La piratería siembra la alarma en Hollywood
El auge de las piratería va a hacer cambiar la forma en la que los grandes estudios cinematográficos comercializan sus películas. Lo estudios de Hollywood deben acelerar la distribución electrónica de sus contenidos si quieren hacer frente al fuerte crecimiento de la distribución ilegal de copias. Según un estudio realizado por la consultora Bain & Company y recogido por el diario británico Financial Times, las copias fraudulentas se van a triplicar hasta 2015.
La piratería digital de películas actualmente tiene un coste para los estudios de Hollywood de 2.300 millones de dólares (1.900 millones de euros) anuales. Se trata de ingresos que las compañías dejan de obtener por no poder comercializar sus películas por la vía legal. Esos 2.300 millones equivalen al 3% de la facturación mundial de la industria cinematográfica, de acuerdo con Bain. Sin embargo, la consultora estima que la piratería digital representará por lo menos el 10% del negocio en 2015, lo que supondría 8.000 millones de dólares (6.350 millones de euros) anuales si los volúmenes de facturación del sector se mantienen.
En opinión de David Sanderson, socio de Bain especializado en ocio y medios de comunicación, los estudios tienen que ofrecer a los consumidores oportunidades de comprar sus contenidos digitales de forma legal si quieren frenar la piratería.
La descarga 'online' es un arma de doble filo
'Lo fundamental para la industria cinematográfica en estos momentos es dar a los consumidores opciones legales de comprar los contenidos por medios electrónicos', señala. ' Los estudios deben atender las necesidades de los consumidores y ofrecerles la posibilidad de que puedan acceder a esos contenidos de forma legal'.
Fracasar en esta tarea, según estos analistas, puede llevar a repetir la experiencia vivida en el terreno de la música, donde el rápido crecimiento de las copias ilegales ha llevado a una caída en picado de los ingresos de las compañías discográficas.
Sanderson considera que el sector también deberá modificar los tiempos de las llamadas ventanas de emisión -los periodos que deben transcurrir desde que una película se proyecta en cines, pasa a venderse en los videoclubes, luego en televisiones de pago y, finalmente, se pasan de forma gratuita por los canales convencionales-. El vídeo a la carta ya está colapsado y aunque poder descargar películas por internet poco tiempo después de su proyección en cines puede suponer un descenso de los ingresos, estas emisiones también permiten facturar más veces por la misma cinta y vender el mismo contenido tantas veces como quieras.
Una solución sería vender películas digitales en un formato que permitiera que el contenido fuera distribuido en múltiples plataformas como el PC, el DVD o el móvil y cobrar a los usuarios de acuerdo con el soporte en que se emita la película.
'Los estudios tienen que definir cómo el consumidor va a comprar el contenido y facilitárselo a través de los diferentes formatos', señala el consultor.
La advertencia de Bain llega en un periodo de contención del gasto en Hollywood. Los estudios han visto cómo aumenta la llegada de socios financieros -hedge funds y compañías de capital riesgo- que tratan de reducir de forma contundente los costes producción.
Muchos estudios han hecho sus películas accesibles para descargarlas en páginas web como CinemaNow. Sin embargo, estos movimientos han obtenido un éxito limitado. Disney ha tenido mejor suerte al hacer sus contenidos accesibles a través de iTune, la plataforma de Apple. Los estudios rivales esperan seguir estos pasos el año próximo, aunque están seriamente preocupados por el efecto que estos acuerdos de descarga de películas pueden tener sobre las ventas de DVD.
Desembarco de fondos y capital riesgo
Durante los últimos meses se ha producido el desembarco de los fondos y las firmas de capital riesgo en el accionariado de los estudios cinematográficos. El último ejemplo de entrada se produjo la pasada semana, cuando los estudios de la Paramount, una filial de Viacom, firmaron un acuerdo con un grupo de bancos liderado por Dresdner valorado en 300 millones de dólares para el desarrollo de películas. El acuerdo sigue a otro similar alcanzado entre Warner, Fox y Universal.La cofinanciación no es un fenómeno nuevo, pero el interés mostrado por los hedge funds y las firmas de capital riesgo es relativamente nuevo, y ha estado impulsado por la necesidad de estos grupos de inversión de encontrar nuevos destinos para sus rebosantes arcas. Es una forma de diversificar el riesgo en que incurre su actividad de financiación.Sin embargo, Hollywood nunca ha sido un lugar para hacer dinero fácilmente. Las exageradas minutas de los actores, las malas prácticas contables y la liquidez de los ingresos de taquilla han sido históricamente suficientes para frenar a los inversores. El aumento de los presupuestos de las películas también ha tenido un elevado impacto en la llegada de los fondos para cofinanciarlas.