¿Puede un candidato negro 'realmente' ganar en EE UU?
Muchos europeos y bastantes americanos simplemente no pueden creer que un hombre negro pueda ser elegido presidente de Estados Unidos en 2008. Después de todo, no fue hasta 1964 cuando en aquel país se ilegalizó la discriminación abierta contra los afroamericanos. De hecho, incluso en las últimas elecciones presidenciales a muchos afroamericanos se les impidió votar en Florida, Ohio y otras partes. ¿Cómo puede alguien creer que esta nación, con su fea historia de racismo, discriminación electoral y prejuicios pueda realmente elegir a Barack Obama?
Muchos demócratas en América debaten en este momento sobre la misma cuestión. Este asunto es de enorme importancia para ellos porque todos coinciden en que cualquier demócrata es mejor que cualquier republicano. Por lo tanto, ¿puede ganar Obama? En mi opinión puede ganar, no a pesar del hecho de ser un hombre negro, sino, al menos en parte, porque es negro. Propongo cuatro argumentos para sostener esta conclusión. El primero tiene que ver con el fracaso de la presidencia de George Bush. El segundo está basado en el hecho de que mientras todavía existe racismo en Norteamérica, éste no está distribuido de modo uniforme a través del país. Tercero, los votantes independientes decidirán estas elecciones al igual que los independientes como Barack Obama. Por último, los americanos quieren creer en sus propios sueños.
Cuando George W. Bush se presentó contra Al Gore en 2000 prometió que sería un 'conservador compasivo' y que sería 'un unificador y no un separador'. A pesar de estas promesas, los americanos han visto la desigualdad dispararse mientras observan a los ricos hacerse superricos y cómo los pobres son conducidos más aún a la pobreza. En vez de gobernar en el centro, Bush hizo concesiones a los fanáticos religiosos y dejó con un palmo de narices a los centristas, liberales y ambientalistas. Finalmente, se embarcó en una siniestra y mortal guerra acusando a todo aquel que no defendió su política de ser antipatriótico y antiamericano.
Hoy George Bush es el presidente menos popular desde Richard Nixon. A los ojos de una gran mayoría de americanos, él es aún peor. No es sólo el fracaso de la guerra, ni la actual crisis económica las que evocan estos sentimientos. Los americanos están furiosos con Bush porque creen que su país se está haciendo trizas. El 71% de los americanos está convencido de que su país va por mal camino. Por eso, la actual hornada de presidenciables intenta apoderarse del lema de Obama: 'Es tiempo de cambio'. Pero la verdad es que nadie -ni siquiera la ex mujer de un presidente popular- puede pretender ser tan fundamentalmente diferente del cínico gobierno del 'buen chaval' Bush/Cheney, como un joven negro que promete un sueño de esperanza.
Hay que subrayar que existen muchos racistas declarados en Estados Unidos que nunca votarían a un hombre negro pura y simplemente porque es negro. Lo importante sin embargo es saber a qué partido votarán estos americanos, sea o no al final Obama el candidato. Los europeos quizá no sepan apreciar que desde la famosa revolución Reagan en los ochenta, la mayoría de estos ciudadanos se pasaron al Partido Republicano. Esto es importante porque si Barack Obama es el candidato demócrata para la presidencia, les costará a los demócratas algún voto de la población -y casi con toda probabilidad ningún voto electoral-. Estados como Texas, Oklahoma y Alabama votarán por un republicano sin importarles quién está en la papeleta.
El hecho es que las próximas elecciones presidenciales no se decidirán por el núcleo duro de los partidarios de uno u otro partido. Las próximas elecciones las decidirán los votantes independientes.
Esta es una buena noticia para los seguidores de Obama. Una encuesta reciente a nivel nacional dirigida por Time Magazine preguntó a los votantes independientes cómo votarían si la elección fuera entre McCain y Clinton o entre McCain y Obama. Quizá nada sorprendente, los resultados dan a McCain como favorito frente a Clinton por un 10% de los independientes (49% frente al 39%). Barack Obama, por otro lado, triunfa frente a McCain entre los independientes por un 12% (48% frente al 36%). En efecto, Obama vence a McCain entre prácticamente todo grupo demográfico (viejos, jóvenes, mujeres, hombres, pobres, clase media, blancos, negros, etcétera). Los únicos grupos de independientes entre los que McCain vence a Obama es gente que gana más de 100.000 dólares al año y los cristianos evangélicos.
Qué explica que los independientes favorezcan tanto a Obama? Los independientes están menos educados políticamente que los ideólogos de partido y tienden a saber poco de las posiciones políticas de los candidatos o los partidos. De hecho, los independientes son votantes emocionales que eligen la imagen frente al contenido. Para estos americanos la idea de tener un presidente negro refuerza uno de sus más entrañables ideales, que América es todavía una tierra de oportunidades y esperanza.
Estados Unidos, como la mayor parte de los países europeos, está experimentando un gran cambio demográfico. Claramente las políticas del reciente pasado en América han hecho trizas este país. Casi nadie quiere una continuación del pasado. Obama, un hombre joven africano americano, puede ganar precisamente porque encarna el cambio que se acerca. Y los americanos -más que cualquier otro pueblo en el mundo- creen en el futuro.
Sven Steinmo, Profesor del Instituto Universitario Europeo de Florencia