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Las consecuencias del cambio climático

El calor derrite los resultados de las estaciones de esquí

Las estaciones de esquí españolas acusan la falta de nieve. Según cifras aportadas por las distintas instalaciones, su facturación podría haberse reducido un 40% en lo que va de temporada debido a este motivo. Aunque no se conocen datos oficiales, ya que la Asociación Turística de Estaciones de Esquí y de Montaña (Atudem), el organismo que agrupa a todas las instalaciones, no hará una evaluación económica hasta el fin de temporada; los datos facilitados por las distintas estaciones muestran retrocesos destacados. Esta es la situación de las principales estaciones de esquí españolas.

Tienen abiertas en este momento 224 pistas del total de 925 que existen y el número de kilómetros esquiables se limita a 224,59, frente a los 961,1 de que disponen, según datos de Atudem.

El Pirineo catalán

Las instalaciones del Pirineo catalán, por ejemplo, están sufriendo los efectos de la falta de nieve. Ahora mismo se encuentran muy por debajo de su capacidad, tanto en número de kilómetros esquiables como en ingresos.

Baqueira-Beret, que tiene abiertos 33 kilómetros, ha ingresado un 50% menos de lo que suele en una temporada normal. La estación de Port Aine, que se encuentra a un 40% de su rendimiento gracias a la nieve artificial, ha recibido hasta la fecha un 30% menos de visitantes que en años anteriores. Las pistas de Boi-Taull, la estación más alta de los Pirineos (cota mínima de 2.020 metros), son las que menos han sufrido la ausencia de nieve: la organización tiene 17 de sus 49 pistas abiertas y 11 remontes operativos de un total de 16.

En peor estado se encuentra la estación de Tavascán, que emplea de forma directa a 25 personas e indirectamente a otras 100. Se encuentra cerrada por completo debido a la falta de nieve. Espot, a un 30% de su rendimiento, ha aumentado un 20% su facturación respecto a 2006, pero porque sólo lleva un año en funcionamiento.

El Pirineo aragonés

La situación en el Pirineo aragonés no es más halagüeña. La estación de Astún, que mantiene abiertos sólo un 13% de sus kilómetros y cuya plantilla de personal se encuentra al 55%, ha reducido su facturación en un 40%.

Candanchú, en funcionamiento desde el 23 de diciembre, un mes después de lo previsto, ha recibido la mitad de visitantes que otros años y mantiene en funcionamiento un 20% de sus instalaciones. Las estaciones del grupo Aramón, que reúne a Cerler, Formigal y Panticosa en el Pirineo aragonés y a Javalambre y Valdelinares en Teruel, presentan una situación similar, con una media del 25% de sus instalaciones en servicio. Cerler, con 27 kilómetros esquiables de un total de 63 y algo menos de la mitad de los remontes operativos, supone una excepción entre las estaciones del Pirineo y de toda España.

A pesar de la ausencia de nieve, desde Aramón se aseguró que, tras la Navidad, el número de visitantes había crecido y que los esquiadores, gracias a la producción de nieve artificial, han disfrutado del 29% de las pistas. La valoración optimista de Aramón ha sido rechazada por el consejero aragonés de Industria, Comercio y Turismo, Arturo Aliaga, para quien la falta de nieve ha condicionado el inicio de la temporada de forma negativa.

Sierra Nevada

En el sur, Sierra Nevada mantiene abiertos 24 de sus 86,85 kilómetros, el máximo alcanzado esta temporada, aunque la producción de nieve artificial se encuentra suspendida debido a las altas temperaturas.

Los efectos económicos negativos no han sido graves, según Cetursa, sociedad gestora de la estación, aunque reconoce que no se ha podido completar la plantilla de empleados al no alcanzarse toda la superficie esquiable de que dispone Sierra Nevada.

El Sistema Central

Las estaciones del Sistema Central son unas de las más perjudicadas por la escasez de nieve. Navacerrada y Valdesquí, ambas en la Comunidad de Madrid, se encuentran cerradas, mientras que La Pinilla (Segovia) y Sierra de Béjar (Salamanca) ofrecen sólo el 1,24% y el 5,23% de sus kilómetros esquiables, respectivamente.

La compañía gestora de la estación de Navacerrada, Deporte y Montaña, dispone estos días de 30 empleados en estas instalaciones, a los que se sumarán 75 trabajadores más cuando haya condiciones favorables para su apertura al público. Por su parte, la estación de Valdesquí, de propiedad privada, continúa cerrada e imposibilitada para la producción de nieve artificial, según informó el director de las instalaciones, Agustín Ramírez, quien consideró prematuro calcular las pérdidas hasta que concluya la temporada, a finales del próximo abril.

La Cordillera Cantábrica

La falta de nieve en la Cordillera Cantábrica mantiene también cerradas para el esquí las estaciones de San Isidro, Leitariegos, Alto Campoo, Manzaneda y Valgrande/Pajares, y sólo estas dos últimas se encuentran abiertas para uso turístico.

La estación de Alto Campoo ha recibido, en lo que va de temporada, 26.016 esquiadores, 43.194 menos que hace un año por estas fechas, y su facturación se ha reducido en un 70%, desde los 1,775 millones del año pasado a los cerca de 503.000 euros de esta temporada.

EL Sistema Ibérico

Valdezcaray, en el Sistema Ibérico, permanece abierta desde el 15 de diciembre, medio mes más tarde de lo habitual, y, aunque mantiene operativas casi un tercio de sus instalaciones, tan sólo ofrece 3,36 kilómetros esquiables de los 20,01 que posee. El principal perjuicio económico para Valdezcaray, que se mantiene abierta gracias al funcionamiento de 85 cañones de nieve, ha sido el cierre durante el Puente de la Constitución, a primeros del mes de diciembre, período cuya facturación habitual alcanza un 10% del global.

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