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Desayunos Cinco Días

La asignatura pendiente de la jubilación

El ahorro a largo plazo vive un momento de incertidumbre en España. La población envejece, pero la gente sigue sin preparar adecuadamente su retiro.

El sector financiero entona la misma partitura. Como si se tratase de un coro. Y el mensaje es claro: el español no prepara adecuadamente su jubilación. La media docena de expertos reunidos por Caser y CincoDías comparten esta impresión.

Al cierre de 2007 y según datos recabados por Inverco, el volumen de activos de los planes de pensiones ascendía a 86.561 millones de euros, después de anotarse aportaciones por 5.297 millones a lo largo del ejercicio. O lo que es lo mismo: un 6,52% más. Una subida pobre si se compara con los incrementos anotados en años anteriores. Así, en 2006 aumentó un 11,45%; en 2005, otro 15,72% y, en 2004, un 12,68%.

'El sector está en un momento de cierto impasse. Es posible que 2007 haya marcado un cambio de tendencia', avanza Manuel Álvarez, director de particulares, vida y pensiones de Caser. El ejecutivo recuerda cómo, 'hasta la fecha, crecían las aportaciones a los fondos, sobre todo por la parte de planes individuales. Pero el pasado ejercicio ha cambiado el panorama. Nos abre la incertidumbre sobre si habrá una ralentización o, incluso, un decrecimiento en las aportaciones'.

En Inverco tienen claro el gran reto del sistema: el peso del ahorro privado debe incrementarse con el tiempo. 'Vamos hacia un esquema de pensiones público-privado, frente a un sistema de reparto. Y hacia ahí es adonde tienden todos los países de Europa, a un mayor peso de la capitalización', comenta Ángel Martínez Aldama, director general de la institución.

El envejecimiento de la población hará que el peso de las pensiones sobre el erario público se incremente dramáticamente. En Icea reflexionan sobre el tema: 'Sabemos perfectamente que España tiene un problema acusado de envejecimiento de su población, pero el ciudadano medio no tiene una conciencia plena de este tema', apunta José Antonio Sánchez, director general del centro de investigación del sector asegurador.

El ejecutivo recuerda que no existe falta de ahorro, sino que éste se concentra en una sola partida: el ladrillo. Por este motivo, los demás instrumentos de previsión reciben aportaciones residuales. El ahorro a largo plazo se ve además perjudicado, recuerda Sánchez, por otras dinámicas cómo la subida de los tipos de interés (que encarece las hipotecas) y la similitud de los tipos a corto y largo plazo.

Belén Alarcón, socia y directora de planificación financiera de Abante, considera que 'la gente en muchos casos no se hace la pregunta correcta y hace la casa por el tejado. Muchas personas piensan que tendrán dinero suficiente con la pensión de la Seguridad Social y, si acaso, con lo que logren con una hipoteca inversa. Pero no se han cuestionado si con esos ingresos mantendrán el nivel de vida deseado para su jubilación. A eso se añade que buena parte de sus ingresos provendrá de la pensión pública, que puede ser la misma que es hoy o, quizá, incluso inferior'.

La directiva recuerda que 'las pensiones pasarán de representar el 8% del PIB actual a alcanzar, previsiblemente, el 16% del PIB en 20 años porque habrá un mayor número de jubilados en relación con las personas activas y que, además, vivirán más años'. En su opinión, 'hay que concienciar a la gente de que esto está encima de la mesa y de que, pase lo que pase, es necesario tener un colchón'. Alarcón considera que la mentalidad del español es muy cortoplacista y que, por eso, 'la fiscalidad es muy importante para conseguir que ahorre para la jubilación'.

Desde Atlas Capital se muestran plenamente de acuerdo con este diagnóstico, pero añaden una gota de autocrítica. Guillermo Aranda, director general de la firma, considera que 'no hay excesivo interés en fomentar los planes de pensiones por parte de las instituciones. Los que estamos en el sector tenemos muy claro que hay que ahorrar a largo plazo pero, cuando te pones a hablar con el inversor de a pie, se ve que estamos en puntos diametralmente distintos'. Y luego añade, 'la educación del ahorrador en España es a cortísimo plazo, de cuenta corriente y poco más. La única manera de favorecer el ahorro a largo plazo es que las instituciones hagamos un esfuerzo enorme en educar a la gente'.

En Caser resumen de esta forma la actitud que debería adoptar el Estado ante los fondos de pensiones privados: 'no conviene hacer grandes giros malabares con los planes de pensiones porque deben ser productos a largo plazo'. Manuel Álvarez sostiene que 'se puede hacer una mejora razonable de la fiscalidad. Lo normal es que si las aportaciones son ingresos deducibles, lo que cobres que corresponda a esas aportaciones sean gasto computable. Pero conviene que los incrementos patrimoniales que ha tenido el plan de pensiones tributen de forma normal, al 18%. Eso es bastante fácil de modificar', concluye.

Al cierre del año pasado, había en España 10.361.201 de cuentas de planes de pensiones. Es decir, un 4,9% más que el ejercicio anterior. Según Inverco, el número de partícipes rondó los 7,5 millones.

Jordi Fabregat, profesor del Departamento de control y dirección financiero de Esade, apunta la estrategia que debe emprenderse para que más gente cuente con la protección de un plan de pensiones. 'Sólo los ciudadanos con rentas superiores tienen plan de pensiones. Si se quieren extender los fondos, aunque se mantenga o se mejore la fiscalidad, hay que intentar que aumenten los planes de empleo para que sea más gente la beneficiada'.

