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Elecciones locales y autonómicas

Marbella quiere zanjar en las urnas el trauma de la corrupción

Las tres grandes operaciones contra los delitos urbanísticos y el blanqueo han destrozado la imagen turística de la ciudad.

La ciudad de Marbella ha vuelto a los titulares estos días de la mano de Isabel Pantoja. Y una vez más, por el estigma de la corrupción. Pero la ciudad malagueña quiere zanjar en las urnas esta etapa negra de su historia y recuperar lo antes posible su buena imagen de destino turístico de lujo. Para hacer borrón y cuenta nueva deberá superar el lastre de los graves delitos destapados por las tres grandes operaciones desencadenadas en la localidad de forma paralela: Ballena Blanca, Malaya e Hidalgo, tres casos que se anotan ya la detención de más de 170 personas entre concejales, empresarios, notarios y abogados.

Si los excesos urbanísticos -frecuentes en la orografía española, en especial la de costa- se han convertido en un debate clave de la precampaña electoral para las municipales y autonómicas, en Marbella este problema adquiere categoría de escándalo y es el único protagonista posible. Las investigaciones, todavía en curso, han sacado a luz que la ciudad se había ganado su propio espacio como capital internacional de las mafias gracias al régimen de corrupción urbanística férreamente dirigido desde el Ayuntamiento por Juan Antonio Roca, cerebro de la operación Malaya y mano derecha de Jesús Gil cuando fue alcalde. Se calcula que se han blanqueado 30.000 millones de euros procedentes del narcotráfico, prostitución, mercado negro de las armas y de otras actividades.

Otro galón que abochorna a los vecinos se le llevó la capital de la Costa del Sol al convertirse en el primer municipio de España cuya corporación municipal, casi toda ella detenida y procesada, tuvo que ser disuelta por el Gobierno y sustituida por una gestora hasta las elecciones del próximo día 27. Además, también de forma extraordinaria, la Junta de Andalucía decidió retirar las competencias urbanísticas, aunque ya ha anunciado su intención de devolver estos poderes al nuevo gobierno que salga de las urnas.

Se trata, en conjunto, de los devastadores efectos de 15 años de gobiernos del GIL tras el alejamiento de los electores de los partidos tradicionales. Como saldo hay más de 30.000 viviendas ilegales y 460 millones de deuda municipal, además de un expolio que supera los 2.500 millones de euros según las propiedades incautadas. Unas 5.000 de las viviendas ilegales, construidas en lugar de equipamientos básicos, no podrán integrarse en el nuevo plan de ordenación y deberán ser derribadas, según asegura la Consejería de Obras Públicas, aunque el debate sobre el destino final de estas viviendas está todavía abierto. Para resolver este caos urbanístico, se estima que la ciudad necesitaría unos 6.000 millones de euros.

El presidente del Colegio Oficial de Biólogos de Andalucía, Eduardo Morán, asegura que todos los problemas que ha podido generar el urbanismo en el resto de España 'los podemos observar en Marbella'. En los últimos diez años, según datos de IU, la superficie construida en Marbella creció un 2.235% y la rentabilidad de las inversiones ha superado el 70%;

El colectivo que ve con más alarma la posibilidad de los derribos y el que más ha advertido sobre las catastróficas consecuencias económicas que caerán sobre Marbella por la mala imagen de las operaciones policiales han sido los empresarios. Los promotores de la Costa del Sol aseguran que el mercado residencial de Marbella está paralizado desde 2003, cuando los jueces empezaron a paralizar obras después de años de impugnaciones de licencias por parte de la Junta. Mientras que el mercado inmobiliario nacional asiste a un aterrizaje suave, ya hay estudios que señalan que los precios de las casas han empezado a bajar en Marbella hasta un 4% el pasado año. Las inversiones, según los empresarios del sector, han huido de momento de la capital de la Costa del Sol, donde existen más de 80.000 viviendas y unas 17.000 están vacías todo el año. Los promotores añaden que los escándalos han afectado también al resto de la costa malagueña, que este pasado año perdió su liderazgo inmobiliario en favor del Levante español. Con todo, Marbella es la ciudad más cara de Andalucía con 7.250 euros por metro cuadrado de vivienda. La ciudad, de 125.500 habitantes, tiene una población de casi 30.000 extranjeros y muy pocos desempleados, apenas unos 5.000.

Pese al impacto de los escándalos, los vecinos quieren cambiar de etapa. 'Marbella, buque insignia del turismo andaluz y nacional, tras años de expolio de desaprensivos sin escrúpulos, quiere y va a resurgir gracias a la colaboración del pueblo soberano que siempre ha confiado en la democracia'. Esta es la esperanza de la federación de asociaciones de vecinos de la localidad.

Se podrán hacer 50.000 viviendas más

El avance del nuevo plan general de ordenación urbana de Marbella confirma que la ciudad adolece de todo tipo de equipamientos y tilda el anterior modelo de ciudad de 'ineficiente, insostenible e insolidario'. En consecuencia, se propone un nuevo modelo más sostenible que convierta de otra vez a Marbella 'en el referente de cómo deben ser los espacios turísticos y residenciales'. El plan cataloga como suelo susceptible de ser urbanizable unas 3.624 hectáreas, lo que supondría una capacidad de 50.000 nuevas viviendas.

PP y PSOE se disputan la alcaldía con la bandera del urbanismo sostenible

Todas las encuestas le dan la alcaldía de Marbella a la candidata del PP, Ángeles Muñoz, aunque las ansías de normalización favorecen las expectativas del candidato socialista Paulino Plata, que ha dejado el Gobierno de Manuel Chaves, donde era titular de Turismo, para concurrir a las municipales. Importantes colectivos como el empresarial reconocen en privado que respaldan la opción de Plata ante el peligro de un consistorio en manos del PP que pudiera enfrascar a la ciudad en una etapa de confrontación con la Junta y el Gobierno central, los dos de signo socialista. Tanto el líder socialista como Muñoz prometen apostar por un urbanismo sostenible. Plata ofrece además recuperar la imagen de Marbella por la vía tecnológica e involucrando a las grandes fortunas que residen en la localidad en proyectos de filantropía de alto valor añadido. La candidata del PP pone el acento en la responsabilidad de la Junta y del PSOE en los escándalos. Otra incógnita es la suerte electoral que correrá el independiente Arturo Moya, que fue asesor de la alcaldesa Marisol Yagüe, teniendo en cuenta el escarmiento que ha supuesto para Marbella su voto masivo al GIL.

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