El comprador de vivienda de Madrid es el más quejicoso
Casi nueve de cada diez compradores de vivienda nueva efectúan alguna reclamación al promotor tras la entrega de las llaves y la mayoría van a residir en Madrid. El motivo no es otro que los desperfectos ocasionados en la fase final del proceso de construcción. Según explica Pedro Muñoz, director de posventa de Acerta, la mayoría de estas quejas 'se resuelven en 48 o 72 horas porque no afectan a la habitabilidad'.
Según un sondeo realizado por Acerta Postventa, compañía que ofrece servicios de consultoría técnica en el sector inmobiliario y que en 2005 entregó 5.000 viviendas, sólo el 6% de las reclamaciones de los compradores afecta a las condiciones de habitabilidad. 'El resto' explica Francisco Ordóñez, consejero delegado del Grupo Acerta, 'son fallos estéticos'.
Tras la pintura, que canaliza el 25% de las iras de los compradores, la carpintería es el segundo motivo más frecuente de queja (21%), seguido de los problemas con el suelo de madera (13%), los mármoles de la cocina y los cuartos de baño (10%) y la carpintería exterior (6%).
Defectos en pintura y madera son los mayores motivos de reclamación
En opinión de Muñoz, muchos de estos problemas se pueden evitar y, de hecho, ya se están evitando, porque se ocasionan con las 'pequeñas obras que se hacen después de pintadas las paredes y puesto el suelo'. En opinión de Muñoz, para evitar esto , basta con proteger los suelos mientras aún pasan los obreros con tratamientos específicos par ala madera o plásticos protectores.
El pomo de una puerta que golpea la pared porque no se ponen topes en el suelo o la veta natural de la madera que hace que el acabado de un cuarto sea diferente al de otro son algunos ejemplos que los expertos de Acerta han detectado como generadores de quejas. Según su experiencia en el servicio de posventa que realizan para promotoras inmobiliarias, Muñoz y Ordóñez coinciden en que los compradores de vivienda de nivel medio alto en Madrid y, después Barcelona, son los más exigentes.
Según la encuesta de Acerta, el 92% de las compañías dice que realiza junto con el propietario una lista de remates. Sin embargo, explican los expertos, 'esa fase es la que podríamos llamar de encantamiento en la que el comprador está preocupado por ver la vivienda en sí y la revisión no es exhaustiva'.
Una segunda fase es cuando ya se va a vivir 'y unos lo ven todo mal y otros se conforman, sobre todo los de las zonas de playa porque ni hay calefacción en la vivienda ni los suelos son de madera, que son cuestiones que generan bastantes quejas', explican. En una tercera fase, llegan las reclamaciones por las zonas comunes.
Las cada vez más extendidas viviendas domóticas también están despuntando como fuente de conflicto 'sobre todo entre la población de más de 55 años, pero sólo por falta de conocimientos sobre su uso'.