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Columna
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La ocupabilidad de los parados

El Servicio Público de Empleo Estatal publica desde octubre una nueva estadística, la de la ocupabilidad de los parados registrados. El autor analiza la probabilidad de encontrar trabajo de los diversos grupos de la población activa a la luz de los últimos datos conocidos

El Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE), antiguo Inem, publica desde octubre una nueva información estadística, la de la ocupabilidad de los parados registrados. La ocupabilidad de los parados, que sería equivalente a la probabilidad de que el parado encuentre empleo, es un concepto que no coincide exactamente con el de su disponibilidad, ya que este último depende principalmente de la actitud o voluntad del demandante de empleo, que, a su vez, puede estar condicionada por las condiciones de trabajo.

Puede ocurrir que el demandante tenga una actitud positiva para buscar empleo, esté plenamente disponible para trabajar, pero no sea capaz de encontrarlo debido a factores relacionados tanto con la situación económica como con el nivel educativo, el tipo de ocupación o el tiempo que lleva desempleado.

El cálculo de la probabilidad de encontrar un empleo (de un mes al siguiente) de los parados registrados en las oficinas públicas de empleo muestra que dicha probabilidad, que reflejaría, como se ha señalado, su grado de ocupabilidad, es menor en las mujeres que en los hombres, en los españoles que en los extranjeros, en los demandantes del primer empleo que en los que han tenido un empleo anterior y en los que perciben prestaciones por desempleo, sobre todo las de carácter asistencial, que en los que no las perciben. Además, la probabilidad de encontrar empleo por parte de los parados registrados es menor cuanto mayor sea la edad o la antigüedad en el paro y cuanto menor sea el nivel educativo, el número de ocupaciones en que está dispuesto a trabajar o el ámbito geográfico de búsqueda de empleo (por ejemplo, el municipio en relación con la provincia, la provincia respecto a la comunidad autónoma o ésta respecto al conjunto del Estado).

De estas variables que inciden en la mayor o menor probabilidad de que el parado registrado encuentre trabajo se han seleccionado tres para elaborar el nuevo índice de ocupabilidad: la antigüedad en el paro registrado, el ámbito geográfico de la búsqueda de empleo y el número de ocupaciones demandadas. También se ha tenido en cuenta para el cálculo del citado índice la percepción de determinadas prestaciones por desempleo.

En concreto, los límites para considerar una ocupabilidad reducida son llevar más de un año de antigüedad como parado registrado, buscar empleo exclusivamente a nivel municipal, comarcal o de área metropolitana, excluyendo la provincia y otros ámbitos superiores, y estar dispuesto sólo a trabajar en menos de tres ocupaciones. Además, se considera que también tienen una reducida ocupabilidad los parados registrados perceptores del subsidio por desempleo de mayores de 52 años, que lo pueden percibir indefinidamente hasta la jubilación, y los perceptores de la renta activa de inserción, que son personas que no tienen derecho a las prestaciones por desempleo con especiales necesidades económicas y dificultades para encontrar empleo.

Según se encuentren o no en esas situaciones, los parados registrados se clasifican como de ocupabilidad muy baja, baja, media o alta.

La ocupabilidad es muy baja cuando el parado registrado cumple las tres condiciones de más de un año de antigüedad, búsqueda de empleo exclusivamente a nivel municipal, comarcal o de área metropolitana y demanda de menos de tres ocupaciones. También se consideran, en todo caso, como de ocupabilidad muy baja los perceptores del subsidio de mayores de 52 años y los beneficiarios de la renta activa de inserción.

Por su parte, la ocupabilidad es baja cuando el parado cumple dos de las tres condiciones, antigüedad superior a un año, ámbito de búsqueda limitada o demandante de menos de tres ocupaciones, media cuando sólo cumple una de esas tres condiciones y alta cuando no cumple ninguna, es decir, cuanto tiene una antigüedad menor de un año, un ámbito geográfico de búsqueda como mínimo de la provincia y solicita tres o más ocupaciones.

Con los datos de noviembre, el 15,7% de los parados registrados tenían una ocupabilidad muy baja, el 30,8% baja, el 35,8% una ocupabilidad media y el 17,7% alta. Es decir, el colectivo predominante de parados registrados tenía una ocupabilidad media, el porcentaje de parados con ocupabilidad alta superaba al de ocupabilidad muy baja y el de ocupabilidad muy baja o baja ascendía al 46,5%. Con relación a un año antes, aumenta el número de parados registrados con ocupabilidad baja o muy baja y disminuye el de los parados con ocupabilidad media o alta.

Por último, y según los datos publicados de noviembre, el porcentaje de parados registrados con ocupabilidad muy baja es más elevado en las mujeres que en los hombres, en los mayores de 45 años que en los menores de esa edad, y en la construcción que en el resto de los sectores, mientras que las comunidades autónomas con porcentajes mayores de ocupabilidad muy baja son las de Extremadura, Cataluña y Galicia y las de porcentajes menores de ocupabilidad muy baja las de Baleares, Navarra y Madrid.

José Ignacio Pérez Infante. Profesor asociado de Mercado de Trabajo en España de la Universidad Carlos III

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