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CincoSentidos

El valor de organizar una buena fiesta de empresa

Las comidas tipo cóctel ganan terreno a las cenas formales

El héroe de esta historia lleva traje de chaqueta. Su misión es descomunal: organizar con éxito la cena de Navidad de su empresa. Tendrá que enfrentarse a enemigos como el alcohol, o situaciones complejas, como mezclar a los jefes con el resto de empleados. Si le sale bien, todos saldrán ganando.

'Son bastante productivas porque mejoran el clima entre compañeros', explica Antonio Barba, presidente de la Asociación Española de Dirección y Desarrollo de Personas. 'Si la empresa no quiere ir más allá de la pura diversión, son más eficaces'. En muchas compañías como bancos y supermercados 'es el único día en que se juntan todos', añade. 'Es gratificante ver al jefe en persona'.

Su valor corporativo es comparable al que debe tener quien se ocupe de organizarlas, que se expone a las críticas de sus compañeros. Paco Muro, presidente ejecutivo de la consultora Otto Walter, recomienda que, igual que con las cestas de Navidad, cada año se ocupe un departamento distinto. 'Justamente el que más crítico sea cada vez'. La clave del éxito es involucrar a los empleados en la celebración. Y cuidar los detalles: 'Colocar un llavero con el nuevo logo de la empresa en el asiento de cada uno es barato, sencillo y muy eficaz'.

Ejemplares son los festejos de Ediciones Lefebvre, que el año pasado convocó un concurso gastronómico en el que participaron 70 de sus casi 100 trabajadores. 'El nivel fue espectacular', recuerda el director general, Juan Pujol. El ganador se llevó un viaje a San Sebastián y una comida en el restaurante de Arzak. También es habitual que celebren una tómbola, cuyo premio mayor puede ser un cheque de 600 euros.

En las empresas grandes, en las que cada sección organiza su propia reunión, es importante supervisar que no haya excesiva diferencia entre unas y otras, advierte Muro. En la división madrileña de la auditora Deloitte organizan eventos distintos según las edades. Una, en una gran sala de fiestas, para que los jóvenes se reencuentren, 'porque muchos fueron compañeros en la Universidad', como señala Luis López, gerente de Recursos Humanos. Y otras dos de carácter familiar: una solidaria, en la que los hijos de los empleados donan un juguete cada uno, y una sesión de cine.

Las obligaciones familiares se tienen en cuenta cada vez más. 'Se opta por las comidas en detrimento de las cenas', cuenta Muro. También se apuesta por las comidas informales, tipo cóctel, donde los celebrantes pueden moverse libremente por la sala, porque fomentan la convivencia y 'son más baratas y originales'. El menú y el local 'deben estar acordes con el nivel de la empresa', afirma el experto. Y con su situación económica: 'Si se acaba de anunciar que no habrá aumento de sueldo, la cena debe ser sobria'.

Se deben reducir al mínimo los discursos oficiales, porque 'no es una presentación de resultados'. Una opción es dedicar la mañana a repasar el año, 'mejor enfocándolo a los logros y a los retos, más que a las cuentas pendientes', sugiere Muro, y a continuación celebrar la comida que, esta vez sí, 'es una oportunidad para que algún responsable se luzca con un discurso aparentemente improvisado', y más ligero.

Por muy preparado que esté todo, los participantes deben colaborar controlando el alcohol que ingieren. 'No se pueden perder los papeles', asegura Muro. 'Si se trata de un jefe, resulta más impresentable todavía'. Los expertos recomiendan dejar las copas de después al arbitrio de los empleados. 'Promover una fiesta de alcohol empieza a estar mal visto', señala el consultor. 'Y los jefes deben saber retirarse a tiempo'.

Contentar a todo el mundo es imposible. Ante la duda, Muro recomienda 'hacer caso al corazón, y disfrutar'.

Animar sin incomodar a nadie

Contratar un espectáculo más o menos interactivo para animar la cena de empresa requiere una planificación cuidadosa. Yolanda Osuna, directora de la empresa especializada Animadamente, explica que antes de hacer una propuesta estudian 'el perfil de los empleados, en colaboración con los organizadores'.Si son más pasivos, ofrecen espectáculos temáticos, 'sobre Hollywood, por ejemplo', o un casino, y si están más dispuestos a participar, un concurso de Eurovisión, una de sus novedades recientes. Se trata de que nadie se sienta obligado a hacer lo que no le apetece. 'El que no quiera cantar, puede hacer de jurado', aclara Osuna.El segundo objetivo es que la gente disfrute. 'Si montas alguna animación, prepárate a ser juzgado', advierte Paco Muro, presidente ejecutivo de la consultora Otto Walter. 'Así que opta por algo realmente bueno, primeras filas. Nada de experimentos. ¿Quieres un mago? Trae a More, que al mismo tiempo que te hace trucos va a meter el mensaje de tu empresa.'Es frecuente también acudir a locales que llevan un espectáculo añadido. Aunque, como explica el experto en personal Antonio Barba, 'ir a un bar de drag queens quizás sea demasiado rompedor'.

En la mesa

1 Los jefes deben mezclarse con los compañeros, sobre todo en las empresas grandes. 'La tendencia es la contraria, a sentarse separados del resto', señala Gloria Campos, directora de ordenación académica de la Escuela Internacional de Protocolo. En ese caso, recomienda que al menos 'se coloquen en el centro, para poder ver y ser vistos.'2 Si las parejas de los jefes están invitadas, entonces es mejor que se sienten todos juntos, para que los acompañantes entablen conversación entre ellos, según Paco Muro, de la consultora Otto Walter. Aunque si ya conocen a la gente, pueden distribuirse por varias mesas.3 Hay un tema de conversación que nunca falla: 'interesarse por el de al lado', explica Muro. 'Ni política, ni religión'. Y el fútbol, depende, 'porque últimamente provoca fricciones', añade Campos. Sobre la empresa, hable lo mínimo posible. No es el momento de pedir un aumento al jefe, ni de resolver cuentas pendientes con los colegas. 'Hay que llegar perdonados a la cena', dice Muro.4 Deje que las cosas fluyan, 'no intente ser el protagonista de su mesa', aconseja Muro. 'En caso de duda, siéntese con el que cuente los mejores chistes', bromea el consultor.

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