Renta fija de riesgo
Los fondos emergentes globales han caído una media del 2,55% desde el 10 de mayo
La renta fija se suele asociar a una opción de inversión de bajo o nulo riesgo por parte del inversor minorista medio. Bastantes inversores españoles tienen cierta experiencia en comprar directamente repos, letras o bonos del Tesoro y bonos corporativos de las grandes compañías españolas. Por otro lado, los fondos de inversión monetarios, de renta fija euro y garantizados de renta fija representan cerca del 50% del mercado total, según datos de Lipper a finales del mes de abril. Efectivamente, todas estas categorías son opciones de bajo riesgo, pero el mercado de fondos en la actualidad permite acceder a una gama ciertamente amplia de productos de renta fija, que ofrecen rentabilidades potenciales mucho más elevadas, a cambio de asumir volatilidades altas.
Las dos opciones más importantes en número de fondos y activos son la renta fija de países de economías emergentes y los bonos de alto rendimiento, o high yield en su terminología anglosajona. Ambos tipos de activo no se han librado de las tribulaciones que han sacudido a los mercados financieros, particularmente los bursátiles, en las últimas semanas. Ambos tipos de activo pueden permitir aumentar la diversificación de una cartera amplia y bien construida aunque, sin lugar a dudas, tengan importantes correlaciones con los mercados.
No obstante, dicha correlación es diferente en el sentido de que la renta fija emergente la tiene en mayor medida con la renta variable, mientras que la renta fija privada de alto rendimiento es más afín a la renta fija gubernamental o privada de alta calidad. Por ello, no debiera sorprender el diferente comportamiento que los fondos que invierten en los dos tipos de activo han tenido durante las dos semanas pasadas.
Las Bolsas emergentes han sido las más castigadas durante las fuertes bajadas de hace unos días, ya que el temor a una subida de los precios en Estados Unidos, con el consiguiente y previsible impulso a las subidas de tipos, dibujaba un escenario de posible ralentización económica. Este escenario suele perjudicar particularmente a las economías emergentes, fuertemente dependientes de una continuación del clima económico benigno actual y de la demanda de materias primas en particular.
El reflejo en la deuda emergente se muestra a través del ensanchamiento del diferencial de rentabilidad entre los bonos más seguros, los del Tesoro estadounidense, y el de los bonos emitidos por países emergentes. El último par de años ha presenciado un estrechamiento de este diferencial hasta niveles mínimos históricos, lo que significaba que la percepción de riesgo y, por consiguiente, la diferencia de mayor rentabilidad que necesitaban ofrecer los bonos emergentes sobre los del Tesoro, se había reducido enormemente. El susto vivido este mes se ha traducido en un ensanchamiento del diferencial de alrededor de 25 puntos básicos. En términos históricos, según señalaba una estadística del banco de inversión norteamericano Lehman Brothers, el movimiento queda lejos de verdaderas convulsiones como las de agosto de 1998 o de octubre de 1997.
Esto último servirá de poco consuelo al partícipe de fondos de renta fija emergente, ya que a las pérdidas provenientes de las caídas de precios de los bonos en cartera, se ha unido la fuerte depreciación de muchas monedas emergentes, en las que están denominados bastantes de estos bonos. Precisamente, el real brasileño ha sido una de las víctimas de esta depreciación, siendo Brasil el principal emisor mundial de deuda emergente. El resultado es que los 50 fondos registrados a la venta en España, pertenecientes a la categoría de renta fija emergente global, según las bases de datos de Lipper, han perdido un 2,55% de media desde el pasado 10 de mayo. De este modo, la perdida acumulada en lo transcurrido del año supera el 5%, aunque los excelentes tiempos vividos con anterioridad, permiten que la rentabilidad de los últimos doce meses y de los dos últimos años todavía se sitúen en un 7% y 22% respectivamente.
Por otro lado, los fondos pertenecientes a la categoría de renta fija euro high yield, han capeado el temporal mucho mejor y presentan una pérdida media de sólo un 0,46% en el periodo. La rentabilidad en lo transcurrido en el año, para los cerca de 20 fondos disponibles en el país, es positiva y cercana al 2%. El ensanchamiento de los diferenciales en el caso de los bonos de alto rendimiento ha sido bastante modesto y pareciera indicar una importante fortaleza en este tipo de activo.