La inflación sigue por encima del 4% en febrero pese a moderarse una décima
El indicador adelantado de inflación de febrero se situó en España en el 4,1%, una décima menos que en el mes anterior, aunque en un nivel que sigue minando la competitividad empresarial. Los últimos datos homologados por Eurostat, correspondientes a enero, sitúan el diferencial respecto a la zona euro en el 1,8%.
El dato adelantado ayer por el Instituto Nacional de Estadística, correspondiente a febrero, es concluyente: el crecimiento de los precios sigue disparado en España, con una inflación superior al 4% interanual. De confirmarse, se trataría de una mínima bajada de apenas una décima, después de que el mes anterior se produjese un salto de 1,1 puntos.
También ayer, la oficina estadística europea Eurostat confirmó que el diferencial de inflación entre España y la zona euro se situó en enero -último periodo con datos homogéneos- en 1,8 puntos. Se trata de la mayor distancia desde hace nueve años, momento en el que empezó a calcular el índice de precios al consumo armonizado para poder realizar comparaciones entre los doce países que comparten el euro. Sólo Luxemburgo, con un 4,1%, tiene una inflación semejante a la española. Francia, Alemania o Italia quedan cerca de la mitad del nivel español.
El ensanchamiento del diferencial supone ahondar en la mayor herida de la economía española: la progresiva pérdida de competitividad. La subida relativa de precios en España respecto a los de sus principales socios comerciales implica que las empresas tengan que reducir sus márgenes o asumir una pérdida de cuota de mercado. El enorme déficit comercial español, que cerró 2005 con un récord de 77.000 millones de euros (un 8,7% del Producto Interior Bruto) obedece en buena medida al crecimiento de los precios.
En el ámbito interno, el aumento de los precios de consumo reduce el nivel de vida de los ciudadanos -el poder adquisitivo de un mismo salario pasa a ser menor- y provoca numerosas compensaciones a realizar a final de año, ya sea en forma de cláusulas de garantía salarial (que pagan las empresas) o de resarcimiento a los pensionistas con una paga con cargo a los fondos de la Seguridad Social. El INE todavía no ha desglosado ese 4,1% de inflación de febrero -se trata de una cifra provisional, pendiente de confirmación a mediados de mes-. En cuanto al dato de enero, confirmado ayer por Eurostat, la subida se apoyó en el encarecimiento de la energía (que incidió en el precio de los carburantes y, en general, del transporte) y en la actualización de tarifas de gas y electricidad decretada por el Gobierno (5,5% y 4,48%, respectivamente). También incidió en los precios la subida de impuestos al tabaco.
Enero supuso un salto de más de un punto en el índice general de precios, aunque el Ministerio de Economía rechazó entonces que exista un problema estructural. Achacó el mal dato a la pujanza de los precios del petróleo y al efecto escalón producido en la estadística (en enero de 2005 el IPC descendió), y calificó el repunte de 'coyuntural'. El indicador adelantado de febrero, que apenas reduce una décima el del mes anterior, parece contradecir esa versión.
La confianza en la economía española retrocede a causa de la construcción
España es la única gran economía europea en la que está cayendo la confianza. La encuesta de confianza del consumidor y las empresas, publicada ayer por la Comisión Europea, refleja una mejora global de las expectativas de los agentes económicos de la Unión Europea: El Indicador de Sentimiento Económico (ESI, por sus siglas en inglés) mejoró 1,8 puntos sobre una media de 100 en el último mes. En los doce países de la zona euro, la mejora media fue de 1,2 puntos. La encuesta se divide en cinco indicadores sectoriales, correspondientes a industria, servicios, consumidor, comercio minorista y construcción. Industria, consumidores y comercio minorista registraron mejoras; construcción se mantuvo estable, y servicios retrocedió ligeramente. La destacada excepción a la bonanza general es España: su indicador cayó más de cuatro puntos en enero, arrastrado por el negativo aporte de la construcción. Después de haber alcanzado un máximo de 39 puntos en noviembre, la confianza de ese sector ha caído fuertemente, y tras perder 15 puntos en febrero se sitúa ahora en sólo seis. Los demás epígrafes, salvo el de industria, también registraron retrocesos.España es la única potencia europea que registra niveles de crecimiento real elevados, aunque los indicadores de confianza podrían anticipar cambios a medio plazo.