Los expertos pronostican que la inflación superará el 3% en 2008
Los precios continuarán altos por la fuerte demanda de crudo, alimentos y minerales de los países emergentes.
La época de los precios bajos se ha acabado, al menos de momento. Las tensiones inflacionistas vuelven por el fuerte encarecimiento del petróleo (un 50% desde agosto), de otras materias primas minerales, como el oro, la plata o el cobre, y de los cereales para alimentación (el precio se ha incrementado un 40%). La unión de esos tres efectos ha provocado un repunte del IPC en todas las economías mundiales y la activación de las alarmas por parte de los bancos centrales ante la amenaza de espirales inflacionistas que trastoquen las previsiones de crecimiento económico. Ayer mismo, el G-20 reiteró estas mismas preocupaciones al cierre de una reunión de dos días en Ciudad del Cabo.
La explicación a este aumento de los precios se encuentra en parte en los países emergentes como India, China, Brasil o el sudeste asiático. Este conjunto de países, que concentran gran parte de la población mundial, ha encadenado varios años de crecimiento muy fuerte, con tasas por encima del 10%, lo que ha disparado la demanda de materiasprimas como el petróleo, los minerales o los cereales para satisfacer las necesidades de la industria y la población. Los analistas consultados por CincoDías coinciden en que la fase expansiva de los países emergentes no es transitoria, que se mantendrá en los próximos años y que seguirá empujando al alza los precios.
¿Eso significa que la inflación va a seguir alta? Sí, al menos a corto plazo. Todos ellos coinciden en que los precios van a permanecer altos al menos seis meses, especialmente en aquellos países con una gran dependencia energética y deficitarios en materias primas. Es el caso de España, donde los expertos prevén que la inflación cerrará el año con un crecimiento cercano al 4%y que permanecerá cerca de esa cifra en los primerosmeses de 2008. Algo similar ocurrirá en EE UU y la Unión Europea, donde los precios semantendrán por encima del 3% en 2008.
José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, apunta que se ha producido un cambio brusco en la economía mundial. ¢Ahora los países desarrollados son dependientes de los emergentes. Eso se demuestra con un solo dato: todo el crecimiento de la demanda de petróleo corresponde a los emergentes. Ni un solo barril por mayor demanda corresponde a los países desarrollados¢.
Un paradigma de este cambio es China, que hasta ahora era el refugio de muchos países desarrollados. La fuerte competitividad de su industria y los costes salariales bajos habían permitido a las grandes economías, especialmente a EEUU, su principal cliente, sortear las subidas del precio del petróleo y las desaceleraciones económicas. Pero eso parece que ha tocado a su fin. Los precios en China han subido un 6,1% en octubre, la segunda vez que supera esa barrera en el año, y seguirán creciendo ¢por la depreciación del yuan y porque ya está dejando de ser un refugio de precios bajos¢, señala Díez. De hecho, asegura, ya se están produciendo deslocalizaciones a otros países como Camboya.
El riesgo más inmediato es que un aumento de los precios en China provocará un traslado de la inflación a los bienes y servicios chinos que compran otros países. Ángel Laborda, director del gabinete de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas), cree que este escenario apunta con claridad a que nos enfrentamos a fuertes tensiones inflacionistas. ¢Los niveles de precios en China se han encarecido en un año, el nivel de costes laborales no puede bajar más y puede empezar a exportar inflación¢, asegura. No obstante, considera que por ahora tan solo se ha producido un traslado parcial de la inflación hacia los alimentos, una rúbrica que ha subido en todas las grandes economías por el encarecimiento de los cereales. A su juicio, esa es una buena noticia porque significa que los altos precios de China no se han contagiado a los servicios y a los bienes industriales, que apenas han registrado cambios. Un buen ejemplo de ello es España en donde, a pesar del fuerte repunte de la inflación, los precios de las rúbricas industriales y las de servicios, ¢el núcleo del IPC¢ se han mantenido estables y por ahora no están importando inflación¢. No obstante, Laborda matiza que eso no significa que los precios bajarán. ¢Los alimentos elaborados van a seguir subiendo a medio plazo. El IPC llegará al 4% en diciembre y estaremos en el 4,2% en los primeros meses del año, siempre y cuando el petróleo se mantenga en 90 dólares y el tipo de cambio en torno a 1,36 dólares por euro¢, apunta.
Principales efectos sobre la economía
Se allana el camino para que el BCE suba más los tipos de interésUn repunte de la inflación puede provocar que el BCE vuelva a subir el precio del dinero, tras mantenerlo en el 4% desde junio. El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, declaró recientemente que la persistencia del actual repunte ¢puede descontrolarse y nuestra credibilidad podría resultar seriamente dañada¢. Gregorio Izquierdo, director del Servicio de Estudios del Instituto de Estudios Económicos (IEE), certifica ese cambio de orientación de los bancos centrales, ¢más preocupados hasta ahora por la continuación del ciclo económico como ocurrió en verano con las inyecciones de liquidez en EE UU y la UE¢.Presión sobre salarios y un menor margen empresarialUna consecuencia del aumento de los precios es su traslado a los salarios. Si se cumplen las previsiones de los analistas, la inflación acabará en el entorno del 4%, lo que activará las cláusulas de salvaguarda de al menos cinco millones de trabajadores. Eso significará que los empresarios tendrán que asumir esos costes y bien imputarlos a precios finales o reducir su margen de beneficio. No obstante, Julián Cubero, economista jefe del BBVA, cree que no se producirán presiones inflacionistas sobre el resto de salarios ¢por la moderación del crecimiento en la UE y a fortaleza del euro sobre el dólar, lo que permitirá importar todavía deflación¢.Un coste adicional de 2.300 millones de euros en pensionesLos pensionistas son los ciudadanos que reciben en primer lugar compensaciones por la desviación del IPC. Para que no pierdan poder adquisitivo se toma como referencia el IPC de noviembre (que se conoce a mediados de diciembre) para establecer la compensación (en caso de que supere el 2%), de forma que pueda ser abonada a principios del siguiente año. Si las previsiones se cumplen y la inflación en noviembre se mantiene en el entorno del 4%, este desvío le supondrá un coste a las arcas de la Seguridad Social de 2.304 millones de euros. En 2006, el IPC creció un 2,7% y el Ejecutivo tuvo que abonar 864 millones.