, mientras que el sueldo medio de un directivo en España está en 150.000 euros y el de un investigador en 75.000 euros, es un disparate', sostiene Pedro Goenaga, presidente de Russell Reynolds en España. 'Cuando los sistemas retributivos son cortoplacistas la consecución de resultados es lo único que importa. Es la competencia, el mercado, y reciben barbaridades de dinero si lo hacen bien', añade Carlos Dafauce, socio de Korn Ferry Internacional y experto en temas financieros.
Los siguientes datos ilustran la paradoja. Lehman Brothers, desde el verano de 2007, cuando saltó la crisis de las hipotecas basura, ha despedido a 7.800 empleados y ha acumulado pérdidas de 13.800 millones de dólares. Sin embargo, su presidente ejecutivo, Richard Fuld, cobró de sueldo 34,4 millones de dólares en 2007. En 2006 recibió 30,6 millones, y en 2005, con 29,4 millones. Lo que falla, dice Medina, es cuando de adorar al becerro del oro se pasa a que el oro adore al becerro. 'Se confunde todo, y se olvidan de que hay unos valores equitativos y éticos. Ocurrió con Enron, con la burbuja tecnológica, y ha vuelto a suceder. Hay quien cree que la economía de mercado se hace por sí sola, sin regulación, que sólo son buenos si son capaces de vender bonos y bonos, de generar riqueza a cualquier precio, y dejan todo al libre albedrío'.
Los expertos dicen que lo que ha fallado es el sistema de control interno del banco
Lo que ha fallado en Lehman Brothers es la cadena de control. 'El problema de muchas personas que están en el sector financiero es que son jóvenes, tienen una ambición desmedida, creen que están técnicamente preparados y están muy orientados a conseguir el bonus', explica Pedro Goenaga, que añade a todos estos ingredientes la 'permisividad de los jefes' de estos tiburones de las finanzas, y 'la dejación del consejo de administración'. En su opinión, ha fallado el sistema de control interno. 'En ocasiones, los directivos no sabían qué productos se estaban comercializando, y el consejo de administración no ha hecho bien su trabajo', agrega el director de Russell Reynolds.
¿Qué ha ocurrido con el consejo de administración?, se pregunta Juan José Toribio. '¿Cómo se ha podido permitir que los gestores financieros hayan llevado tan lejos estas operaciones? Los consejos tienen que entender el negocio, los productos que se venden, tienen que hacer esfuerzos porque, de lo contrario, veremos más casos como el de Lehman'. En su opinión, uno de los errores más comunes afecta al control de riesgos. 'Se ha prescindido de este tipo de expertos porque tienen 50 años, en beneficio de los más jóvenes, y un gestor de riesgos debe tener cicatrices. Todo esto está en manos de gente que no ha vivido nunca una crisis', afirma Toribio.
También contra la irresponsabilidad del máximo órgano de gobierno de la entidad arremete Carlos Llagostera, socio director de H-Capital, quien cree que no ha hecho bien sus deberes. 'Según mis informaciones, al consejo de Lehman Brothers, compuesto por judíos, le motivaba únicamente la consecución de resultados. No importaba a qué precio, y siempre pensaron que otra entidad como Barclays, cuyos miembros del consejo de administración también pertenecen a la comunidad judía, iba a acudir a ayudarles, pero no ha sido así'. Este consultor salva de la quema a los ejecutivos de la entidad. 'Si la orden del consejo es que había que conseguir resultados, ellos hacían su trabajo. Por tanto, no es culpa suya lo que ha sucedido', matiza.
Barclays no acudió al rescate de Lehman. Tampoco lo hizo Bank of America, que sí decidió quedarse con otro banco ahogado por la crisis de las subprime, Merrill Lynch. Durante la tarde del domingo pasado ambas entidades financieras se retiraron de la mesa de negociación al no poder asegurarse una buena inyección de dinero público para cubrir las pérdidas de Lehman. Finalmente, el pasado martes Barclays decidió comprar una parte de sus activos, entre los que se encuentra la unidad de corretaje, la sede de la entidad en Nueva York y los centros de datos, por 1.300 millones de euros. Esta medida implica que alrededor de 10.000 empleados, de los 25.935 que tiene repartidos por todo el mundo, podrán conservar su empleo.
A los que se van a la calle les espera, de momento, la incertidumbre. 'En la actualidad, la crisis es general, y no habrá muchos bancos de inversión que les puedan hacer buenas ofertas. Para la banca comercial es una buena oportunidad para fichar a buen precio a jóvenes con talento, aunque elegir a los buenos es complicado', afirma el director en España de Korn Ferry, Carlos Alemany. Otra salida profesional, anota Dafauce, 'para los que tienen 30 años puede ser trabajar como analistas financieros en compañías o en empresas de capital riesgo'. Y añade que a muchos no les hará falta el trabajo porque 'tienen los bolsillos bien cargados'.
