Que Francia nos recompre
El 28 de febrero se cumplirán casi seis meses desde que el huracán Katrina asolara la costa del Golfo de México, acabara con 1.300 vidas y dejara a Nueva Orleans a merced de unos diques hechos trizas. Ese día, esta ciudad celebrará el tradicional Mardi Gras, el carnaval que, como siempre, elevará la sátira por encima de todas las miserias.
Y ya ha empezado. En los fines de semana que preceden a esta celebración empieza a haber desfiles y en el de éste, entre otras mofas, se pedía a Francia que recompre su Estado, el de Louisiana, vendido en 1803. Desde París se trataría mejor a esta zona, sugería la sátira.
Desde luego, Washington ha sacado una nota muy baja en esta crisis. A las imágenes posteriores a la tragedia, las historias de supervivencia y muerte narradas por las víctimas, se une ahora la confirmación de que desde todas las instancias del Gobierno se miró para otro lado y se ignoraron las alarmas.
Esta conclusión se recoge en el informe que el miércoles hará público la cámara de Representantes tras meses de investigación. El documento, cuyo borrador adelantaba el domingo The Washington Post, se titula 'Un fallo de iniciativa' y muestra cómo el Gobierno no ha aprendido las lecciones de los atentados del 11-S, ya que todos los responsables, empezando por el presidente, George Bush, y siguiendo con los siguientes en el escalafón no vieron las amenazas, no ejecutaron planes de emergencia y no compartieron información crítica.
Michael Brown, responsable entonces de protección civil (FEMA), y una de las personas sobre cuya ineficacia probada se han vertido la mayoría de las críticas, aseguraba esta semana al Senado que si hubiera dicho que unos terroristas 'habían volado el dique de la calle 17, todos habrían saltado de la silla'. Según Brown, al integrar protección civil en el departamento de Seguridad Nacional, la asistencia para desastres naturales fue minimizada.
El Senado también elabora un informe y la Casa Blanca, otro. El de los Representantes es el primero que verá la luz y, a pesar de la mayoría republicana, no parece ahorrar críticas y es inusualmente duro. 'Si el 11-S fue un fallo de imaginación, Katrina lo fue de iniciativa. Fue un fallo de liderazgo.' El documento recuerda que Bush dijo que nadie había anticipado 'que los diques se romperían' cuando todo el mundo lo había hecho. Brown asegura que avisó a Washington y se sintió abandonado al recibir la callada por respuesta.
A la espera de que se depuren responsabilidades políticas, o no, ya que Brown ya cesó, los que se sienten más abandonados son los habitantes de la zona. Hoy, 12.000 familias sin casa tendrán que abandonar los hoteles donde viven porque se acaba el subsidio directo con el que el Gobierno les pagaba este acomodo. Ahora les darán cheques para que se administren; muchos, sobre todos los negros, se establecerán en otras zonas del país y se espera que no vuelvan.
Los que han querido volver y pidieron un trailer (caravana) para vivir aún esperan. De las 135.000 peticiones, menos de la mitad han sido atendidas.
El Gobierno anunció que va a pedir al Congreso 18.000 millones más para la reconstrucción del Golfo este año, que se añaden a los 67.000 millones del año pasado, pero en el proyecto de presupuesto de 2007, Bush no prevé ninguna ayuda federal más.
En Nueva Orleans, en tiempo de sátira se suspira porque ni siquiera les queda París.