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Unión Europea

Madrid y Londres imponen la liberalización audiovisual

Madrid y Londres se impusieron ayer a París y Berlín en el primer asalto por la liberalización del mercado audiovisual europeo. El Consejo de Ministros de la UE respaldó una propuesta de compromiso que rechaza las tesis más inflexibles del eje franco-alemán.

La futura directiva sobre televisión sin fronteras, llamada a sustituir a la de 1989, superó ayer su primer paso legislativo con un difícil acuerdo en el seno del consejo de Ministros de Educación y Cultura de la UE.

El debate se centró en el ámbito de aplicación de la nueva ley, la jurisdicción responsable de la vigilancia de las cadenas televisivas y en las normas sobre publicidad.

España y Reino Unido apoyaron las tesis más liberalizadoras frente a los partidarios de extender a los nuevos canales de radiodifusión (como internet) la rigurosa legislación aplicada en la era de la televisión analógica.

Finalmente, la propuesta de compromiso presentada por la presidencia finlandesa superó con muchas dificultades (casi un tercio de los 25 países votó en contra) las objeciones planteadas al borrador inicial. De todos modos, se trata del primer paso en un proceso legislativo que, como muy pronto, no concluirá hasta la primavera de 2007. Ayer ya se votaron las primeras enmiendas al texto en el Parlamento europeo en Estrasburgo.

En Bruselas, Francia y Alemania, entre otros, conseguían que la nueva directiva incluya a la llamada televisión a la carta, o aquella en la que el televidente adquiere un programa determinado. Pero Madrid y Berlín consiguieron excluir del proyecto las fórmulas más novedosas de televisión, como son los nuevos formatos que están surgiendo en la red.

Una alianza de países liderada por Suecia y Austria tampoco logró que la nueva ley les permita interceptar unilateralmente, basándose en su legislación, las emisiones de otros Estados destinadas a sus mercados. La legislación del país de origen de la cadena seguirá primando como hasta ahora.

El llamado emplazamiento de productos o presencia de marcas en programas televisivos continuará prohibido como norma general. Pero se ofrece a los Estados de la UE la posibilidad de autorizarlo, salvo en programas informativos e infantiles.

Adiós al tiempo mínimo sin anuncios

La nueva regulación comunitaria sobre servicios audiovisuales, en la versión aprobada ayer en Bruselas, mantiene el límite de 12 minutos de publicidad por cada hora de programación televisiva. Pero el proyecto de directiva elimina la norma actual que exige una programación continuada de al menos 20 minutos entre las pausas publicitarias. Desaparece también el límite de tres horas de publicidad como máximo por día, umbral que en la práctica se eleva a casi cinco horas.El texto pactado ayer sólo prevé limitaciones publicitarias en la emisión de películas y de programas infantiles, donde deberán pasar al menos 30 minutos entre cada bloque publicitario. Los Estados miembros, sin embargo, no aceptaron la propuesta de la CE para crear autoridades independientes que velen por el cumplimiento de estas normas.

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