La CE propone reforzar los comités de empresa transnacionales
La información a los representantes de los trabajadores de las compañías transnacionales en casos de fusiones o reconversiones es insuficiente. Eso cree la Comisión Europea, que espera aprobar a finales de año la reforma de la directiva europea de los comités de empresas europeos, para que éstos reciban con plazo suficiente los planes empresariales.
La vieja Europa mira con cierto temor a las deslocalizaciones y a los costes más baratos de otras zonas, preocupación que se traslada a los trabajadores de los grandes grupos empresariales, con una alta capacidad para modificar los lugares de producción.
Las empresas multinacionales europeas tienen, en la actualidad, la necesidad de informar a los comités de empresa europeos (formado por representantes de los trabajadores de los distintos países donde la compañía tenga actividad), de los planes de reconversión, fusiones o cierres que afecten a más de dos países. Pero la realidad es que casi ninguna empresa lo cumple, ya que los sindicatos se enteran casi al mismo tiempo que los medios e comunicación de los cambios.
Por eso, la Comisión Europea acaba de presentar al Parlamento Europeo y a los países miembros una propuesta de reforma de la directiva que regula los comités de empresa europeos.
La directiva actual, de 1994, daba a estos comités unas funciones de información y consulta de los planes patronales. Pero la realidad es que, según reconoce la propia Comisión, 'el derecho a información y consulta transnacionales carece de efectividad'.
La intención de la UE es reforzar los requisitos sobre el papel de los comités transnacionales, regulando exactamente qué se entiende por información y consulta y los plazos en los que las compañías deben informar a los representantes sindicales de los planes corporativos.
En la actualidad existen 820 de estos comités, que representan a 14,5 millones de trabajadores, según datos de la UE. El número es escaso, sólo un 36% del total de las compañías que podrían contar con estos órganos.
Los requisitos para constituir un comité europeo (un derecho para los trabajadores, pero no una obligación para las empresas) sólo se aplica a las compañías que tengan al menos 1.000 empleados y 150 al menos en cada uno de dos o más países europeos.
En 1999 empezó un proceso de reforma de la directiva que debería haber concluido en 2004, pero que no se consumó, debido a que las organizaciones patronales no deseaban nuevos requisitos. Ahora, la Comisión ha decidido saltarse la negociación con los interlocutores sociales para que a finales de este año los ministros de Trabajo y el Parlamento Europeo tengan aprobada la iniciativa y pueda entrar en vigor a principios de 2009.
'Al incluirlo en la agenda social, la Comisión pone de moda de nuevo estos comités', por lo que podría aumentar su número, asegura Raquel Flórez, socia de Freshfields Bruckhaus Deringer, despacho laboral que asesora a empresas.
Con su propuesta, la UE desea que los comités de empresa europeos 'deben estar en situación de desempeñar plenamente su papel en la anticipación y el acompañamiento de los cambios, y de desarrollar un auténtico diálogo social transnacional'. Aunque, en realidad, estos órganos no tiene potestad para negociar.
'En la práctica tiene un valor muy limitado, ya que cuando se informa a los trabajadores, la empresa ya ha tomado la decisión', aclara Flórez, y sirven únicamente 'para preparar la batalla' en los centros de cada país.
Los sindicatos apoyan la medida y la patronal europea se inhibe
Los sindicatos europeos apoyan la iniciativa de la Comisión porque refuerza los comités de empresa europeos. Ante posibles cierres o deslocalizaciones, las centrales obreras desean que haya 'una información adecuada en plazos adecuados', que no permitirá a estos órganos la negociación directa, pero sí las posibles movilizaciones, según informan desde CC OO.'La posición inicial no es mala', reconocen, aunque la Confederación Europea de Sindicatos (CES) haya elaborado propuestas, que espera que la Comisión recoja. También reconocen que también tiene 'malas sensaciones' ante un Consejo Europeo de ministros de Trabajo que recientemente ha aprobado la directiva de las 60 horas.Por su parte, la organización empresarial Business Europe se ha inhibido de participar en la propuesta, una iniciativa que la patronal ya bloqueó en 2003.
Sólo el 14% de las grandes en España disponen de estos órganos
Las multinacionales españolas van muy por detrás de sus homólogas europeas en la constitución de estos órganos.Sólo seis de las 41 potenciales compañías que podrían disponer de estos organismos, según CC OO, disponen de un comité donde se sienten los representantes sindicales de diferentes países.Ni Iberdrola ni Telefónica cuentan con este organismo. Sí cuentan con él, BBVA, Santander o Aguas de Barcelona.El bufete Freshfields Bruckhaus Deringer ofrece algunas explicaciones de por qué a algunas compañías no le gustan este tipo de órganos representativos: el coste.Costes de al menos una reunión anual para los representantes, gastos de interpretación, de desplazamientos y además, si la reforma sigue adelante, con la posibilidad de contemplar la ayuda de expertos que preparen informes para los comités.