Actualmente, la parte del león corresponde a los fondos del sistema individual, es decir, los que una persona contrata a título particular. Su patrimonio ascendía en 2007 a 54.202 millones de euros, tras aumentar un 8,6%. El número de partícipes en este segmento alcanzaba los 8,5 millones, con un incremento del 4,5%.

Los planes impulsados por empresas apuntaban cifras significativamente menores el pasado ejercicio: 31.162 millones de euros gestionados, un 3,2% más, y 1,7 millones de beneficiarios. El número de cuentas se incrementó un 7,5%. Entre tanto, los fondos promovidos por asociaciones y otros colectivos cubrían a 83.519 individuos y alcanzaron un volumen de 1.196 millones de euros, tras anotar un repunte interanual del 5,9%.

En opinión del experto de Esade, en lugar de centrar sus esfuerzos en el impacto fiscal que tienen los fondos de pensiones sobre los particulares, el Estado debe aligerar antes la carga que representan éstos para las compañías con la intención de que los planes de empleo se generalicen. 'Casi prefiero mejorar la fiscalidad de la empresa, que es la que deposita parte del salario en un plan de empleo. Esto sería más efectivo que hacer que las ganancias patrimoniales tributen mejor, aunque eso también vaya bien. La ventaja de la otra medida es que se puede extender a toda la plantilla y beneficia también a quien tiene menores ingresos', considera Fabregat.

En Icea coinciden en este análisis. 'Puestos a proponer medidas fiscales, es más importante fomentar los planes de empleo porque su cobertura es más general', indica José Antonio Sánchez. Y prosigue, 'en este país aporta a los planes de pensiones el que puede, que es el que tiene más capacidad de ahorro. Y además, lo hace porque es quien tiene una diferencia más grande entre la pensión que recibirá de la Seguridad Social y el nivel de vida que quiere mantener. Por eso, incentivaría con el impuesto de sociedades a las compañías que tengan planes de empleo. Y separaría las aportaciones entre planes de empleo e individuales'.

Pero, como recuerda Ángel Martínez Aldama, todo tiene un límite. 'Por supuesto que hay que desarrollar los planes de empleo, pero seamos conscientes de cuál es la realidad. Actualmente, las aportaciones a la Seguridad Social son financiadas en un 80% por las empresas y no creo que les haga mucha gracia pedirles que tengan un coste salarial adicional a través de una cobertura de un plan de pensiones', indica el director general de Inverco. 'Hay que buscar fórmulas imaginativas que fomenten el ahorro voluntario, pero que a las empresas no les suponga un coste porque están en un entorno de competencia mundial y cualquier variación salarial afecta a su competitividad'.

Los expertos presentes en el encuentro consideran adecuado que los planes de pensiones carezcan de liquidez. 'La liquidez ya se mejoró hace algunos años, cuando se contemplaron algunos supuestos -como el fallecimiento, la invalidez o la incapacidad- que podían afectar a alguien que había pensado en ahorrar a largo plazo pero que pudiera necesitar el dinero antes', indica Belén Alarcón. En opinión de la ejecutiva de Abante, 'ampliar el grado de liquidez podría provocar que se comenzara a hacer trucos e intentara aprovechar ese dinero para fines distintos de la jubilación'. Y concluye, 'la gente quiere las ventajas fiscales y que el producto sea líquido. No es posible. Las ventajas fiscales existen como incentivo para que la persona ahorre a largo plazo'.

En el sector concluyen que el país tiene un serio reto por delante. Según Ángel Martínez Aldama, 'el envejecimiento de la población va a pesar sobre las pensiones y la sanidad públicas. Por lo tanto, los Estados deben dar más peso a la capitalización frente al reparto para paliar ese efecto'. Y los ciudadanos tampoco pueden desentenderse de la cuestión. A ellos les corresponde preparar, poco a poco, un colchón para la jubilación.

Una moneda de cambio con el banco

La cuestión fiscal no es el único elemento en la mente del inversor al contratar un plan de pensiones. La rentabilidad que se obtiene de los ahorros es también un factor que está sobre la mesa.'En una inversión a largo plazo no hay que mirar la rentabilidad cada día', reflexiona Jordi Fabregat. 'Pero es muy difícil que los fondos y planes superen los índices de referencia', añade. Una opinión que comparte Belén Alarcón, de Abante.En Icea recuerdan que buena parte de los traspasos de planes de pensiones de una entidad a otra no buscan mejorar la rentabilidad del plan, sino aprovechar alguna promoción.Guillermo Aranda considera poco adecuado traspasar los ahorros sólo por un regalo. 'Medio punto menos de comisión de gestión en 30 años te paga cualquier objeto varias veces', indica el director general de Atlas Capital. A continuación recuerda cómo 'el montante acumulado en el fondo de pensiones suele ser una parte pequeña del ahorro total. Por eso, mucha gente usa su plan como moneda de cambio con su banco. Y esto es una pena'.En Caser creen que 'los regalos no son un factor clave para captar o perder clientes'. Manuel Álvarez, director de particulares del grupo, señala como elementos cruciales la cantidad de productos contratados con el mismo banco o caja y si la persona mantiene un contacto frecuente con su asesor financiero. 'Los clientes poco atendidos están más expuestos a cambiar de entidad', concluye.Jordi Fabregat considera que las comisiones engullen a menudo la rentabilidad de los planes. 'Por eso creo que las comisiones de gestión deberían tener una parte de variable', sostiene el profesor de Esade.

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