La auditora de AIG revela problemas en la contabilidad
AIG registrará la jornada del lunes en sus libros de historia. La aseguradora sufrió la mayor caída en 20 años, un 11,7%, después de revelar que volverá a ajustar a la baja el valor de las coberturas vendidas para proteger CDO ligados al mercado de la vivienda de EE UU. Además, la entidad ha admitido a la Securities and Exchange Commission (SEC) que su auditor, PricewaterhouseCoopers (PwC), ha concluido que hay 'debilidades materiales en los controles internos' relativos a la valoración de las coberturas swap de su cartera.
El hecho de que el auditor dude sobre la contabilidad de sus derivados cuestiona las declaraciones de los responsables de la compañía que aseguraban que el impacto de la crisis subprime en sus cuentas había sido muy pequeño.
AIG había dicho que su cartera de coberturas de crédito había reducido su valor un máximo de 1.150 millones entre octubre y noviembre. Sin embargo, ayer, y en el mismo documento en el que informaba a la SEC de las opiniones del auditor, revelaba que esta cifra puede alcanzar los 4.880 millones de dólares. En esta comunicación al regulador, la aseguradora explica que las actuales condiciones del mercado le han llevado a adoptar otro método de cálculo. Y añade que cree que en este momento tiene 'los procedimientos y controles necesarios para determinar el valor de su cartera en 2007'.
No obstante, AIG no ha podido determinar aún la caída del valor de todos sus derivados hasta el 31 de diciembre. La entidad espera presentar sus resultados a finales de este mes.
En el tercer trimestre, el grupo registró un beneficio de 3.090 millones de dólares, un 27% por debajo del mismo periodo del año pasado. Este significativo retroceso se atribuyó a las pérdidas generadas por la caída del sector inmobiliario en EE UU. Entonces, el ajuste contable a a baja en la cartera de derivados fue de 352 millones de dólares.
Las revelaciones de AIG han llevado a Fitch a reconsiderar su calificación crediticia de AA.
Las malas noticias llegan cuando apenas se están curando las heridas abiertas por el escándalo contable de 2005 y que le costó el puesto al alma máter de la compañía, Herb Greenberg.