Hay vida en el espacio para las empresas españolas
La patronal Proespacio conmemora el papel de las compañías en el desarrollo de satélites y cohetes
Bip, bip, bip. Ese era el sonido que emitía hace 50 años la señal del primer (y básico) satélite artificial: el soviético Sputnik 1. Para conmemorar el lanzamiento que inauguró la carrera espacial, el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) -dependiente del Ministerio de Defensa- organiza en Madrid la exposición Vivir en el espacio: desafío en el siglo XXI hasta el 8 de julio, con la colaboración de Proespacio, la Asociación Española de Empresas del Sector Espacial, 16 sociedades que movieron en 2006 un volumen de negocio de 438 millones de euros y emplea a 2.451 personas.
El primer satélite español, el Intasat, se lanzó en 1974, cinco años después de que el hombre pusiera el pie en la Luna. En la actualidad España está integrada en la Agencia Espacial Europea (ESA) y las empresas españolas participan en casi todas las iniciativas europeas tanto de satélites como de exploración del sistema solar.
Pero ¿qué no se ha conseguido todavía? 'Falta un gran proyecto nacional que nos ponga a nivel de los grandes contratistas', explica Juan Nebrera, presidente de Proespacio. El primer paso para conseguirlo será Seosat, un satélite de observación de la Tierra 100% español que estará en órbita en 2011. Estas naves tienen una gran demanda para usos tan diversos como los medioambientales (incendios, información sobre la climatología y sus efectos), el control de flotas o con fines catastrales. Las compañías españolas también participan en GMES, el programa europeo de monitorización global para el medioambiente y la seguridad, en sus siglas en inglés. El siguiente paso, el más complicado, consistiría en construir un satélite de comunicaciones, pero 'no tenemos capacidad para construirlo', según Nebrera. Actualmente tanto el Hispasat (de uso comercial) como Spainsat y el Xstar-Eur (de uso gubernamental) son encargos a otros países.
España entra en otro gran proyecto comunitario: el sistema de posicionamiento Galileo, la competencia civil al GPS militar estadounidense. La red europea de 30 satélites será más precisa y dará independencia a Europa del Departamento de Defensa de EE UU, aunque habrá que esperar hasta 2014 para comprobar su funcionamiento.
'Es una cuestión de soberanía, de no depender de otros', señala Nebrera sobre la importancia de la inversión pública en el sector espacial: 300 millones de euros -vitales para la industria- a través del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) -del Ministerio de Industria-, el Instituto Nacional de Meteorología -de Medio Ambiente- y el INTA.
La ambición española también llega a la exploración de la galaxia. Si para que el ser humano viva en el espacio todavía falta mucho, habitar otros planetas es pura ciencia ficción. Un paso importante será comprobar cómo se adaptarán y evolucionarán en 2010 los astronautas en los nuevos módulos de la Estación Espacial Internacional, en la que participa la ESA. Las compañías de Proespacio colaboran, además, en misiones del programa europeo Aurora y participan en otras de la NASA, la agencia estadounidense a la que Nebrera mira con algo de envidia: 'Los americanos no nos llevan ventaja en nada. Otra cosa es el dinero que tienen'.