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Tribuna
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Salir a Bolsa sin morir en el intento

Muchas compañías han decidido colocar parte de sus acciones este año en Bolsa. Otras están ultimando preparativos o considerando entrar a cotizar. La Bolsa española vive la mayor afluencia de OPV desde el 2000. Las empresas acuden a la Bolsa ávidas de fondos con los que financiarse y con el objeto de tener un mayor reconocimiento y presencia nacional e internacional.

A la hora de planear una salida a Bolsa, es importante saber que los requisitos de información son elevados y aún más si parte de la colocación se va a realizar en Estados Unidos. Está información debe ser clara, inteligible y recoger de manera fiable todos los aspectos, datos financieros y factores de riesgo de la futura cotizada. Esta información se plasma en el folleto informativo, que es el documento de referencia para los futuros inversores, tanto particulares como institucionales y que debe ser previamente enviado tanto a la CNMV como a la Securities Exchange Commission (SEC) en Estados Unidos si existe una parte de colocación de acciones en este país.

Los puntos principales que debe contener este folleto son la descripción general de la oferta, los factores de riesgo asociados a la actividad de la compañía, información financiera, de estructura accionarial y de la oferta propiamente dicha así como las principales magnitudes financieras, la evolución y las perspectivas de la compañía.

El responsable último de los errores u omisiones en el folleto de emisión es con carácter general el consejero o directivo de la empresa en cuestión. En este contexto de salidas a Bolsa, endurecimiento de la legislación, proliferación de leyes y códigos de buen gobierno corporativo y de aumento de riesgos que rodean a las compañías cotizadas, no es de extrañar que la contratación de una póliza que cubra los errores, omisiones o faltas de diligencia adquiera un carácter esencial y prioritario para la compañía.

Los accionistas y los consumidores están cada vez más concienciados de sus derechos, a lo que hay que sumar que las colocaciones en Bolsa cuentan normalmente con un tramo internacional que suele ser en Estados Unidos, donde el riesgo de reclamación se incrementa de manera exponencial al estar sometido a más litigios y controles por parte de la SEC.

Este tipo de seguro ofrece cobertura para reclamaciones basadas en actos incorrectos como abuso de confianza, error, omisión, negligencia, incumplimiento de deber u otros actos cometidos por un asegurado en el curso de las negociaciones y en relación con las mismas que de lugar a una declaración engañosa o en una reserva u omisión relevante en los documentos inherentes a la operación.

El seguro de salidas a Bolsa ofrece cobertura, además de a los consejeros y directivos, a la compañía, y en determinadas ocasiones a los accionistas tanto vendedores como mayoritarios. También cubre los errores cometidos en los road shows y presentaciones realizadas a los inversores potenciales. A la hora de buscar transferir este riesgo al mercado asegurador, la compañía en cuestión puede optar por dos posibles soluciones: incorporar dentro de su póliza cobertura para este evento o contratar de forma independiente una póliza que cubra específicamente la salida a Bolsa.

Entre las ventajas de una póliza independiente destacan la posibilidad de contratación por un periodo entre 3 y 6 años; el pago único para el periodo elegido; la mayor amplitud de la cobertura y el no compartir el límite con la póliza existente. Además la póliza se revisa anualmente y puede sufrir restricciones de cobertura y subidas de prima en caso de cambio de tendencia del mercado e incluso ser cancelada por el asegurador

¿Cuánto cuesta un seguro de este tipo que se ha convertido en imprescindible? Las primas varían dependiendo del porcentaje de colocación de acciones, a quién vaya dirigida la oferta y en qué sector de actividad opere la compañía. Aún así para un límite de indemnización de 25 millones de euros y un periodo de cobertura de cuatro años en el mercado actual nos podemos encontrar primas en una horquilla de 100.000 a 200.000 euros. En cuanto a los límites contratados el estándar suele situarse entre 25 y 35 millones de euros, aunque hay colocaciones que llegan incluso a solicitar hasta 100 millones de euros.

José María Conde-Salazar. Director de Líneas Financieras de ACE European Group

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