El batir de alas de las mariposas
Los amantes de la teoría del caos le deben una a las hipotecas subprime. La crisis financiera ha demostrado que el batir de alas de una mariposa en Tokio puede provocar una tormenta en Ámsterdam. O casi. Esta imagen podría traducirse, en términos bancarios, a que el impago de hipotecas de alto riesgo en California dé lugar a la primera nacionalización de un banco en Reino Unido desde los tiempos de Margaret Thatcher.
Northern Rock ha sido el parangón de la situación vivida en los últimos meses. El deterioro del mercado inmobiliario en Estados Unidos llevó a una sequía sin precedentes de las fuentes mayoristas de financiación. La entidad británica, muy dependiente de esta vía de captar recursos, quedó plenamente expuesta y, tras una discutida intervención del Banco de Inglaterra, ha terminado en manos públicas. Eso sí: 'temporalmente', tal y como ayer aseguró el primer ministro británico Gordon Brown.
La sucesión de acontecimientos, aparentemente inconexos, no acaba con la nacionalización. La decisión final de mantener bajo control estatal a Northern Rock causó ayer la caída de la cotización de la libra esterlina frente a otras 16 divisas. 'La decisión del Gobierno sugiere una constante inestabilidad del sector financiero británico, lo que aleja a los inversores', explicaba ayer un analista. Pero, al mismo tiempo, la decisión del Ejecutivo británico generó fuerte subidas en todo el sector bancario británico, donde la cotización de Barclays o Lloyd's se incrementaron más de un 7%.
Otro efecto colateral de la operación de rescate de Northern Rock es la delicada situación en que quedan tanto Gordon Brown como su ministro de Economía, Alistair Darling. En las casas de apuestas, a que tan aficionados son los ingleses, la probabilidad de que Darling se mantenga en el cargo hasta finales de año cotizan en cinco contra dos. Ayer, la oposición tory cargó con todas la artillería contra ambos, a quienes acusó de haber provocado un desastre para los contribuyentes y para todo el país.
Aunque la debacle de Northern Rock es la más llamativa de cuantas ha provocado la crisis subprime, especialmente por las interminables colas ante las oficinas de la entidad, dista mucho de ser la más significativa.
Las turbulencias financieras desencadenado por estas hipotecas (y por años de inagotable liquidez, a decir de muchos expertos) han reescrito el panorama bancario mundial. Grandes colosos como Citigroup, Merrill Lynch o el suizo Merrill Lynch, han demostrado tener los pies de barro, tras provisionar más de 60.000 millones de dólares, en conjunto, por su exposición a este tipo de activos.
Otra de las consecuencias indirectas de los créditos de alto riesgo en Estados Unidos es el cambio de criterio del Banco de Inglaterra. Después de criticar las inyecciones de liquidez realizadas por el Banco Central Europeo, el regulador británico se vio obligado a plegar velas y acudir al rescate de Northern Rock, con un préstamo inicial de 24.000 millones de libras.
En Alemania también se han dejado sentir las turbulencias. Aunque sus campeones nacionales, Deutsche Bank y Commerzbank, han logrado salir indemnes, algunos bancos regionales, curiosamente de capital público, han quedado seriamente dañados. Entidades como West LB o IKB, han tenido que ser apoyadas por algunos de sus rivales para no entrar en quiebra.
¿Y en España? Tras las presentaciones de resultados, se ha demostrado que la solidez de la banca es mayor de lo que algunos analistas pensaban. A la patronal del sector, la Asociación Española de Banca, le faltó ayer tiempo para tachar de 'discriminatoria' la nacionalización de Northern Rock.
La libra esterlina se devaluó ayer frente a 16 divisas