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Tribuna
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Un entorno de trabajo seguro es también un buen negocio

Los datos demuestran que la siniestralidad laboral es un serio problema en España. Ante esta situación, el autor subraya que un entorno de trabajo seguro no sólo es esencial para el bienestar de los trabajadores, sino también para garantizar que las empresas sean eficaces, su actividad sostenible y que éstas prosperen a largo plazo

El concepto de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) ha experimentado una evolución importante en Europa en los últimos tiempos, influyendo directamente en la actividad empresarial y en su relación con la seguridad y la salud en el trabajo. Hoy en día está demostrado, por ejemplo, que la reputación adquirida por la empresa tanto en el ámbito social como en el ecológico influye en los clientes y consumidores, y que la responsabilidad social y medioambiental reduce los costes operativos.

En el marco de la celebración del medio siglo de la Unión Europea, la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo ratifica su compromiso de contribuir a hacer de los puestos de trabajo lugares sanos y seguros, objetivo estrechamente ligado a las prioridades fijadas por la Nueva Estrategia Comunitaria para la Seguridad y la Salud en el Trabajo para el periodo 2007-2012, que hizo pública la Comisión Europea el pasado mes de febrero. Y uno de los mensajes prioritarios es que un entorno de trabajo seguro es al mismo tiempo un buen negocio. No sólo es un factor esencial para el bienestar de los trabajadores, sino también para garantizar que las empresas sean eficaces y su actividad sostenible, y que prosperen a largo plazo.

La responsabilidad social de las empresas como planteamiento nuevo, estimulante y competitivo es, pues, un tema candente en la sociedad y en el mundo de los negocios de hoy día, y entronca directamente con la seguridad y la salud en el trabajo. La seguridad y la salud laboral son principios fundamentales de la ética empresarial, y no hay que desdeñar las ventajas que aportan tanto a la reputación de la empresa como a su economía.

Integrar los aspectos de seguridad y salud laboral en la RSC contribuye a la apreciación del público, que es esencial para el éxito empresarial. Asimismo, la seguridad y salud laboral y la responsabilidad social redundan en beneficios de valor añadido relativos a la reputación, la productividad laboral, la fidelidad de los consumidores y el valor de las acciones. Además, la responsabilidad social supone un mayor reconocimiento por parte de la población y los medios de comunicación.

En los últimos años se han puesto en marcha muchas iniciativas de RSC en organizaciones, compañías y países, e incluso en proyectos transnacionales. Por su parte, la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo ha elaborado un informe (La responsabilidad social de las empresas y la seguridad y la salud en el trabajo: http://osha.europa.eu/publications/reports/210/report_csr_es.-pdf) en el que se presentan diferentes casos de empresas que han sido seleccionadas como ejemplos a seguir y que demuestran que la responsabilidad social de las empresas es una estrategia de progreso.

Los 11 casos ilustrativos de empresas ubicadas en seis países de la Unión Europea demuestran que la RSC es una estrategia eficaz adoptada por numerosos sectores industriales, y relevante tanto para las grandes como para las pequeñas y medianas empresas. Los casos ofrecen una amplia panorámica de la diversidad de enfoques que en materia de RSC están adoptando las empresas europeas en la actualidad.

Algunas de las recomendaciones recogidas en este estudio para los directivos de las empresas y empleados a la hora de estrechar vínculos entre la RSC y la seguridad y salud laboral son: integrar ideas nuevas e innovadoras sobre iniciativas ya existentes; aprender de la experiencia ajena; definir objetivos estratégicos de seguridad y salud a largo plazo; identificar e implicar a los interlocutores relevantes, como empleados, clientes, accionistas, autoridades, ONG, consumidores o sociedad; incorporar consideraciones de índole social (personas), medioambiental (planeta) y económica (beneficio) a las operaciones comerciales y a la comunicación con los interlocutores; no externalizar los riesgos subcontratándolos a otras entidades; dar ejemplo y evitar adoptar valores y compromisos que no sean capaces de mantener, así como emprender iniciativas diferentes y complementarias, evitando que la percepción de la seguridad y la salud laboral caiga en la rutina. Y también formar a los empleados en el significado de la RSC y explicarles su participación, algo que no sólo fomenta un sentimiento de pertenencia a algo propio, sino que también les motiva a proyectar externamente una buena imagen de la empresa. Y, por último, desarrollar actividades de información y comunicación, puesto que la credibilidad es esencial.

Jukka Takala. Director de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo

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