Los gestores de fondos son más pesimistas con los resultados
A pesar de la mejora del sentimiento sobre la economía global, dos tercios de los gestores de fondos consultados por Merrill Lynch no esperan crecimientos de beneficios superiores al 10% en 2007. Los consultados son positivos respecto a la renta variable, pero advierten que el ejercicio va a ser más volátil.
Las expectativas de crecimiento económico mejoran entre los gestores de fondos. La mayoría espera un deterioro en los próximos meses menor al que anticipaban en encuestas anteriores y tan sólo un 6% baraja la posibilidad de recesión a nivel global.
Un mayor optimismo que no tiene su reflejo en las expectativas sobre resultados. El escepticismo en este campo se mantiene elevado y dos tercios de los encuestados ven poco probable que el crecimiento de los beneficios supere el 10%.
La cautela que muestran los gestores sobre este apartado es un sentimiento que domina en toda la encuesta. A pesar de ello, el sondeo dibuja unas perspectivas benignas para la renta variable. Apunta que la desaceleración ya está descontada en el mercado, refleja que la política monetaria se percibe de forma adecuada, entiende que las valoraciones no se consideran exigentes y el recalca que el apetito por el riesgo sigue razonable.
'Los inversores no se muestran excesivamente eufóricos sobre la renta variable. Parece que hay un escepticismo sano sobre la evolución futura del mercado', explican desde Merrill Lynch. En concreto, el 57% de los encuestados duda que el mercado se encuentre en niveles más bajos dentro de seis meses pero un 37%, sin embargo, sí da probabilidades a una caída. Y, eso sí, la mayoría, un 84%, apuesta por un ejercicio de mayor volatilidad.
Políticas adecuadas
La encuesta sugiere que los inversores están cómodos con las actuaciones de los bancos centrales atendiendo a sus expectativas de inflación. El 76% considera las políticas adecuadas mientras el 16% encuentra que son demasiado laxas.
En cuanto a la evolución de los precios, un 41% de los encuestados prevé una subida moderada de la inflación, el 31% da probabilidades a una ligera caída y el 26% no espera cambios. Así, la mayoría espera un repunte de la rentabilidad de los tipos a largo que dé una mayor pendiente positiva a la curva de tipos. Se espera, asimismo, que los tipos a corto también repunten aunque las previsiones que se manejan son más moderadas.
De hecho, la mayoría de los encuestados considera que los bonos están sobrevalorados mientras que ven la renta variable bien valorada. En concreto, el 84% considera que la Bolsa está en precio o infravalorada.
El apetito por el riesgo, además, también está en línea con la media de los últimos cinco años. El porcentaje de liquidez en las carteras de los gestores ha caído por segundo mes consecutivo, pasando del 16% de diciembre al 11%, mientras que aquellos gestores que están tomando riesgos mayores de lo normal también ha aumentado del 11% al 16%.
Las incertidumbres y la mayor cautela de los inversores no impide que la mayoría de los gestores continúan sobreponderados en renta variable, con un peso del 55% de media en un fondo mixto típico. Las aseguradoras, la tecnología y las telecomunicaciones son los sectores favoritos, en detrimento de los empresas de servicios públicos (utilities) como eléctricas o las materias primas.
En cuanto a las preferencias regionales, Estados Unidos y Reino Unido son las áreas menos preferidas. Las empresas de gran capitalización son favoritas frente a los valores pequeños y medianos, mientras que las respuestas se presentan divididas a la hora de decidir si prefieren valores con un perfil de crecimiento frente a aquellos de valor.
Los inversores quieren una mayor retribución
La fortaleza financiera de las empresas no es ninguna sorpresa después de numerosos trimestres de crecimientos de beneficios de más de dos dígitos. Los gestores quieren una mayor parte del pastel y en la última encuesta de Merrill Lynch el 53% de los encuestados, el porcentaje más elevado nunca visto, respondió que les gustaría que las empresas compensaran a los accionistas con el exceso de caja que poseen en la actualidad.Opciones como un incremento de dividendos, recompras de acciones o compras en efectivo son las demandas prioritarias de los gestores en detrimento de pagos de deuda o mejoras de los planes de pensiones. El 37% de los encuestados considera que las retribuciones actuales son demasiado bajas, especialmente en un momento en el que el apalancamiento es muy bajo. Una cifra que contrasta con el 22% que se manejaba hace un año.Así, mientras un 43% de los encuestados se muestra preocupado por que las empresas puedan estar invirtiendo poco en sus propios negocios, una actuación que perjudicaría el crecimiento de beneficios a largo plazo, la mayoría de gestores prefiere las emisiones de deuda o las recompras de acciones. Consideran, por tanto, que la retribución a los accionistas debería tener prioridad sobre el gasto empresarial.'El deseo de los inversores de ver a las empresas endeudar sus balances para aumentar sus ganancias parece superar las preocupaciones sobre las perspectivas de beneficios empresariales', comenta David Bowers, consultor independiente para Merrill Lynch. 'Es difícil ver qué hará descarrilar esta idea si no es el recordatorio de que el flujo de caja es algo cíclico', añade.