Santander abre el mercado con una emisión de 2.500 millones
Santander realizó ayer una operación crucial, no tanto por su cuantía como por su significado. El grupo financiero logró colocar 2.500 millones de euros en bonos a tres años, la primera emisión realizada por un banco español en 2008, tras agudizarse las tensiones de liquidez. A cambio de abrir el mercado, deberá pagar un alto precio a los inversores, que son mayoritariamente fondos de inversión y entidades financieras.
Por fin un banco español consigue abrir los mercados internacionales de capitales. El grupo Santander anunció ayer que ha realizado una emisión de 2.500 millones de euros en bonos a tres años, con un cupón fijo del 5,125%. Aunque este tipo de interés supone pagar un precio altísimo a los inversores -de 90 puntos básicos sobre el euríbor, frente a los 5 puntos básicos de hace unos meses-, la operación demuestra que la desconfianza entre entidades se va restituyendo.
Una de las señales más positivas que se desprende de la colocación es que, a pesar de la mala prensa que tienen las entidades financieras españolas por su elevada exposición al ladrillo, el volumen que han demandado los inversores institucionales ha duplicado la oferta.
Inicialmente, se había previsto colocar 1.000 millones de bonos, pero al final hubo solicitudes por más de 2.700 millones, lo que ha obligado a prorratear, según explican fuentes de Santander.
Los principales suscriptores de la emisión han sido fondos de inversión (40%), entidades financieras (32%), aseguradoras (23%) y planes de pensiones (4%), mayoritariamente de países de la Unión Europea. En total, ha habido más de 160 entidades que han contratado los bonos del banco español. El propio Santander y el británico HSBC han realizado la colocación de estos títulos.
La emisión de ayer no es la primera llevada a cabo por una firma europea durante la crisis de liquidez de los mercados. El primero en romper el hielo fue el francés BNP Paribas, con una emisión de 3.000 millones de euros, mientras que la segunda gran operación continental la realizó Credit Suisse, y tuvo un importe algo inferior a 2.000 millones de euros.
Desde que el pasado verano se desatara la denominada crisis subprime, en referencia a las inversiones en hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos, la desconfianza se había instalado en los mercados bancarios, frenando por completo los habituales préstamos entre entidades financieras. Las dudas sobre la solvencia de los competidores, que periódicamente anunciaban nuevas provisiones por depreciación de activos y nuevas pérdidas, había provocado que los bancos atesorasen su propia liquidez y se negasen a prestar a firmas rivales.
Pronóstico de Blesa
El presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, ya avisó recientemente de que, aunque la banca española tenía liquidez suficiente para aguantar todo el ejercicio 2008, durante el primer semestre tanto su caja como otras entidades del sector apelarían a los mercados internacionales de capitales. Una vez que Santander ha abierto la senda, los analistas esperan que otros bancos apuesten por realizar colocaciones para obtener fondos, y así limitar la dependencia a las inyecciones de liquidez del Banco Central Europeo.
Santander ya realizó otras dos emisiones en otoño: una de deuda subordinada por 1.500 millones, y otra de cédulas hipotecarias por 4.000 millones.
Suscrita en Alemania y Reino Unido
Los dos países que más han suscrito la emisión de Santander han sido Alemania y Reino Unido. Estos dos, más Irlanda y Austria, han acaparado el 44% del volumen total. Uno de los éxitos de la colocación, según fuentes de HSBC, es que se ha logrado una diversificada base de inversores. Entidades de España y Portugal han comprado el 19% del papel, mientras que las francesas se quedaban con un 17%.
Ordóñez dice que el crédito puede crecer el 10% en el peor escenario
Pese a las turbulencias el Banco de España dibujó ayer un escenario más positivo para la banca nacional que lo hiciera un día antes con el panorama económico. En su ejercicio por apoyar y comparar a la banca española con la de otros países el supervisor llega a la conclusión de que las entidades nacionales están mejor preparadas para afrontar la crisis de liquidez.En su informe de estabilidad financiera publicado ayer, asegura que durante este año 'incluso en un escenario muy desfavorable' de los mercados financieros mayoristas las entidades podrían financiarse con depósitos sin verse afecada la concesión de créditos.En el caso de que las entidades españolas 'no pudiesen obtener financiación a través de titulizaciones, ni emitir cédulas, ni prácticamente tampoco hacer frente a la renovación de aquellas cédulas hipotecarias que vencen este año' y si la liquidez obtenida del eurosistema se mantuviese como ahora, 'el crédito al sector privado residente podría crecer a tasas del 10%', explica.Este porcentaje, prácticamente la mitad de lo que ha crecido el crédito en los últimos años, parece, según el informe, alineado con la evolución de la demanda actual, tras producirse una fuerte desaceleración en la petición de financiación del sector inmobiliario.El modelo de las entidades españolas basado en la banca minorista es, precisamente el que permite, a diferencia de la de otros países, financiarse prácticamente con depósitos, explica la institución que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez. æpermil;stos financiaron el pasado año el 80% de los créditos que concedieron bancos y cajas.En el informe también se intenta restar importancia a la apelación de las entidades al BCE. Afirma que la banca española ha aumentado la utilización de la liquidez del eurosistema, aunque 'su importancia es muy reducida en el balance total (del 1,3% en diciembre o unos 44.000 millones de euros de préstamo neto). Además, está en consonancia con su peso en el eurosistema y es relativamente menor que para las entidades de otros países'.De esta forma, el supervisor rebate las críticas que se han vertido sobre la banca española y su apelación a la financiación al BCE por parte de la prensa, banqueros y analistas anglosajones. Además, recuerda que las entidades que supervisa están poco afectadas por el vencimiento de la deuda. Este año sólo vencen 82.197 millones de euros, el 10% del saldo vivo.Aunque afirma que la morosidad se incrementará este año, mantiene que está aún 'en niveles reducidos', incluso la correspondiente a los promotores. Sostiene, de cualquier forma, que en un escenario 'drástico' como en 1993, con una morosidad que llegue al 13,1% para los promotores y las entidades sólo pudieran recuperar el 50% de los impagados, las pérdidas de la banca sólo representaría el 63% del actual fondo de insolvencias.El supervisor destaca la solidez de la banca española, y destaca su 'capacidad de resistencia' ante cambios en el entorno.