El mercado de crédito contiene la respiración
Los índices de riesgo escalan por miedo a una rebaja masiva de calificaciones en las aseguradoras de bonos
La desconfianza hacia el sector financiero crece por momentos. Los problemas yo no se centran sólo en la exposición a las hipotecas subprime. Las aristas de la crisis se multiplican, generando un efecto bola de nieve que no parece tener fin. La tensión que vive el mercado de crédito es un claro reflejo con los diferenciales en máximos, los precios de las coberturas por las nubes y la imposibilidad de colocar deuda.
Hace unos meses los expertos comentaban que la temporada de resultados ayudaría a esclarecer la envergadura de la crisis, al permitir conocer con exactitud el tamaño de las pérdidas. De momento, sin embargo, no se atisba el fin. Wall Street ya ha anunciado pérdidas relacionadas con las subprime del orden de los 100.000 millones de dólares pero se teme que la cifra final resulte ser mucho mayor. El G7 habla de 400.000 millones de dólares a nivel mundial.
Y precisamente, una de las amenazas más inmediatas está en las aseguradoras de bonos. Uno de los principales temores es que las coberturas que la banca tiene con estas compañías, valoradas en los 125.000 millones de dólares según Standard & Poor's, dejen de tener valor.
La agencia de calificación de riesgo ya avisó la semana pasada que si las aseguradoras de bonos ven peligrar sus ratings los efectos para la banca pueden ser muy negativos. Estas entidades garantizan emisiones por valor de unos 2,5 billones de dólares, de las que al menos el 40% corresponden a bonos estructurados cuyos subyacentes incorporan hipotecas de alto riesgo.
'El notable incremento de los impagos en estos subyacentes ha propiciado un proceso de descapitalización de las aseguradoras que ha generado el inicio de una serie de rebajas de sus calificaciones crediticias, en general AAA', explica Antonio Zamora, de Banco Urquijo.
La rebaja de Ambac, la segunda del sector, por parte de Fitch el mes pasado desató las alarmas. Ya que si estas compañías realmente tienen problemas de liquidez y no pueden garantizar la máxima calificación crediticia, ello implica que todos los bonos que aseguran también sufrirán rebajas, lo que forzaría importantes ventas por parte de todos aquellos fondos de pensiones o inversores que sólo puedan tener en sus carteras productos con la máxima calificación. Al mismo tiempo elevaría el riesgo de contrapartida de las entidades financieras por la menor solvencia de las aseguradoras.
En definitiva, más pérdidas y más necesidad de capital para los bancos. 'Por ello, buena parte de la tranquilidad de los mercados en las próximas semanas depende que de que las aseguradoras logren acceder a capital suficiente para evitar recortes generalizados de sus calificaciones crediticias', añade Zamora.
MBIA, la principal del sector, ya ha dado un paso y la semana pasada realizó una ampliación de capital de 1.000 millones de dólares. Otras también han movida ficha.
Las claves a partir de ahora están en el veredicto de Standard & Poor's y Moody's sobre el sector, las pérdidas finales relacionadas con el subprime y el futuro de las aseguradoras.
Protegerse de un impago se dispara
El coste de proteger una emisión de bonos se disparó ayer como consecuencia de la creciente desconfianza en la economía y el temor a un recrudecimiento de la crisis de crédito.El Itraxx Crossover, índice que mide lo que un inversor de deuda de alto riesgo debe pagar de más respecto a la deuda estatal, escaló a niveles récord, a 556.Los dirigentes del G7 acrecentaron las dudas el fin de semana al comentar que la crisis será duradera y que las provisiones de las pérdidas relacionadas con subprime rondarán los 400.000 millones de dólares a nivel mundial.Así el precio de los credit default swaps, un tipo de derivado que permite protegerse de un impago a cambio de una prima, también repuntó con fuerza. El mercado percibe mucho riesgo y si hace unos meses asegurar una pérdida de 100 euros costaba 10, ahora su precio crece porque el mercado teme los impagos. 'El mercado descuenta que la situación económica va a empeorar', explica Miguel Lafont, de Société Générale. 'Cuanta más volatilidad hay mayor es la posibilidad de impago', añade José Ramón Caridad, de Atlas.