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Tribuna
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Cambio de ciclo

La demanda de la industria cementera está garantizada, asegura el autor, pese al cambio de ciclo que vive la economía española. En su opinión, la situación del mercado doméstico se irá regulando con nuevas estrategias como la mayor producción de clínker o el aumento de las exportaciones

El sector cementero español es un claro ejemplo del cambio de ciclo que estamos viviendo en España. Durante la última década nuestro sector ha obtenido récords históricos tanto de consumo como de producción, ocupando el quinto lugar mundial, con más de 1.300 kilos de cemento consumido por habitante y año. Desde el año 2000 la industria española lidera el ranking de consumo de los países miembros de la Unión Europea. Sin embargo, en 2007 el sector asistió a un cambio de ciclo motivado, fundamentalmente, por la actual coyuntura económica española y mundial. La crisis de las subprime fue el pistoletazo de salida para un nuevo escenario que ya presentaba algunos signos de agotamiento en los principales mercados globales. En nuestro país, esta crisis está afectando fundamentalmente al sector de la construcción, y de forma mayoritaria a la edificación residencial, especialmente tras la estrategia de la industria financiera de ser más cautelosa en la concesión de créditos.

Las circunstancias actuales han determinado que la edificación, tanto de carácter residencial como no residencial, refleje cifras negativas, al igual que la oferta pública de vivienda. Sin embargo, la licitación en obra civil está teniendo un mejor comportamiento que la destinada a edificación, sobre todo en el caso de la licitación realizada por la Administración central, mientras que en los últimos meses la correspondiente a la Administración local está arrojando resultados negativos. No obstante, todo hace pensar que las cifras se recuperarán y que la actividad constructora en este segmento tendrá un cierto margen de crecimiento.

Durante la anterior legislatura se elaboró el ambicioso Plan Estratégico de Infraestructuras y Transportes y el resultado de las últimas elecciones asegura el mantenimiento de estas políticas. En cualquier caso, se hace cada vez más patente la necesidad de encontrar soluciones en las que la inversión privada cobre un mayor protagonismo con el fin de potenciar la ejecución de estos proyectos. Existen muchas iniciativas de obra civil en todas sus variantes, como las infraestructuras de la Expo de Zaragoza, la ampliación del puerto de Valencia o del aeropuerto de Palma, que están demostrando ser más flexibles y ágiles que las de edificación residencial.

El nuevo marco eléctrico puede llevar al sector cementero a un aumento inasumible del precio final de la energía

Como consecuencia, desde Oficemen observamos que el comportamiento positivo de la obra civil, sobre todo a partir del segundo semestre de 2008, amortiguará el descenso que se está produciendo en la demanda de cemento, aunque podemos afirmar que no va a producirse una compensación total entre ambos sectores.

Pero esta mejoría encuentra una nueva amenaza por lo que significa el coste de la energía para el sector cementero y que llega al 50% de nuestros costes. Hasta ahora el cemento ha ido absorbiendo, con enormes esfuerzos, las graduales subidas eléctricas, de hasta un 40% en los últimos tres años. Sin embargo el nuevo marco eléctrico español, con la desaparición de las tarifas de alta tensión a partir del próximo 1 de julio, sin un mercado competitivo y desarrollado en marcha, puede llevar a un aumento inasumible del precio final de la energía. Las consecuencias pueden ser graves en materia de competitividad pero también de deslocalización de plantas cementeras y desinversiones.

La alternativa en este terrero pasa por un marco de precios competitivo, a largo plazo, que ofrezca garantías a la industria para también ser competitiva, al igual que ocurre en otros países europeos. Es aquí donde la Administración central tiene que velar por los intereses del sector, tomando medidas ante el periodo de transición a un mercado real y facilitando mecanismos de contratación.

Con todo ello, el descenso previsto en el consumo en 2008 se podría situar en torno al 10%. El panorama es ciertamente de cambio de ciclo si bien la demanda de la industria cementera está garantizada y refrendada por las cifras, que siguen situando a España entre los países europeos de referencia en el consumo de cemento. Además la situación del mercado doméstico se irá regulando con la búsqueda de nuevas estrategias, que pasan entre otras iniciativas por la reducción de las compras de clínker en el mercado exterior, así como la potenciación de las exportaciones.

Finalmente no debemos olvidar que también hay señales de crecimiento para la producción de clínker, producto intermedio necesario para la producción de cemento y base de nuestro valor añadido. En cualquier caso, no podemos bajar la guardia y debemos continuar siendo competitivos para poder mantener la actividad mientras continúa la parte negativa del ciclo económico.

Manuel de Melgar y Oliver. Vicepresidente de Oficemen (Agrupación de Fabricantes de Cemento de España)

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