Claves para combinar el golf con los ladrillos
La consultora Aymerich explica cómo gestionar las instalaciones
Un campo de golf asociado a una urbanización la revaloriza y crea un entorno agradable muy atractivo para los compradores, pero para aprovechar todas las ventajas que ofrece hay que decidir con cuidado el modelo de negocio y su desarrollo físico. Un informe de la consultora de campos de golf Aymerich da Las siete claves para el éxito en la combinación golf-inmobiliaria, entre las que destaca la elección del modelo de explotación del campo.
Una de las opciones es gestionar el campo como un club privado, exclusivo para socios, que compren acciones o derechos de uso, además de una cuota anual de mantenimiento de unos 1.000 euros. Un campo de 18 hoyos puede dar servicio a 1.600 familias.
Según Aymerich, las acciones 'están en retroceso', frente los derechos de uso que 'evitan la responsabilidad del usuario en el caso de derramas'. Aún así, ambos sistemas 'pueden ser una buena inversión': según la consultora, la acción de la Real Sociedad Hípica, gestionada por ellos, ha pasado de valer 1.800 euros a 42.000 en cinco años. 'Cada vez resulta más difícil encontrar un campo para jugar', explican fuentes de Aymerich.
La alternativa opuesta es la explotación puramente comercial, en los que 'juega el que paga', por unos 1.200 euros al año, o por una entrada de 50 euros. El tiempo de recuperación de la inversión es más corto cuanto más privada es la explotación. A cambio, la rentabilidad a largo plazo es mayor si el modelo es comercial.
La tendencia, según la consultora, es a combinar ambos sistemas. 'Eso mantiene el atractivo de las viviendas, que permiten adherirse ventajosamente al club de golf, deja abierta la posibilidad de vender el campo a un tercero, y, en caso de haber un hotel asociado a la urbanización, deja disponible capacidad para sus clientes'.
La inmobiliaria Fadesa opta por esta opción en sus doce promociones, once en España y una en Marruecos. Da condiciones preferentes a los habitantes de la urbanización, y permite el acceso a otros golfistas a cambio de un abono anual. 'Es un modelo joven, que estamos implantando', explica una portavoz de la empresa.
También hay que elegir entre explotar el campo directamente y arrendarlo. Lo primero puede llevarse a cabo con un gerente, o bien subcontratando una empresa de gestión, como hace Fadesa con Finagolf. Si se opta por arrendarlo, hay que tener en cuenta, señala Aymerich, 'las condiciones de acceso al club para los compradores de las viviendas', y, 'en el caso de que haya un hotel, las de sus clientes'.
Una urbanización con campo puede revalorizarse un 20%
Una vivienda cercana a un campo de golf sube una media del 20% su precio, según el informe de la consultora Aymerich sobre golf e inmobiliaria. Una parcela se revaloriza un poco más. El estudio explica también que 'a medida que sube el valor del suelo bruto, disminuye la revalorización', y que aunque ésta era mayor históricamente en clubes privados, 'tiende a igualarse. El ritmo de venta se acelera 'un 20% de promedio' gracias al golf.Según Aymerich, cada año hay 110 proyectos que combinan el golf con los inmuebles, y solo 31 de golf exclusivamente. Una urbanización asociada a un campo puede tener 90 viviendas, con un precio medio de 240.000 euros.