La menor volatilidad de EE UU compensa el riesgo de la divisa
Uno de los mayores inconvenientes para un inversor español a la hora de plantearse la compra de valores estadounidenses es el riesgo del tipo de cambio. En lo que va de año el dólar se ha depreciado frente al euro un 7,6%. Esta evolución desfavorable del billete verde se comería buena parte de las potenciales ganancias de cualquier inversión a la hora de realizar el cambio de una divisa a otra.
Los expertos reconocen que este es un problema importante pero aconsejan no descartar por ello destinar una parte de la cartera a la renta variable estadounidense, sobre todo si se tiene en cuenta la pujanza que siguen mostrando sus beneficios empresariales.
'A corto plazo creemos que el dólar seguirá debilitándose frente al euro. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la Bolsa de EE UU es menos volátil que la europea y eso es un factor a tener en cuenta en estos momentos', explica José Manuel Villamor, director de inversiones de AIG Fondos.
Con respecto al problema de la divisa, este experto considera que hay que tener en cuenta dos cosas. 'Una es el horizonte temporal de la inversión; si el plazo es a corto plazo la situación actual no sería la mejor para estar en accione en dólares; sin embargo, si es a medio y largo plazo este riesgo se atenúa bastante. En segundo lugar, el inversor debe saber que existen instrumentos para poder cubrirse ante los vaivenes de las divisas'.
Johan van der Biest, gestor de renta variable estadounidense de Dexia AM, coincide en la idea de que la menor volatilidad de Wall Street es un punto a su favor. 'En estos momentos sobreponderamos EE UU en nuestras carteas porque hay varias incertidumbres en el mercado y Europa y Japón tienen una beta ratio que mide la volatilidad de un mercado mayor que EE UU', explica.
Los analistas consideran que el dólar puede caer hasta niveles próximos a 1,31 euros (el viernes cerró a 1,27 euros). 'Cuando toque estos niveles considero que sería muy interesante empezar a tomar posiciones en renta variable estadounidense', aconseja José Luis Martínez, economista jefe de Citigroup en España. 'Diversificar las carteras es importante y tener una parte de ellas en compañías de EE UU puede servir para aprovechar las distintas fases en las que se encuentras las políticas monetarias a ambos lados del Atlántico', añade Martínez.
En lo que va de año el Dow Jones sube un 4,7% mientras el S&P 500 se apunta unas ganancias del 2,3%. En cambio, el Nasdaq, índice para valores tecnológicos, cae un 5,3% desde enero. Los analistas aún ven potencial a la Bolsa estadounidense y poco riesgo de caída. Patricia González, especialista en renta variable de Morgan Stanley, explica que su escenario base establece que el S&P 500 terminará el año en 1.350 puntos, un 5,7% por encima de su nivel actual.
'En el mejor de los escenarios situamos el cierre del año para el índice en 1.450 enteros un 13,5% más mientras que en el contexto más pesimista podría acabar en 1.150 puntos una caída del 10% desde los niveles actuales', comenta González.
En función de este escenario, ¿en qué sectores de la renta variable de EE UU resulta más atractivo invertir? José Manuel Villamor, de AIG Fondos, sigue decantándose por el sector energético y de materias primas. 'Nos encontramos cerca del cambio de ciclo en los tipos de interés estadounidenses. Históricamente, cuando se ha llegado a este punto los sectores que mejor lo han hecho han sido consumo estable, energía salud y finanzas', agrega Villamor.
En el caso de Dexia AM, recomienda sobreponderar el sector de salud y bienes de capital e infraponderar la industria bancaria. 'En el resto nos mantendríamos neutrales', explica Johan van der Biest, gestor de la entidad belga.
Una de las apuestas más arriesgadas, por el momento que atraviesa la industria, es la de M&G Investment, que aconseja tomar posiciones en el sector automovilístico. 'Creemos que los fabricantes se encuentra al principio de una estructuración plurianual. Se espera que fabricantes y suministradores mejoren su eficiencia y consigan rentabilidad mediante la conjugación de su capacidad de producción con sus cuotas de mercado. Menores costes y la introducción de nuevos productos deberían mejorar significativamente la competitividad de los productores norteamericanos', explica Richard Brody, gestor del fondo M&G North American Value.