_
_
_
_
Entidades financieras

Santander, Royal Bank y el fondo DIF invertirán juntos en energía solar

Tres entidades financieras, Grupo Santander, Royal Bank of Scotland y el fondo holandés de infraestructuras DIF Renewable Energy, han sumado fuerzas en una joint venture para abordar el negocio de la energía solar en España, Italia y Grecia. Los socios (la participación de Royal Bank está en manos aún de ABN Amro) pretenden hacerse con una cesta de plantas fotovoltaicas valorada en 500 millones.

SolarCap Partners es el nombre de un nuevo inversor en el terreno de la energía solar. Y no se trata de cualquiera. Detrás figuran el Santander, Royal Bank of Scotland (a través de ABN Amro) y la gestora de fondos de capital riesgo DIF, cuyo foco está dirigido al sector de las infraestructuras. Su intención es amasar una importante cartera de activos solares en tres mercados: España, Italia y Grecia. Y su plan estratégico centra el interés en instalaciones fotovoltaicas que irán desde los 2 MW hasta los 20 MW. SolarCap parte con la previsión de destinar 500 millones a hacerse hueco en el mercado.

El crecimiento de esta joint venture entre entidades financieras y un fondo especializado en infraestructuras se producirá a través del arranque de nuevos proyectos, la toma de participaciones en plantas en construcción y también en instalaciones operativas.

Con una primera actuación en la rampa de lanzamiento, en Andalucía y con 2 MW de potencia instalada, la entidad ha firmado acuerdos para participar en iniciativas en los próximos meses con una potencia de 15 MW.

Más información
CONSULTA LA COTIZACIâN DEL SANTANDER

La primera instalación, de 2 MW, estará ubicada en Andalucía

Esta experiencia no es la primera que une al banco que preside Emilio Botín con el negocio de la energía solar. En abril de 2006 la entidad se alió con BP Solar para destinar 160 millones a la creación de instalaciones fotovoltaicas. Más recientemente, el Santander ha constituido una sociedad de capital riesgo, Santander Energías Renovables I, con el fin de que sus clientes de banca privada participen en firmas de energías alternativas.

DIF también cuenta con reconocido interés. Tras crear su primer fondo de infraestructuras en 2005, se lanzó en septiembre del año pasado a por oportunidades en energía eólica y solar con la creación de DIF Renewable Energy. Su ámbito de actuación se encuentra en Europa, pero no descarta movimientos en EE UU y Canadá.

Objetivos en Europa

La apuesta europea por las renovables ha generado oportunidades que exprimen desde las constructoras a entidades financieras y el capital riesgo. La Comisión Europea, a través del Libro Blanco de la Energía para el futuro, se marcó el objetivo de multiplicar por 100 la producción eléctrica obtenida a partir de paneles fotovoltaicos. Esto supone pasar de los 30 GWh generados en 1995 a 3.000 GWh en el año 2010.

En España, el Plan de Energías Renovables era el guión para el desarrollo de la energía solar. En este país había 37 MW instalados en 2004 y el objetivo era alcanzar los 400 MW en 2010, tal y como marcaba el Real Decreto 661/2007. Esta circunstancia revolucionó el mercado, marcando un ritmo de crecimiento del 408% el año pasado. En menos de seis meses, las empresas se habían lanzado al terreno de las instalaciones solares fotovoltaicas y habían cubierto el objetivo.

Las buenas primas que otorgaba la norma para esta fuente de energía verde animaron a energéticas, como Iberdrola, Fenosa o Endesa; constructoras entre las que destacan Acciona o la nueva apuesta de FCC; entidades financieras, entre las que resaltan las cajas de ahorro, y el capital privado, representado por entidades como la manchega Capital Energy, la navarra Clave Mayor, la catalana Sustainable Investments Capital o las firmas internacionales de capital riesgo Demeter o First Reserve Corporation. Además, se han implicado grupos turísticos como Globalia, inmobiliarias como Urbas y hasta fabricantes de camiones como MAN.

El negocio, de apariencia jugosa en España, se enfrenta a una época de incertidumbre. El citado decreto perdió la vigencia en el momento que se alcanzaron los 400 MW y se entró en el periodo transitorio, marcado por la norma para que las centrales que se habían iniciado ya pudieran concluir respetando sus condiciones.

Ante esta circunstancia, se ha desatado un ritmo de instalación de 120 MW mensuales, en vista de que las primas tocan a su fin. El problema es que aún no hay un marco legal para el futuro ni unas remuneraciones que pongan en valor próximas construcciones. Ante una reducción de primas previsible, pero de magnitud desconocida, los inversores se apresuran, como van a hacer el Santander, ABN y DIF, hacia nuevos mercados con retribuciones favorables y en pleno despegue. Este el caso de Italia y Grecia, que cuentan con horas de insolación y marcos legales atractivos.

Dos mercados atractivos

Las inversiones de ABN Amro en la sociedad SolarCap pasarán en el futuro a manos de Royal Bank of Scotland (RBS). Esto se debe a la compra, el pasado mes de noviembre, del citado banco a manos de un consorcio formado por RBS, Fortis y Banco Santander.

Dos mercados atractivos por sus primas

Como ha sucedido en España, las energías alternativas también han experimentado un fuerte despegue en Italia. Un país que se ha convertido, según los datos del Eurobserver, en el tercer mercado fotovoltaico europeo, tras Alemania y España, al superar el pasado ejercicio los 100 MW instalados.Una de las claves de ese crecimiento reside en el campo regulatorio: Italia ha establecido un favorable sistema de primas, muy parecido al español y al alemán, que depende del tamaño de la instalación y de su integración en edificios, o no, para fijar su cuantía.El sistema de primas tocará a su fin cuando se alcancen los 1.200 MW y la retribución se disminuirá en un 2% a partir de 2009, lo que marca la importancia de llegar a este negocio antes de que la potencia instalada sea mayor y, por consiguiente, haya menos hueco.En Grecia, el otro destino objetivo para la nueva sociedad SolarCap Partners, las primas son favorables y las condiciones climatológicas acompañan. Sin embargo, el problema que enfrentan los inversores es el exceso de peticiones.Fuentes del sector explican que los procesos administrativos son largos y exigentes, y que las peticiones de instalaciones han crecido tanto que el regulador apenas da abasto.Ante esta situación de saturación, el Gobierno está negociando un nuevo sistema de aprobación que agilice los trámites que soportan las empresas y acelere la implantación de la energía solar en ese país mediterráneo.

Más información

Archivado En

_
_