La victoria europea desata las críticas al modelo americano
Después de la paliza que el equipo de Estados Unidos encajó el pasado domingo en el The K Club irlandés (18,5 a 9,5 puntos), que sirvió para que los europeos ganaran la Ryder Cup por tercera vez consecutiva, se han desatado las críticas en los medios golfisticos estadounidenses, preocupados por la mala imagen de su equipo, que contaba en sus filas con los tres primeros jugadores del ranking mundial.
La primera consecuencia de la derrota es la destitución del capitán Tom Lehman, que no seguirá en el cargo en 2008 cuando la Ryder Cup vuelva a disputarse.
La PGA estadounidense también anuncia cambios en el sistema de clasificación para el equipo que este año llegó a Europa con cuatro novatos en sus filas. Los medios de comunicación no se explican el bajo rendimiento de Tiger Woods, Phil Mickelson y Jim Furyk, los tres mejores del mundo, cuando se trata de darlo todo en una competición por equipos. En círculos económicos también lamentan la derrota y la pobre imagen de EE UU, un país con cerca de treinta millones de jugadores censados que han convertido a este deporte en uno de los que mueve más dinero.
'Cada uno de nuestros jugadores ha sido un pedazo de la bandera de nuestro país, sin embargo no hemos logrado unirlos a todos para conseguir la fuerza que necesitábamos', reconoció Corey Pavin, uno de los ayudante de Lehman.
Tiger Woods, el deportista mejor pagado del mundo, ganador de doce torneos del Grand Slam, que arrasa tanto en la clasificación mundial como en la lista de ganancias, donde acumula cerca de nueve millones de dólares en premios esta temporada, no tiene alma de líder. Como él mismo ha reconocido, 'cuando juego al golf estoy pendiente de mi negocio y no me gusta distraerme, ni hablar con mi compañero ni tampoco bromear con el público'. Sin duda maneja su empresa como nadie, pero es incapaz de trasladar ese mismo espíritu al resto del equipo. El golf es un deporte individual y en la Ryder Cup no se siente cómodo.
Y eso que los americanos tuvieron más apoyo institucional que los europeos. Dos ex presidentes de Estados Unidos, ambos aficionados al golf, como George Bush y Bill Clinton, estuvieron en el The K Club donde intentaron animar a los suyos la noche anterior a la gran derrota.
Los americanos estaban abatidos. Los ánimos que intentó infundirles Michael Jordan, la gran estrella de la NBA, que siguió el torneo a pie de campo, tampoco sirvió. En frente tuvieron a los europeos, entre los que destacaron Sergio García y José María Olazábal. El primero, convertido en una de las almas del equipo. Sergio, al contrario que Woods, si tuviera el mismo carácter en las competiciones individuales seguro que contaría con algún grande en su palmarés. Olazábal, que ganó los tres puntos en los tres partidos que disputó, se ha convertido en el jugador europeo que más encuentros ha vencido en la modalidad fourball en la Ryder, un honor que comparte con el capitán Woosnam que se apresuró a perdonar a todos aquellos que le han criticado, empezando por el mismo Bernhard Langer, capitán hace dos años en Oakland Hills (Detroit) donde Europa consiguió el histórico marcador de 18,5 a 9,5, que se repitió el domingo. Ahora será el inglés Nick Faldo el encargado de capitanear a Europa en la próxima gran cita.