Ganancias significativas en las carteras más conservadoras
El abanico de intervenciones de las autoridades monetarias no parece haber resuelto gran cosa de cara a las perspectivas de los inversores, pero al menos ha contribuido a frenar la espantada de los índices. El resultado para los planes de pensiones es una estabilidad en las pérdidas de la renta variable, con caídas medias del entorno del 10%, y un mantenimiento de la fortaleza de los planes de pensiones que invierten en activos de renta fija con periodos de amortización largos, ya que en ellos se concentran los principales beneficios derivados de las expectativas bajistas de los tipos de interés.
El abanico de rentabilidades en los planes de renta variable se ha abierto de forma notable, como sucede en los momentos de alta volatilidad, que son los que suelen proporcionar mayores oportunidades a los gestores, de forma que las diferencias en los aciertos y los fracasos se hacen bastante más visibles. Los planes con peores resultados registran pérdidas acumuladas en lo que va de año de casi 30 puntos por encima de los planes que mejor están logrando capear el temporal. Es una diferencia que puede parecer excesiva para haberse gestado en apenas mes y medio, pero que se explica sólo por el hecho de que las elevadas cotas de inestabilidad ofrecen condiciones idóneas para facilitar el éxito de los gestores con mejor olfato.
En todo caso, la renta variable no está aportando de momento las ganancias que esperan los partícipes de los planes, cuya filosofía de inversión es bastante más conservadora que la de otros inversores que actúan en segmentos del mercado en los que hay una mayor predisposición al riesgo. En cambio, en la renta fija, sobre todo la que actúa en los plazos medios y largos, así como en los planes de tipo garantizado, las ganancias son en algunos casos significativas. Hay varios garantizados que muestran rentabilidades acumuladas en el superiores al 4,4%.