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Estrategia

Las decisiones de empresa se cuecen en la cocina

Team Time Cooking es un programa que intercala trabajo con técnicas culinarias

Pilar Sánchez Santiago acudió, como viene siendo habitual desde que es responsable de marketing en la firma Panrico, a uno de los cursos que se celebran para los interesados en conocer estrategias para la formación de directivos y en los que se dan instrumentos para el trabajo en equipo y técnicas de liderazgo. Pero lo que empezó siendo una charla teórica al uso acabó por convertirse en una clase entre humeantes fogones con un solo reto: montar un restaurante imaginario con sus compañeros y servir un menú ante un selecta clientela difícil de contentar.

'La experiencia fue increíble', dice Pilar Sánchez, que aún recuerda la cara de sorpresa de sus colegas, también altos mandos de distintos departamentos de Panrico, cuando les mandaron colocarse el delantal y el gorro. 'El objetivo no era aprender a cocinar, sino fomentar el espíritu en equipo y abrir un restaurante preparando todo el proceso: presentación del negocio, estrategia de mercado, publicidad y marketing'. El resultado, según Sánchez, fue muy positivo. 'Original, porque nunca habíamos hecho algo así, divertido y, además, muy eficaz para llevarlo luego a la práctica en nuestros puestos de dirección', asegura.

Pilar Sánchez es sólo una más de los altos mandos que participan en el cursillo de formación Team Time Cooking, que organiza la empresa Exceltia junto al Grupo de Restauración Parellada. Este original programa trata de recrear situaciones propias de un restaurante para evaluar y desarrollar competencias claves en el desempeño profesional en sus habituales puestos de trabajo.

La pregunta a la que todos se enfrentan cuando les dan el delantal es siempre es la misma: ¿En qué se parece un restaurante a cualquier otra empresa? 'Nos dimos cuenta de que la organización de un negocio de restauración ofrece situaciones muy parecidas a las que se encuentran los directivos', explica su consultora y responsable de la línea de formación, Margarita Vilalta. 'Pero en este caso, la elaboración de una estrategia, las compras, la producción, el marketing y la atención al cliente se producen de forma muy rápida'. En ese sentido, el reloj juega en su contra.

Cocineros a prueba

A partir de unos ingredientes básicos, comunes para todos, los nuevos chefs cuentan con poco tiempo para decidir el tipo de cocina que van a ofrecer, hacer la compra, cocinar, emplatar y dar un servicio excelente a sus clientes, unos comensales muy exigentes a los que habrá que agasajar con el menú y contar en qué consiste su negocio.

Por sus fogones han pasado directivos del Deutsche Bank, laboratorios Safoni-Aventis, Boehringer Ingelheim, Gallina Blanca, Panrico o neumáticos Pirelli. Los cursos se hacen en hoteles con encanto y cuentan con el apoyo del equipo de Anna Parellada. Se trabaja en grupos de unas cinco o seis personas, compuestos por responsables de distintos departamentos, y deben organizarse para elaborar un menú de tres platos que convenza. Es la llamada fase experiencial. Que si un poco de perejil, que si algo más de ajo… O lo que es lo mismo, estrategia, trabajo en equipo, soluciones ante los imprevistos y prisa, mucha prisa. Los comensales esperan ya en la mesa.

El paso siguiente es la presentación y su servicio en el improvisado restaurante donde unos críticos molestos saben ponerles en apuros. Como comenta Margarita Vilalta, es la sesión de reflexión. Los nuevos cocineros deben explicar su negocio, hacer una campaña de venta y presentar una cuenta de resultados que debe convencer a los clientes que, en ese momento, saborean ya los postres.

Resultados positivos para la propia empresa y, como dice Javier Carbó, responsable de marketing de Gallina Blanca, 'también para nosotros. Nunca pensé que fuera capaz de hacer un salmón al papillote'. Carbó sonríe. La cocina no es lo suyo, pero su restaurante Petit Plaisir resultó todo un éxito. 'Fue una clase muy práctica, tanto para la empresa, como para mi cocina'.

Ideas originales para triunfar y otras experiencias

Montar un restaurante es fácil; lograr que tenga éxito no. Los alumnos de Exceltia han demostrado que no sólo saben cocinar, sino que además tienen ideas originales para llamar la atención de sus posibles clientes. Como los ejecutivos de neumáticos Pirelli.Uno de sus grupos bautizó su restaurante como Al Revés y, a la hora del pase al cliente, lo hicieron todo como su nombre indica: andaban hacia atrás, con los delantales colocados en la espalda, y empezaban por darles las gracias y presentarles la cuenta, para después servir el café, los postres, los segundos y, finalmente, los primeros platos y aperitivos.Los directivos del laboratorio Esteve agasajaron al cliente con un cuarteto de música imaginario. El maître estuvo acompañado por su equipo, que hacía las veces de músico. Los laboratorios Sanofi-Aventis, acababan de fusionarse. El restaurante, con nueva cocina de fusión, se llamó, por supuesto, Super Fushion. Un gran éxito.Exceltia ofrece otro tipo de programas formativos como el Time Business Saling, que tiene como objetivo el desarrollo de competencias a partir de actividades náuticas. A bordo de un velero, se insta a los ejecutivos a reflexionar sobre aspectos como la gestión del tiempo o la visión de negocio. Los directivos de La Caixa ya han saboreado lo que es cerrar un negocio con el viento en popa.

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