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Cinco Sentidos

Una mansión en cada país a dos pasos de la oficina

Dirigir una empresa con sede en Londres desde la Toscana italiana, asistiendo sólo a reuniones clave, es más fácil con las nuevas tecnologías, pero sólo está al alcance de los más ricos. El último informe del mercado inmobiliario de lujo de Knight Frank señala que no hay diferencias entre la primera y la segunda residencia cuando los multimillonarios deciden comprar una vivienda.

Zonas costeras como Cape Cod están bastante cerca de Nueva York, y permiten vivir lejos de la gran ciudad sin estar desconectado del todo. El informe muestra el caso de una familia ruso-brasileña, dueña de apartamentos en Nueva York, Ginebra, Ibiza y, hasta hace poco, en Singapur, en los que pasan periodos de tiempo parecidos durante todo el año.

La accesibilidad es el criterio que más pesa en la decisión de compra, según una encuesta realizada por Knight Frank, y se mide por el tiempo que se tarda en ir desde el lugar de trabajo o de ocio. Para una primera residencia, por encima de una hora, u hora y media, se considera excesivo. Una segunda residencia de uso habitual, alternativa a la primera, no debe estar a más de dos horas de distancia de ésta o de la oficina. Para estancias más esporádicas, cuatro horas es una distancia aceptable.

Al comprar buscan seguridad, vecinos de su país y oferta educativa

Influye que la vivienda tenga cerca algún aeropuerto internacional, y que no haya que cruzar fronteras. 'Si los gobiernos pretenden atraer a las grandes fortunas, deberían simplificar los controles de aduanas', señala uno de los multimillonarios encuestados en el informe.

La seguridad jurídica y de la propiedad privada, así como la seguridad personal, son los siguientes elementos que más se tienen en cuenta. En concreto, los ricos de las economías emergentes están preocupados por la estabilidad política, lo que les lleva a buscar residencias en lugares más seguros. Australia es especialmente atractivo en este sentido, gracias también a su gran tamaño.

Los millonarios buscan zonas donde abunden sus compatriotas o gente que habla su misma lengua. Por ejemplo, los rusos compran propiedades en países del Europa Central y del Este, con los que comparten la herencia cultural. Las islas griegas se reparten entre los propios griegos, que se concentran en Mykonos, los alemanes, que dominan Creta, y los británicos, que apuestan por Chipre. Londres es un microcosmos fascinante, con los compradores europeos mayoritarios en Chelsea y Kensington, los rusos y de Oriente Medio en Belgravia y Knightsbridge, y los estadounidenses en Mayfair.

La educación para los hijos también es importante. El prestigio de sus universidades y el uso del inglés proporcionan atractivo al Reino Unido y Estados Unidos. Frente a ellos están emergiendo los MBA que se ofrecen en el Oriente Próximo y Asia, en muchos casos por los propios centros anglosajones.

El informe señala que a menudo la segunda residencia de lujo (o primera, tanto monta) es una manera de exhibir la riqueza. Eso es así sobre todo entre el Norte de Europa, en concreto en el Reino Unido e Irlanda. Vivir en un clima cálido es otra razón habitual, aunque incluso en un país de clima tan agradable como Brasil los ricos sienten como una necesidad tener dos residencias de oro.

Londres supera a Mónaco como la más cara

Londres es el sitio más caro del mundo para comprar una casa, superando a Mónaco y Saint Jean Cap Ferrat, en el sur de Francia, según el sondeo anual de Knight Frank. El metro cuadrado se vende en la capital británica a 42.000 euros, gracias a su atractivo como centro financiero. Los precios de las residencias de primer nivel crecieron el año pasado un 29%, por detrás del avance de Singapur (31%) y por encima de Nueva York, que creció un 25%.El mercado de lujo de la ciudad estadounidense está muy bien a pesar de la crisis, asegura Donald Trump, presidente de la inmobiliaria que lleva su nombre, en una entrevista incluida en el informe. 'Hay una parte del negocio que es inmune a las subidas y bajadas de la economía', afirma. 'Por ejemplo, acabo de vender un apartamento de 34 millones de dólares en la Trump World Tower, en la Plaza de las Naciones Unidas'.Trump reconoce que ha habido una 'burbuja', pero que el mercado se reequilibrará. Y preguntado por dónde invertiría, aprovecha la oportunidad. 'Conozco el sector inmobiliario, así que lo haría ahí, probablemente en mis hoteles-condominio de Las Vegas, Chicago o Dubai'. El primero de ellos acaba de abrir sus puertas, el segundo está previsto para 2009, y el tercero no tiene fecha.

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