La inflación y el euríbor acaban el mes de julio en máximos históricos
El IPC armonizado alcanzó en julio el 5,3% en tasa interanual, según el dato avanzado ayer por el INE, lo que sitúa la inflación en su nivel más alto desde diciembre de 1992. España se encuentra a las puertas de la estanflación, pues la economía creció en tasa intertrimestral de abril a junio sólo un 0,1%, según las estimaciones del Banco de España.
La estanflación (estancamiento económico más inflación) ha dejado de ser una inquietante amenaza para convertirse en realidad. El IPC armonizado, que calcula la inflación de forma homogénea al resto de países europeos, aumentó en julio del 5,1% al 5,3%, su nivel más alto desde que se empezó a utilizar este indicador en 1997. Este resultado no suele apartarse más de una décima del IPC general, que no registraba una tasa tan alta desde 1992, año que marcó el inicio de la última crisis económica. Cuando se conoció la inflación del pasado mes de junio, que fue del 5%, el vicepresidente económico, Pedro Solbes, descartó que la economía estuviera en estanflación porque 'no ha sufrido un periodo largo y duradero de precios altos y crecimiento bajo'. Sin embargo, esta semana, el Gobierno ya reconoció que trabaja con la posibilidad de que el PIB no aumente ni una décima, aunque las previsiones oficialices prevén un crecimiento del 1,6% para este año y del 1% para 2009. El próximo 14 de agosto, el INE publicará el dato del PIB del segundo trimestre. La alta inflación responde al incremento del precio del petróleo, que en los últimos doce meses se ha encarecido un 32%, y por la crisis alimentaria. Los precio de los alimentos se incrementaron en junio un 56,7% en tasa interanual, según el índice de The Economist de las materias primas. Con todo, el hecho de que en julio el precio del crudo haya caído podría ayudar. Tal y como prevé Solbes, a que la inflación abandone su alto nivel actual.
Si bien el dato de IPC Armonizado -que lleva ya tres meses consecutivos logrando récords- es un avance, no suele variar del dato definitivo que se conocerá el próximo 15 de agosto. Por otra parte, ayer también se conoció el dato avanzado de inflación de la zona euro, cuya tasa se incrementó una décima respecto a junio y alcanzó el 4,1%, su nivel más alto desde 1997, año en el que se inició la serie histórica.
Así, si bien el encarecimiento del petróleo y la crisis alimentaria afecta a todos los países, la situación en España es más preocupante y el diferencial de inflación se incrementó un punto por tercer mes consecutivo y se situó en 1,2 puntos porcentuales. El Banco de España advirtió ayer que la economía podría estar sufriendo ya efectos de segunda vuelta provocados por la actualización de los salarios ligados al IPC.
La inflación afecta de forma asimétrica a los estados europeos. Mientras que Alemania, el principal motor de la UE, logra contener la inflación por debajo de la media -en julio el IPC alemán se mantuvo como en junio en el 3,3%-, otros Estados como Bélgica o Italia mantienen una senda similar a la española. Los belgas vieron como la cesta de la compra se encarecía en julio un 5,9, algo que no sucedía en 24 años. Italia, por su parte, registró el pasado mes una inflación del 4,6%, máximo desde 1996. Eurostat publicará los datos oficiales de la zona euro y de todos los países europeos el 14 de agosto.
El modelo salarial, en el punto de mira
Con los malos datos de la inflación, cada vez más voces alertan del peligro de trasladar la alta inflación a los salarios, lo que provocaría el llamado efecto de segunda vuelta que añaden un plus de tensión sobre los precios. El miércoles, el Banco de España alertó de que el aumento de los salarios en 2008 debido al incremento del IPC el año anterior, podría estar ya incidiendo negativamente en la evolución de los precios. El temor a los efectos de segunda ronda es compartido por el BCE. Pedro Solbes también se ha mostrado a favor de la moderación salarial.Los dos grandes sindicatos, Comisiones Obreras y UGT, rechazaron esa idea y defendieron que el incremento del precio del petróleo explica la inflación y no la vinculación directa entre salarios e inflación. Cándido Méndez, secretario general de UGT, aseguró en los micrófonos de la Cadena SER que plantear la contención salarial para combatir la inflación es 'desacertado' y 'contraproducente'.