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Carburantes

El alza de los precios siembra dudas en el bioetanol

El encarecimiento de las materias primas y las dificultades con la venta ralentizan su desarrollo

El futuro del bioetanol puede estar en entredicho. La subida de los costes de su materia prima, el cereal, y las dificultades en la comercialización del combustible revelan que la viabilidad de este carburante verde podría no ser tan prometedora como se espera.

En España sólo hay cuatro plantas de bioetanol, un alcohol procedente de azúcares que se mezcla con la gasolina. Abengoa y Ebro Puleva eran las únicas empresas productoras hasta el pasado 31 de enero, cuando se inauguró la planta de Alcázar de San Juan, en la que participa Acciona.

La semana pasada, fuentes agrícolas dudaban de la viabilidad de planta de Abengoa y Ebro Puleva en Babilafuente (Salamanca). Las empresas descartaban la posibilidad del cierre y manifiestan su confianza en no tener que llegar a esos extremos, a pesar de reconocer las dificultades existentes.

Una de las razones de la convulsión del sector es el alza de los precios de los cereales. Se han encarecido un 40% en el último año, tanto por su demanda para los carburantes como por el creciente apetito de la industria alimentaria China. La cebada se vende a 150 euros la tonelada y el trigo, a 170 euros. 'La industria no está dispuesta a comprar a este coste', asegura Javier Alejandre, de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA).

Tanto Abengoa como Ebro recalcan que Babilafuente admite la utilización de distintas materias primas, como trigo, cebada o alcohol vínico. La paralización de la planta es la 'opción menos viable', según Ebro Puleva. Fuentes de Abengoa admitieron, sin embargo, que son conscientes de 'la limitación futura del cereal como materia prima para la fabricación de etanol, aunque aún hay mucho recorrido' y apuestan por la I+D.

En este sentido, desde el sector apuntan a los llamados cultivos de segunda generación como posible solución. Serán cultivos no vinculados a la alimentación, como pajas o residuos de otros cultivos forestales.

A los altos precios de los cereales se suman los costes logísticos derivados de la exportación del biocarburante. Fuera de España se vende más del 26% de la producción y los surtidores disponibles dan servicio a flotas cautivas. No hay más consumo porque las petroleras lo rechazan, según denuncia la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA).

El 1,5% de toda la gasolina que se consume en España es bioetanol, según datos de la APPA. Se consume mezclando con isobutileno, un subproducto de la actividad de refino, en forma de ETBE, un aditivo para la gasolina.

La legislación europea y nacional permiten incorporar el biocarburante directamente a la gasolina y sin necesidad de diferenciarla con un etiquetado específico, a menos que contenga más del 5% de biocarburante. El Ministerio de Industria está barajando exigir una mezcla del 2%. Los motores tradicionales aceptan sin problemas mezclas de hasta el 15%.

Actualmente, 'la producción de ETBE ha tocado techo, no hay más isobutileno disponible', asegura la APPA. El consumo de bioetanol de este modo no puede crecer. La única solución es 'combinarlo directamente con la gasolina en el porcentaje más alto posible y ponerlo a disposición del consumidor en estaciones de servicio', afirma la asociación. Además, una fuerte penetración requeriría un cambio en el parque automovilístico, que no acepta altas mezclas de etanol.

El parque automovilístico español demanda un 25% más de diésel que de gasolina y se importa más del 34% del gasóleo que se consume. Una demanda que pretenden cubrir las ocho plantas de biodiésel instaladas en España.

Un combustible casi testimonial

El cambio climático y la inseguridad del suministro energético, ante la dependencia de países políticamente inestables, han llevado a la Comisión Europea a confiar en los biocombustibles como posible panacea. Sin embargo, estos carburantes están lejos de convertirse en una alternativa al petróleo, al menos a corto plazo.El comisario de Energía, Andris Piebalgs, ha reconocido que el bioetanol sólo representaba en 2005 el 0,4% del mercado de gasolina en Europa, por debajo del 1,6% que alcanzaba el biodiésel dentro del segmento del gasóleo.Los carburantes verdes crecen, pero lo hacen lentamente. En 2003 lograban una cuota del 0,5%, en 2005 alcanzaron el 1% y en 2010 no lograrán superar el 4% si se mantienen las políticas actuales.Para conseguir que las energías renovables cuajen definitivamente, la CE quiere fijar objetivos vinculantes. Por ejemplo, quiere que en 2020 el consumo energético sea un 20% menor y reducir en un mismo porcentaje la emisión de gases de efecto invernadero, en comparación a 1990. En biocarburantes, el objetivo es ambicioso, que copen el 10% del mercado dentro de 13 años. Una meta que tendrán que alcanzar todos los países miembros, aunque algunos lo tendrán más fácil. En 2005, los combustibles renovables ya suponían el 2% del mercado en países como Alemania y Suecia, mientras que España actualmente sólo logra el 1,5%. La CE reconoce que es difícil saber el coste exacto que tendrán estas medidas, ya que dependen de cómo evolucione el coste de las materias primas.

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