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Tribuna
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Cambiar la PAC para que todo siga igual

La comisaria de Agricultura de la UE, Mariann Fischer Boel, anunció el pasado mes de noviembre una reforma de la PAC (Política Agrícola Común) que recoge como propuesta estrella el recorte de las ayudas a los mayores perceptores. Desde Intermón Oxfam creemos que esta propuesta hurta el debate de fondo que demanda la transformación de la PAC y es claramente insuficiente para que ésta sea una política eficaz en la defensa del medio rural europeo y elimine los efectos negativos que tiene sobre los países en desarrollo.

El debate de la PAC no puede centrarse en el recorte de fondos. æpermil;ste es un debate equivocado porque no cuestiona de raíz el modelo agrario: la producción agraria en la Unión Europea es poco competitiva, y el apoyo al sector agrario sólo se justifica en la medida en que éste suponga una provisión de bienes públicos y respete y garantice los compromisos adquiridos con los países en desarrollo. Lo que necesita Europa es debatir qué objetivos persigue con los millones de euros que cada año destina a la Política Agrícola Común.

Desde Intermón Oxfam creemos que la PAC debe atender al interés público, con políticas decididas que impulsen el desarrollo rural, que combatan de manera eficaz el cambio climático y que asegure la producción agrícola familiar europea. Por esta razón, apoyamos la desvinculación total de las ayudas de los cultivos, es decir, la obligatoriedad del pago desacoplado para todos los cultivos, y una regulación estricta para garantizar que los pagos se destinan a la provisión de bienes públicos.

Pero además, la PAC debe ser compatible con los objetivos de desarrollo internacional y lucha contra la pobreza, eliminando las exportaciones directa e indirectamente subsidiadas y ofreciendo mayores oportunidades de acceso a los mercados europeos de productores de los países empobrecidos. La propuesta no introduce mecanismos que garanticen que las ayudas al Pilar 2 de la PAC no sirven como incentivo indirecto a la producción, y por tanto a la exportación y el dumping.

Pero la Comisión Europea no sólo no propone eliminar estos impactos, sino que en las negociaciones comerciales, como los acuerdos que está discutiendo con los países de África, Caribe y Pacífico (ACP), exige a los países empobrecidos que desarmen sus barreras arancelarias y se abran de manera inmediata y abrupta a las exportaciones europeas, incluidas las de los productos sensibles como los agrícolas y ganaderos.

La acumulación de inmensas subvenciones en manos de pocos propietarios, cuyas explotaciones en muchos casos no garantizan adecuadamente la creación de empleo, la transferencia de rentas, la sostenibilidad ambiental y el desarrollo rural, mientras decenas de miles de explotaciones familiares cierran cada año, es una de las mayores distorsiones de la presente política agraria. La reforma propuesta apenas mitigaría esta distorsión, ya que el tope anunciado en los pagos desacoplados se queda corto y no va a evitar que las ayudas sigan concentrándose en los grandes productores.

Por último, y en relación con la propuesta de la Comisión de multiplicar por 10 el uso de biocombustibles antes de 2020, la UE tendrá que importar biocombustibles realizados con cultivos de países en vías de desarrollo para alcanzar esta meta. Creemos que esta medida podría significar una oportunidad de desarrollo rural para muchos países. Sin embargo, el modelo agroindustrial imperante amenaza con desplazar a poblaciones pobres de sus tierras, destruir sus modos de vida, incrementa el riesgo de explotación de trabajadores y compromete la capacidad de estas poblaciones de tener acceso a alimentos. Todo a cambio de mínimas reducciones de emisiones de CO2 y de que los biocombustibles puedan servir de justificación para mantener la misma intensidad del transporte europeo.

En resumen, desde Intermón Oxfam pedimos a la Comisión de la UE que aproveche la propuesta de reforma para hacer una radical transformación de la PAC, que no busque reducir los fondos de la misma para financiar otros capítulos de la agenda común, sino que module las ayudas para propiciar un verdadero apoyo a la agricultura familiar europea y al medio rural sin distorsionar los mercados ni empobrecer a los campesinos y campesinas de los países en desarrollo.

Ariane Arpa. Directora general de Intermón Oxfam

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