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Columna
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La expansión de las migraciones

Cerca de 200 millones de personas, el 3% de la población mundial, son inmigrantes. Hace 25 años era la mitad. El crecimiento se debe, en gran medida, a la globalización, pero el autor advierte que los desplazamientos no son siempre por razones económicas o demográficas

Las migraciones han existido desde inicios de la humanidad. Pero en la actualidad alcanzan su mayor volumen en la historia, aunque no la mayor magnitud en relación a los totales poblacionales. En el mundo hay cerca de 200 millones de personas que viven fuera de su país de origen, y que representan el 3% de la población mundial (casi la mitad desarrolla una actividad económica, tienen empleos o se dedica a alguna otra ocupación). Su número ha aumentado considerablemente, de hecho se ha doblado en los últimos 25 años.

Sin embargo, y contrariamente a las opiniones existentes, nos equivocaríamos si pensamos que sólo las diferencias de riqueza entre países, es decir el producto interior bruto (PIB) por habitante, es suficiente para provocar el fenómeno de la emigración. Si fuera cierto, la mayoría de los trabajadores de la UE estaría trabajando en aquel país europeo con mayor salario. Es decir, no se emigra siempre por razones económicas o demográficas.

El tópico dice que el mayor número de emigrantes se instala en los países ricos, y no siempre es cierto: el 40% viaja a países en vías de desarrollo

Entonces, ¿por qué otras razones se emigra? A unas personas les mueve el deseo de conseguir salarios más altos y mejores oportunidades, mientras que otras se ven obligadas a abandonar sus hogares debido al hambre y la pobreza, desastres naturales y el deterioro del medio ambiente, conflictos violentos o persecución. En definitiva, aspiran a un mundo mejor que les ofrezca vivir en paz. Es evidente que nadie deja su familia, sus amigos y la sociedad en la cual siempre ha vivido si no es forzado por la necesidad.

Es así como más de 10 millones de refugiados viven fuera de su país de origen por miedo a ser perseguidos en razón de su raza, religión, nacionalidad de origen, sus opiniones políticas o su pertenencia a un grupo social determinado. Los refugiados representan el 23% de migrantes internacionales en Asia; 22% en África y 5% en Europa. Además, hay que añadir que entre 1994 a 2003, unos cinco millones de personas solicitaron asilo en los países industrializados.

Existen otras razones para la expansión de las migraciones internacionales, como es el caso de la movilidad de los estudiantes que conoce un fuerte crecimiento por la dinamización de las experiencias culturales en el extranjero. EE UU acoge anualmente del orden de 500.000 estudiantes extranjeros.

Hoy se está desarrollando un fenómeno social muy importante: el número cada vez más alto de jubilados que deciden vivir en el extranjero. Así, del orden de siete millones de ciudadanos europeos residen en otro país de la UE distinto al suyo. La llegada del euro, y sobre todo la llegada a la edad de jubilación de la generación del baby boom contribuyen a reforzar esta tendencia.

La internacionalización de las empresas, y las corrientes de inversión extranjera tienen consecuencias para el movimiento de profesionales y trabajadores muy especializados, o en otros sectores con déficit de profesionales cualificados, como es el caso del personal sanitario.

La globalización de la economía también ha intensificado la migración internacional. La aparición de nuevos medios de comunicación permite una difusión rápida del modelo occidental de consumo y constatar las enormes desigualdades de condiciones de vida entre países. A su vez, el descenso de los costes en los transportes y la instantaneidad de los contactos facilitan los movimientos de las personas y de redes de apoyo a la emigración por parte de los ya residentes.

Basándonos en datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la mayor parte de las migraciones tiene lugar entre países vecinos, y afecta hoy a un número creciente de países independientemente del nivel de desarrollo económico y de los dogmas ideológicos y culturales, ya sean países de emigración, de inmigración o de tránsito, o todo ello a la vez.

Sin embargo, el tópico dice que emigran a países ricos, y no siempre es cierto: el 40% se instala en países en vías de desarrollo y el resto en países desarrollados. De hecho, hay un importante flujo de migración laboral entre países cuyas diferencias salariales no son muy grandes.

El primer puesto de países receptores de emigrantes corresponde a EE UU, con 35 millones, seguido de Rusia, 13,3 millones; Alemania, 7,3 millones; Ucrania, 7 millones, y la India, 6,3 millones. La gran mayoría de las personas inmigrantes (tres cuartas partes) proceden de países en vías de desarrollo.

¿Cómo van a comportarse las migraciones internacionales en el futuro? Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo las migraciones internacionales son un fenómeno dinámico en expansión que aumentará en las próximas décadas, debido a que la globalización no ha generado puestos de trabajo y oportunidades económicas en sus países de origen. Y tal como ha expresado Juan Somovia, director general de la OIT, 'si examinamos la economía global desde la perspectiva de la gente, nos damos cuenta de que su falla estructural reside en su incapacidad para crear suficientes empleos allí donde vive la gente'.

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