Conviene separar la paja del grano. No todos en Lehman Brothers han realizado malas prácticas. Pedro Goenaga tiene palabras de reconocimiento para el equipo de profesionales de la filial española, 'que ha de salir indemne de esta crisis'. Es más, asegura que puede ser una magnífica oportunidad para que otras entidades financieras los fichen. El banco estadounidense cuenta con 45 empleados en España, rebajada en 10 trabajadores en los últimos tiempos. La oficina española no presentaba amenaza alguna: en lo que va de año había ganado 75 millones de dólares. En 2007 consiguió ganancias de 170 millones. 'El talento, incluido el supuesto talento, se absorberá, como ocurrió cuando la burbuja de internet o con Enron', señala José Medina. Lo cierto es que todos los cuentos tienen un final, y el de la historia que inició Henry Lehman hace 158 años en Alabama ha comenzado a escribirse. Y a la vista de todo el mundo.
Kenneth Lewis. Bank of America. Un analista de créditos al que no le dieron hipoteca
Kenneth Lewis entró a trabajar en 1969 en el North Carolina National Bank, entidad que luego se convirtió en Bank of America, como analista de créditos. No fue su primer empleo. Desde los 12 años, había trabajado a tiempo parcial en una gasolinera para ayudar a su madre, una enfermera con dos dos turnos para sacar adelante a la familia. Lewis, nacido en Misisipi hace 61 años, consiguió ir a la universidad y terminó en la banca pero no en la intimidante Wall Street sino en la de la sede del banco en Charlotte, Carolina del Norte. Cuando fue por primera vez a trabajar a Nueva York, en 1977, le negaron una hipoteca porque su sueldo no era suficiente. En 2001 se convirtió en el consejero delegado de un banco que él mismo ayudó a hacer más grande con fusiones y compras. Y desde la máxima responsabilidad siguió comprando, FleetBoston, MBNA, Countrywide y ahora, Merrill Lynch. Pese a esa fiebre compradora, dicen que tiene aversión al riesgo. Es algo que le distingue de sus pares. Eso y el sueldo: su bonus fue de cero dólares en 2006 y 2007.
John Thain. Merrill Lynch. El hombre que cerró la faena en Wall Street
John Thain se hizo cargo de la empresa que lleva un toro bravo en su logo en noviembre de 2007. Sustituyó a Stanley O'Neal, el hombre que impulsó la cultura del riesgo que luego le explotó en las manos. Thain no llevaba ni un año al frente de Merrill cuando esta semana dijo haberse visto obligado a hacer algo que él no se imaginaba haciendo, vender la entidad a Bank of América. Es decir, rematar la faena y llevar al animal a toriles en vez de que terminara siendo pasado por la espada.Thain tiene 53 años y una carrera forjada en Goldman Sachs, el banco al que llegó después de años de formación en el MIT y Harvard. Su ascenso en este prestigioso banco de inversión se acabó en 2003. Entonces era director de operaciones, uno de los cargos de mayor responsabilidad, y recibió la llamada de una convulsa Bolsa de Nueva York. Thain modernizó el mercado automatizándolo como paso previo a convertirla en una empresa con ánimo de lucro. Su éxito le llevó a Merrill Lynch, donde se convirtió en uno de los ejecutivos mejor pagados de Wall Street.
Richard Fuld. Lehman Brothers. El gorila de Wall Street pierde la última batalla
Su carácter difícil y su imponente presencia le han valido el apodo de 'el Gorila'. Richard Fuld, de 62 años, sólo tiene una empresa en su currículum, Lehman Brothers. Entró en la firma en 1969 vendiendo deuda a corto plazo y terminó siendo uno de los primeros ejecutivos cuando esta se fusionó con Shearson/American Express en 1984. Entonces él era contrario a esta operación que duró 10 años. Cuando Lehman se segregó, Fuld era el coconsejero delegado, puesto que asumió totalmente desde 1994 hasta ahora. Durante esos años, cambió el rumbo de la firma, centrada en el mercado de la renta fija, para ampliarlo también en el más arriesgado de la titulización de deuda. Fuld es ahora una figura envilecida por la crisis y las compensaciones que ha recibido. En 2001 se embolsó más de 100 millones de dólares y 175 millones más desde 2003 hasta ahora.Este año ha rechazado ofertas de compras y ha confirmado repetidamente que Lehman tenía buena salud. Sus críticos aseguran que se ha negado a ver la gravedad de la crisis.